Tratando de hacerme feliz

Especial~ A Saber.

A veces me pregunto si soy sólo yo la que está aburrida de la vida o es que mi vida es aburrida. Volteó a ver a cada uno de mis compañeros, tan normales ellos con sus vidas, como si las idioteces que hacen les da vida, miro fijamente a Blanca, sigue igual de despistada, ¿Cómo es que siempre está feliz? Ella siempre tiene algo gracioso/tonto/ridículo que decir.

Siento vibrar mi teléfono, lo busco en la mochila y veo, "número desconocido", lo leo sin más.

"Estoy afuera de tu Universidad, estaré esperándote.
Tere~
Recibido 11:10."

¿Cómo es que tiene mi número? Quizá mi cara descolocada llamó la atención de Blanca. Pues yace enfrente mío y de cuclillas.

-¿Es ella? -.Puedo notar la tristeza en las palabras.

-Sí.

-Me alegro.- Sonríe de medio lado, hace bastante no la veía hacerlo.- Yo le di tu número, tienes derecho a intentarlo.

-¿Intentar? ¿Qué? ¿Por qué?

-Ella te gusta, a ella le gustas. Necesitas un empujón para hacer las cosas, si tú no lo hacías, ella menos. Pero no descuides las clases.

-Eres una boba, ¿sabías?

-Pero no soy tu boba, sé feliz.

Y salí, el profe aún no llegaba así que espero piense que no fui a la Universidad, voltee por todos lados y nada. Al fondo había un auto, con espejos polarizados. La puerta del piloto se abrió y la vi a ella.

No sabía que hacer o como reaccionar, las piernas me temblaban y estaba segura que en cualquier momento caería. La vi acercarse a mí, venía vestida de forma casual a excepción de la mascada que tenía en la cabeza y que llevaba puestos lentes oscuros, quizá y se ocultaba de alguien.

-Hola - Dijo una vez estando frente a mí.- Siento haberme ido de repente aquella vez en la cafetería, tenía un asunto pendiente.

Y aunque ella había sido directa, algo en mí interior decía que no le diera más vueltas al asunto.- No te preocupes, sé que tienes cosas más importantes que hacer, eres una figura pública.

-Nada de eso muchachita.- Se acercó un poco y me susurró al oído.- ¿Te gustaría ir de paseo conmigo?

Sabía que si le decía «Sí» al momento sería algo raro y extraño. Sonaría a desesperación, no tenía idea de porque ella estaba ahí, yo no tenía idea de que hacía ahí, pero estábamos y ella me estaba invitando a salir prácticamente.

-Pues vamos.- Sonrió y me tomó de la mano, caminé a gustó al lado de ella, sobre todo el olor de su perfume, era tentador querer olerlo más de cerca.

«La vie est belle»

--00--

En el transcurso de la Universidad al próximo destino, ninguna hablo, sólo nos mirábamos tal cómplices sin dejar de sonreír mutuamente, todo era algo revolucionario, pues sé que no había sentido nunca antes algo parecido.

Llegamos a una zona boscosa, con amplias áreas verdes y demasiado abono en ciertas partes, habían muchos andando en bicicleta, había demasiada gente por todos lados y había ardillas por doquier.

-¿Conocías?

-No, ¿Qué lugar es este?

-Es el bosque de Chapultepec, hay varias secciones, ven.-Nuevamente me agarró de la mano. - Vayamos a divertirnos.

Visitamos el zoológico, el Museo de antropología, estuvimos en la sección infantil donde pasaban una obra de Disney, también acudimos a la zona de alimentos para comer un poco.

Estuvimos un rato dándole de comer a las ardillas, tan lindas y nada miedosas.

-Hay que ir a las lanchas.- Dijo sin más.

A lo lejos las vi, era como una sección dividida rodeada de barda y malla. La fila era un tanto larga, pero por suerte avanzó rápido.

Pago el costo y el seguro de protección del equipo y colocaron los chalecos, nos indicaron la lancha y subimos a ella. Ella no paraba de mirarme y yo no dejaba de sonreír.

-Pedalea más rápido.- Dijo.

-Eso intento, jaja.- Era totalmente diferente a pedalear una bicicleta.

Había patos nadando, por lo que en un momento a otro seguíamos a cada pato que se nos cruzaba en el agua.

-Me gusta verte sonreír, María.

Voltee a verla, ¿Era real?

-Gracias.

Después de eso, me sentía avergonzada, sé que tenía la cara como jitomate. Le dimos 2, 3 vueltas al lago y salimos de ahí, tomadas de la mano. No sabía si eso significaba algo para ella, pero para mí estaba significando todo, era algo totalmente nuevo y se sentía más que bien.

-Me alegra que aceptaras salir.

-A mí también.

-Hoy es mi cumpleaños y tú fuiste la mejor compañía para este día.

-¿En serio?.- La abracé sin pensar.

Fue un brazo que me movió tanto, reconfortante, sentía como nuestras almas se unían para ser un sólo cuerpo. Una sensación embriagante, una sensación que me hacía temblar, la nuca y orejas me ardían.

Creo que me gusta.

Nos separamos tan sólo un poco sin soltarnos, me miraba fijamente a los ojos y yo hacía lo mismo, bajé la mirada a sus labios, aquellos que incitaban a pecar.

Su aliento pegaba en mí y esas emociones que se liberaban de mí me hacían alucinar.

Me besó.

Sentí ésos labios chocar con los míos, era delirante, poco a poco abrí los labios dejando que ella se apoderara de mi ser.

No sé cuanto duró aquel beso, el cual fue una entrega total. Era algo que había sido anhelado, esperado y ansiado.

--00--

Caminamos de la mano en dirección al auto y partimos, el regreso fue igual, en total silencio, pero nuevamente sin dejar de sonreír.

Se detuvo enfrente del departamento en donde vivo.

-¿Te parece si hablamos después?.- Preguntó desde detrás del volante.

-Sí, hablamos.- Y corrí a refugiarme atrás de la puerta principal del departamento.

Mis piernas eran gelatina, toda yo lo era, no paraba de temblar y tampoco dejaba de pensar en lo sucedido.

Esto realmente me estaba pasando.

Subí a mi piso como pude, dejé la mochila en su sitio y me metí bajo las sábanas, no quería saber nada del mundo, sólo quería pensar en el maravilloso día que Teresa me había dado hoy.

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Happy Birthday Daniela Romo~
<27/08>