Cap 18. Volterra

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Bella POV

El vuelo en avion habia sido bastante bueno, en primera clase. Me habia dado tiempo a pensar en como me hubiera despedido, les hubiera dejado una carta a cada uno, incluso a mis amigos humanos, si pudiera haber dispuesto de tiempo, buen humor y salud. Pero en este momento no disponia de nada.

Los Voulturis y yo tenian un trato con migo, un trato que iba ha ser acabado muy pronto.

Hace mucho tiempo, antes de conocer a los Cullen, me obligaron a entrar en la guardia. Estuve durante unos meses , era neofita y poderosa, que mas podian pedir? Un dia me cansé de hacerles daño a otras personas, asi que me revelé contra los tres ancianos. Me intentaron matar, y hasta el dia de hoy estoy siendo buscada. Cuando huí a Los Angeles, se cansaron de  mi. Pero hubo un problema. Quieren a los Cullen.

O ellos, o yo. Y sabian que yo preferiria  mi muerte ante la de un aquelarre como ese. Pensaron bien.

Ya no tenia a Edward, lo que mas queria, mas que a mi propia vida. En segundo lugar, Alice, mi hermana. Y asi sigue la lista. Los que han sido mis padres, Carlisle y Esme, mis hermanos, Jasper, Emmet y Rose, si Rosalie tambien, alfin y al cabo en el fondo la quería. Sobre todo ahora, cuando los iba a perder de un momento a otro.

Mientras pensaba, entré en una cafeteria del centro de Volterra. Habia que admitirlo, era una ciudad preciosa, claro esta, si no conoces el secreto que guardan debajo de tus pies. En el espejo del baño me coloqué un colgante que habia estado llevando en mi bolsillo todo el viaje, junto a las pulseras que un dia que me parecia años atras, habiamos llevado los dos en nuestras muñecas.

El colgante me lo regaló Edward uno de los ultimos dias, cuando me comunicó que se iba. Al estar alli esa mañana lo recogi, lo habia visto mas veces por ejemplo cuando se le caia de los bolsillos o jugaba con el entre los dedos.

Era un diamantito pequeño, de esos tipicos super brillantes, pero aquel se encontraba un poco amarillento, de haber estado tanto tiempo en el suelo.

El crepusculo ya habia llegado, era ahora o nunca.

Llamé al portal de los Voulturis y abrió Felix, un grandullon de la guardia.

- Aro te espera.

Le seguí por los pasillos subterraneos. No me extrañó que Aro me esperara, ya habia notado antes los pensamientos de algunos vigilantes. Recorrí con la vista vagamente la lujosa puerta que me llevaria ante...

- Isabella! - se escuchó al abrirse la voz de Aro.- Que agradable sorpresa.

- Hola Aro - dije con tono sin emocion alguna, comi siempre.

- A que se debe tu visita?- Me tendió la mano, para mas tarde retirarla al recordar que no iba a poder leerme la mente.

- Vengo a cobrar una deuda. - su semblante era ahora de horrir.

- Seguro que no quieres unirte a la guardia? Te hariamos sitio encantados.- negué con la cabeza. - Jane, llama a los chicos, es la hora de comer.

Pensé en cual sería mi ultimo pensamiento. En si alguna vez pensé en que este sería mi final. En que me hubiera dicho Edward si le informaran de mi decision. Le hubiera importado? eso nadie lo sabe.

- Lo siento Bella, pero no vamos ha hacerte eso. Hemos comprobado que tu y los Cullen soys inofensivos.

Me quede helada. Y ahora que? No podia volver a casa, a mi antigua rutina.

Recordé aquella vision en la que andaba por la plaza de Volterra con el cuerpo desnudo, brillando totalmente al sol.

Perfecto, solo quedaban unas horas para que empezara y todo acabara.

Edward POV

Me encontraba en el avion, muriendome internamente por la culpa, y rezando porque no fuera demasiado tarde para salvarla. Mi pequeña Bella habia acudido a los Voulturis, por quien sabe quien. Alice, mi vecina de asiento, la que me habia avisado de todo, solo habia tenido un par de visiones lo suficientemente claras.

En la primera, se tiraba al fuego, a una fogata. O eso parecía, y ahi perdiamos contacto con ella, desaparecieron las visiones.

En la segunda, estaba frente a los tres ancianos Voulturis, arodillada para que le separaran de sus extremidades.

Y en la tercera, casa vez mas clara, se exponia al sol el dia de san marcos - mañana - brillando sin remordimiento alguno.

En todas ellas su proposito estaba claro. Haria lo que fuera para acabar con su vida, con su dolor. Alice me sorprendió corriendo la cortinita, a la que luego le llegaron unos rayos de sol.

- Alice? Que ha pasado?

- Le han dado la negativa.

Perfecto, al menos, me quedaba una pequeña esperanza de llegar a ella. Pero, como hacerlo sin exponerme a la luz del sol?

Eres extraña (Edward y Bella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora