Lucy:
(continuación del capítulo 12)
Después de hacer un halago hacía mi nombre, con esas dulces palabras que salían de sus carnosos labios, llamo a la mesera.
--- Buenas tardes ¿desean ordenar algo? --- dice la chica de cabellera negra y crespa en cuanto llega, sus ojos nos mira.
--- sí, gracias --- la mira, así mismo, dirije sus ojos a mí --- que te gustaría tomar, Lucía
Odio que digan mi nombre completo, no obstante, suena genial cuando él lo dice. Me van a decir loca, desquiciada, enferma mental, entre otras cosas. Sin embargo, creó que oir mi nombre, de él, me excita y como no hacerlo, si tiene un tono de voz muy, pero muy seductor.
--- un café negro --- articulo, al salir de mi mundo de fantasías sexuales.
ME URGE IR A MISA...
--- que sean dos iguales --- añade con una sonrisa. La joven solo anota en su pequeña libreta --- y me podría traer más servilletas por favor --- mira el servilletero vacío
Al escuchar eso, mi faz, se vuelve a tornar de un color carmín, y el calor aumenta. Ya que por mi torpeza, se terminaron... además, pase la mayor vergüenza de mi corta vida.
La chica asiente con una linda sonrisa y se adentra en el establecimiento.
Un incómodo silencio se instala entre nosotros, empiezo a jugar con mis dedos, algo nerviosa.
--- y bien... dime, ¿estudias, trabajas, casada, divorciada, viuda o disponible para mí? --- dice rápidamente, sus ojos se encuentran sobre los míos
--- bueno, estudio y estoy... --- me quedo callada al analizar lo último que dijo, lo que de nuevo provocó el enrojecimiento en mi rostro --- este... ahora mismo me encuentro en una pausa, con mi pareja --- dije haciendo un gesto, de molestia al recordar que mi "novio" me engaño con otra...
Me ha perdido perdón, demasiadas veces, pero no sé si darle otra oportunidad, lo amo pero al verlo, me hace revivir aquel momento. Su infidelidad me lastimó mucho. Tal vez este tiempo que nos dimos, logré poner mis sentimientos en "orden".
--- oh, vaya... pues dile a tu novio que gracias por la oportunidad --- me guiña un ojo, y creó que estoy alucinando.
Nos traen nuestros cafés, junto con más servilletas, y ya no pienso hablar sobre las susodichas. Que cada que lo recuerdo, parezco niña de quince años, en su primera cita. Sin embargo, esto no es una cita, lo cual me tranquiliza.
--- ¿eres nuevo aquí, verdad? --- pregunto mientras tomo la taza para darle un sorbo, hago un gesto de desagrado, pues no le puse azúcar
--- sí, vine a esta pequeña ciudad. Con un amigo, a penas vamos a cumplir tres meses viviendo aquí --- toma su taza de cafe y le mezcla dos cucharadas de endulzante y lo bebe
--- ¿en serio? ¿y de dónde vienen? --- me emocionó, siempre me ha gustado conocer gente de otras ciudades --- o más bien, de que época vienes, tu vocabulario es muy culto --- digo a modo de broma y sonrió, él levanta una de sus cejas.
--- Bueno, te diré un secreto, vengo de otro siglo --- se acerca un poco hacía mí --- nunca he sido bueno al recordar las épocas, pero nací en 1903. Saca cuentas --- dice con una sonrisa elegante, acompañada de un guiño.
Por un momento me siento extraña, un cosquilleo en mi vientre se instala, pero no le doy importancia.
--- ok, ahora te diré yo un secreto --- me inclino hacía él, intentando no darle una vista muy pronunciada de mis pechos --- odio las matemáticas --- digo en un tono serio y le devuelvo el guiño.

ESTÁS LEYENDO
Besos Inmortales
VampirosUna chica de dieciocho años, que como toda adolescente tiene sueños, pero, no es como las demás, no, ya que posee un secreto, que ni ella misma está consciente de el. Un Vampiro de noventa y ocho años, después de cometer un acto imperdonable para...