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Dalia:

--- hola, Tania --- escucho la voz de un chico decir a lado mío, no sé quién es, estoy tapando su rostro con la puerta de mí casillero.

Sólo hay dos estúpidas que me dicen así para molestarme, pero no es la voz de ninguna, debe ser alguien del equipo a quien convencieron, ya que a todos los tienen comiendo de sus manos.

Pero quién quiera que sea, no se va a ir limpio de está.

Antes de cerrar mi casillero para encarar al idiota, veo un yogurt.

Que lástima que este delicioso yogurt se vaya a desperdiciar en nuestro amigo. --- ironizo mentalmente

Cierro el casillero y conscientemente se lo echo encima .

A decir verdad ...  yo me imaginaba a alguien más, pero ...e... era él

--- Bueno... te iba a --- con una mano empieza a limpiarse los ojos --- obsequiar un libro, cómo disculpa por lo de ayer pero, creó que esto lo resuelve mejor.

¡Qué!... no sé que decir, estoy en skock, avergonzada, y juro por Dios que estoy más roja que un jitomate.

--- Veo que eres, de las que toman venganza por sus propias manos --- él continúa

En ése momento tomó todo el aire que puedo, para reaccionar y responder, no me puedo quedar como idiota, sin contestar.

--- Lo ... lo lamento --- digo torpemente y escondiendo el envase del yogurt --- pero --- hago una pausa, para retomar seguridad --- odio que me digan, Tania

Él suelta una pequeña risa.

--- Perdón, pensé que dijistes que no te gusta que te llamen Tania --- frunce ceño --- ¿que ese, no es tu nombre?

--- no --- muevo la cabeza de un lado a otro --- mí nombre es Dalia, solo dos personas me dicen así y no es por  cariño

--- oh... --- guarda silencio por un momento --- hola, soy Dante ¿y tú? --- extiende su mano, después de limpiarla, a causa del yogurt

--- ¿que crees, que haces? --- pregunto

---pues... empezar de nuevo ¿no? --- lo dice, sin mover la mano

Lo pienso dudosamente por momento, hasta que accedo a su saludo, algo pegajoso.

--- Dalia --- tomó su mano

--- es un gusto --- me dirije una sonrisa --- por cierto --- Dante me da un libro, con un moño lo que me da risa y le miró incrédula.

--- si... perdón por el moño, mi abuelo dijo que era buena idea--- se lo quita y lo guarda

Leí el titulo y... el autor, oh por dios ... no... lo creó.

--- es de, Amado Nervo --- digo inconscientemente y emocionada, él hace un sonido con la boca afirmando --- lo lamento, pero no puedo aceptar --- respondo con más calma

--- por favor... --- respondió

¡¿Que hago?! No puedo, es un libro muy valioso y no fácil se encuentra otro. Pero no puedo... ¡Pero es Amado Nervo! Antes de su misteriosa muerte, solo publicó ciertos ejemplares, y esté es uno de ellos.

--- ok... gracias --- dije finalmente, él sonríe

--- ¿te puedo acompañar? --- dice Dante

---... si, claro --- respondí

--- ¿que te parece si dejamos las formalidades a un lado y nos túteamos? --- dijo y yo asentí.

Dante:

Antes de llegar a la cafetería, hacemos una parada en el baño, para lavar mi cabello, no quiero trae trozos de durazno sobre mi pelo, todo el dia.

Nos dirigimos a la cafetería y nos sentamos en la primera mesa que vemos.

Veo que los chicos del equipo y las chicas se acercan y me invitan a sentarme con ellos, a lo cual les rechazo.

Los chicos comprenden de inmediato y me guiñan el ojo, pero las chicas no... y se van enojadas.

--- no te preocupes por mí vete con los chicos --- dijo ella

---no, ellos están mejor sin mí --- respondo

--- pero veo que a las chicas, no les agrado la idea --- dijo mientras destapa su almuerzo

--- si... --- digo algo inseguro, pues gracias a ellas, la llamé por otro nombre, ahora entiendo esa mirada que tuvieron.

Ella me ofrece de su almuerzo y acepto.

Cambiando de tema, le pregunte sobre sus libros favoritos.

Y así fue cómo, se nos acabó el tiempo del receso.

Cada uno recoge sus libros.

Caminamos hacía el salón de literatura para entrar.

Llega el maestro y da su clase, yo no pongo demasiada atención, ya que es inevitable perderme, viendo a Dalia.

La clase termina y todos salen con prisas ya que todavía faltan algunas clases.

Yo al contrario alcanzó a Dalia y le pregunto.

--- ¿que tal, sí saliendo de la última clase te acompaño a tu casa y seguimos platicando? --- dije esperanzado

--- no puedo mí tía pasa por mí, lo lamento --- respondió

--- está bien no te preocupes, será para la próxima vez.--- le respondo

--- Espera --- dijo ante de que yo girará sobre mis talones, para ir a las demás clases --- gracias por el libro --- dijo con una sonrisa

--- no hay de ... ---  se para de puntillas y me da un beso en la mejilla

Con ese gesto pude ver como sus mejillas se sonrojaron, hubo un silencio algo incómodo y después nos despedimos.

Después de eso, mí día va hacer menos frustrante.

Me voy a mis próximas clases, primero la del gimnasio con el profesor Thomas.

Pongo mis libros, junto con los libros de los demás en una banca, mezcló la libreta de Dalia con las mías.

Para que cuando venga por ella, no sé vea tan obvio que la tomé y que no fue un accidente.

--- jóvenes vamos a calentar un poco, quiero diez vueltas alrededor del gimnasio y ¡rápido! --- dijo él profesor

No tengo problemas con esto, corro lo doble de esto todos los días.

Así que empezamos a correr.

Besos InmortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora