13- cap

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Dalia:

Salgo del cuarto de mi tía, espero y cumpla su promesa y mañana me siga contando más sobre ese tal Richard.

Está es la primera vez que mi tia, se abre conmigo... así que no pienso perder esta oportunidad...

Pero no sé... si estoy haciendo bién en que ella me cuente y recuerde todo esto, siento que estoy siendo egoísta con ella... pues sí mi intuición me es correcta, aquél hombre le destrozó el corazón...

Entró en mi cuarto, pero mi estómago hace un ruido extraño...

--- Cierto... no he cenado --- digo en voz baja y me toco mi vientre --- Teengoo hambree

Vuelvo a bajar a la cocina y veo el plato de la lasaña en la mesita de la cocina, lo tomo con ambas manos y lo observo

--- Esto esta más frío que el corazón de Jadis... --- y para quién no sabe quién es, necesitan ver de nuevo la película de Narnia...

Vuelvo a poner el plato en la mesa, pongo mis brazos cruzados sobre la mesa y miro el plato --- como me gustaría que estuviera como hace una hora... --- cierro los ojos a modo de frustración, pongo la cabeza sobre mis brazos y suelto un suspiro

De repente me enderezo en cuanto siento en mi pecho un pequeño ardor, justo dónde esta mi collar, que era de mi madre.

Hago a un lado la pequeña piedra, y observo que tengo una mancha roja, como si me hubiera quemado o irritado la piel, pero en fín... debe ser un piquete de algún mosquito.

Tomo el plato de vuelta para poner lo en el refrigerador, pero cuando lo hago este está caliente...

¿¡PERO QUÉ!?...

¡Esto es imposible...! ¡Podría jurar que hace un momento estaba frío!...

Más confundida que asustada... dejo el plato en la mesa... mis manos torpes se ponen heladas al dejar el plato...

No se porque pero de repente todo mi cuerpo empieza a doler... mis encías duelen, me empieza a dar una horrible jaqueca, acarició mis cienes para aliviar el dolor pero al contrario... empeora, instintivamente me tomó de la mesa al sentir que todo me da vuelta...

¿Que ocurre conmigo?...

--- tengo frío --- digo antes de que todo se vuelve oscuro y me desvanezca...

...

Un ruido molesto; cómo unos ronquidos, me sacan de mi sueño... al abrir los ojos un dolor punzante comienza a darme en la cabeza, con ambas manos me doy masaje y me doy media vuelta sobre la cama, me enrollo en las sábanas y quedó casi en la orilla de esta.

--- No te muevas mucho... --- escucho una voz suave y adormilada

Desorientada, con el dolor de cabeza y aún dormida... me giro hacía la voz, veo un bulto debajo de las cobijas, por un minuto lo miro extrañada, mis ojos repasan la habitación minuciosamente y reconozco que es el cuarto de mi tía...

¿¡Pero cómo es que llegué aquí!?...

Si lo último que recuerdo es... estar en la cocina y... el plato de la lasaña... se...se calentó ¿¿¡SOLO!??...

Suelto un quejido por el dolor, me acomodo en la cama en posición fetal... siento como mi tía se mueve atrás de mí y pone una de sus manos en mi hombro

--- ¿Dalia estas bién? --- su voz ya no suena adormilada, sino tiene un tono de preocupación

---Si... --- me vuelvo a quejar --- sólo es un simple dolor de cabeza --- digo intentando soportar el dolor...

--- Te traeré una pastilla --- dice y se levanta de la cama... escucho la puerta abrirse y cerrarse.

Ni si quiera sé, porqué es tan fuerte el dolor, pero si recuerdo la primera vez que sentí este mismo sufrimiento... yo tenía 15, fue unas horas después de aquél suceso...

El ruido de la puerta al abrirse me saca de mis pensamientos tormentosos; y le doy gracias a mi tía por ser tan descuidada y no ponerle aceite a los tornillos de la puerta... pues, odio recordar ese 26 de junio...

Los pasos de mi tía se acercan, siento la cama sumirse cuando se sienta en ella, me toma del hombro y me obliga a girarme hacía ella, cuando lo hago me entrega una pastilla y un vaso de agua, al mismo tiempo que me regala una sonrisa maternal... cojo lo que me da y me trago la pastilla

--- listo... --- digo al regresarle el vaso vacío, ella lo coge y lo pone en el mueble que esta a lado de la cama

--- a noche no cenaste ¿verdad? --- me mira un poco molesta, pero sin borrar su dulce mirada, esa mirada que una madre le regala a su hija cuando se preocupa por ella

Miro hacía otro lado, para evitar su mirada de color miel... que me endulza, un día de estos, sí, sigue mirándome así, me va a volver diabética

--- ¿porque la pregunta? --- dirijo mis ojos a los suyos, lo cuáles me miran dubativos

--- por que vi el plato de la lasaña en la mesa de la cocina...y lo deduje --- entrecierra sus ojos --- pues no se ve, que hayas tomado un bocado de el ---

--- Sí... la lasaña --- digo sin ponerle atención a lo que dice después, pues aún repasó todo lo que ocurrió ayer... --- tía ¿cómo llegue aquí? --- pregunto mirándola a los ojos...

Pero no recibo ninguna respuesta de ella, sino una expresión de confusión...

--- te quedaste dormida, mientras te contaba sobre Richard --- dice mientras me toca la frente, hago una mueca y quito su mano de mi cabeza --- tienes un poco de fiebre, será mejor que te quedes en la cama hoy...

--- estoy bién... --- mi voz está un poco irritada --- no necesito descansar --- intento levantarme de la cama pero, una mano me sostiene del brazo... miro hacía mi tía y después a su mano...

--- no señorita... usted se queda en la cama --- me dice con su ceño fruncido --- iré a hacerte el desayuno y tú no te mueves de aquí... --- ella sale de la habitación

--- ok... --- digo después de que se va, y me quedo sorprendida por cómo me habló, nunca había utilizado ese tono tan diciplinado... y opresivo, si me había regañado antes, pero no de esta manera...

Huevos revueltos, pan francés, jugo de naranja... eso desayuné y después vino un maratón de películas de Harry Potter.

Para la comida... me dio un estofado de... la verdad no quise preguntar, preferi quedarme con la idea de que  era de carne con patatas y vegetales... y después vino otro maratón, pero está vez no era de películas, sino de un programa de cómo restaurar tu cocina con cosas reutilizables...

En ocasiones, pienso que mi tía me odia... por obligarme a ver estas cosas

Pero lo peor, fue cuando cayó la noche y me dio vitaminas... pero inyectadas... me dolió hasta lo más profundo de mi alma, pues mi tía no sabe inyectar... es mas, me dejo un hematoma...

Pero lo bueno es que no duró mucho el dolor... pues con esa inyección, en ves de darme fuerza... me las arrebató, y me quedé profundamente dormida...

Besos InmortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora