Narra María~
Pensé que los días no pasarían rápido pero, ha llegado el día de salir de este país y librarme de mis padres. No es que no los quiera, sin embargo, en ocasiones llegan a decir comentarios que me hacen taladrar la cabeza.
Justo me encuentro haciendo la maleta, el vuelo saldrá en un par de horas con destino a la Ciudad de México, llegó el momento de independizarme. Ahora pienso que si era así de fácil, ¿Por qué no lo hice antes? Quizá por temor, miedo a lo que me espera en un lugar dónde no conozco a nadie, aunque siendo sincera, acá pareciera que no conozco a nadie ¿cuál es la diferencia?
Salgo de mi cuarto y me dirijo a la cocina, los veo ahí, mi papá está tranquilo mas no mi mamá, ella aún no acepta que su hija volará del nido y que muy probablemente no regrese hasta dentro de 5 años, sí es que regreso, la verdad estoy muy ansiosa por volar y conocer un lugar nuevo, diferente.
-¿Estás lista? -Dice mi papá.
- Sí.
Me dispongo a desayunar por última vez con ellos. Sé que allá sentiré ese vacío, la soledad no es mi mejor aliado y a la vez, es todo lo que tengo, me enfrentare a ello porque puedo.
---00---
Voy en el asiento de atrás, los veo con tensión, deberían superarlo, ahora tendrán más tiempo para ellos. A lo lejos veo el aeropuerto de Santiago-Pudahuel, estamos llegando a lo inminente: A la despedida en la que mi mamá dirá "quédate" y papá le responderá "Ella ya tomó su decisión", las nubes parecen apretar al cielo, quizá haya tormenta, este es mi último invierno aquí. ¿Cómo será el de México? ¿Cómo será México?
---00---
Los tres entramos a la sala de espera, nos sentamos esperando a que anunciaran que el vuelo está listo para ser abordado. Ambos se sentaron a mi lado, sosteniendo mis manos, esta despedida se estaba tornando demasiado melosa. Bastante cursi para como son ellos conmigo.
En cuanto nombraron la sala para abordar, me levanté sin pensarlo y tomé mis maletas. Sentí como se levantaron y me siguieron por atrás, de forma sigilosa. Para mí, lo estaban tomando con demasiado sentimentalismo y los comprendo, soy su única hija. La única que ven, que viven y soportan.
Pero de no haber encontrado la información de AGCID, no podría tener esta oportunidad de intercambio y por fin, extender mis alas.
Estoy ansiosa por recorrer las calles aztecas.
Me despedí de ambos y aborde, iba ser algo tedioso pasar casi 9 horas sentada, pero por lo menos me tocó ir en la ventanilla. Saqué mis auriculares y me pusé a escuchar música una vez que la azafata dió las indicaciones.
---00---
Para cuando desperté, me di cuenta que estabámos llegando al aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México, todos bajamos y yo tomé un taxi con dirección al apartamento que previamente había rentado. Hace calor, no tanto como en Chile durante primavera o verano pero, hace calor.
Pagué el taxi, subí mis maletas a mi apartamento y me duché. Mañana iría a la UNAM, a revisar mis documentos y luego. Luego no sé.
---Un mes después---
He pensado en ir a Starbucks, hace bastante no voy, hace bastante que no entro a mi mundo. Tomé el bus y me bajé en el primer Starbucks que encontré, entre y no note diferencia alguna, me sentí en casa.
Pedí un té verde y me senté en el sillón más cercano a la ventanilla. Le di un sorbo y dirigí mi mirada al fondo, ¿Una librería?
Me encamine hacia el lugar y me di cuenta que en efecto, aquel Starbucks tenía una biblioteca, me acerqué más y me perdí entre las estanterías, encontré un libro de Pablo Neruda, lo cogí y fui directo un sillón.
Vi a una mujer salir de las estanterías y captó mi atención. Llevaba lentes y tenía ligeramente maquillaje en la cara, llevaba un vestido negro discreto que le hacía resaltar aquella figura, tenía un molote en la cabeza bien hecho. Parecía ser la encargada de ahí, ya que llevaba varios libros en los brazos.
Bajé mi cabeza en cuanto vi que otra mujer llegaba a ayudarle. Escuché su nombre "Tere".
Salí de ahí, bien, por lo menos sabía su nombre, que es lo más relevante.
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Tratando de hacerme feliz
RomanceA veces la vida te tiene preparada cosas distintas a lo que alguna vez imaginaste. Ese es mi caso, una chica sin oficio pero con muchas ganas de crecer profesionalmente. Lejos del alcance de las garras de mis opresores padres.