Una amiga.

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Cuando despierto alcanzó ver pequeños rayos de sol asomarse por la ventana. Rayos, me quede dormida.

Hoy tenía planeado ir a un museo para hacer una tarea, pero mi alarma simplemente no sonó o sencillamente no quisé escucharla. Tomo mi celular y me dedico a mandarle un mensaje a mi compañera, me llevo la sorpresa de que ella ha mandado varios.

"Estoy esperándote, tardera
Recibido 8:30"

"¿Vendrás?
Recibido 8:45"

"Me estoy durmiendo aquí, es sábado ¡desconsiderada!
Recibido 9:01"

"Estoy pensando en irme, tenía una cita pendiente...
con mi cama

Recibido 9:05"

Decido enviarle un mensaje, la mejor opción sería aquel lugar.

"Puedes ir al Starbucks que se encuentra en la Av. 5 de Mayo, junto al parque de gobernadores?
Enviado 9:09"

Me levantó rápido y me meto a la ducha, espero que aún no haya llegado a su casa o no saldrá más. Cuando salgo de la ducha, lo primero que hago es revisar el teléfono.

"Solo porque eres tú
te veo ahí
no tardes, me estoy muriendo de sueño.
Recibido 9:19"

Me cambio lo mas rápido posible, peino y salgo del apartamento, en cuanto llegó a la parada, el bus que me llevará al lugar pasa, subo y de nuevo me voy a la parte trasera, ahí, en donde parece que la humanidad se pierde.

Reviso el reloj, en poco tiempo estaré ahí, desconozco si trabaja estos días, pero me imagino que sí y que es lo más probable que este esperándome...

La simple idea de que ella este esperándome, me hace vibrar en lo más profundo de mi ser pero ¿qué es?

Llegó a la parada y bajo, entró como siempre sin percatarme que mi compañera estaba ahí, esperándome.

- Estaba pensando seriamente en irme, pero las ganas de verte pudieron más que mi sueño.- Dice con una sonrisa de medio lado, como suele dárselas a cualquier chica bonita que vea.

- Tarada.- Le respondo como siempre y continuó con mi trayecto.

- ¿Te apetece tomar algo?.- La escucho decir, me imagino que esta muy atrás observando a otra chica.

Me giró para retarle, pero es todo lo contrario, realmente está atrás mío.- Un té verde.

- Okay, adelantate en lo que pido.

Y le hago caso, sigo hasta llegar a la biblioteca, me siento en el sillón que se encuentra enfrente de la mesita en la que suele estar Teresa, volteó a las estanterías y no escucho ruido alguno. Quizá no trabaja hoy, dejó mi mochila en el sillón y me dirijo a buscar unos libros para lo del trabajo, veo venir a mi compañera con dos tés, ambas hemos dejado el café.

- Blanca.- Le digo haciéndole señas para que fuera conmigo.- ¿Crees que este sirva?

- Puede ser.-Yo sé que ella es muy despistada, que es graciosa y ocurrente.- Pero podríamos también revisar más libros.- La veo acercarse al sillón, se sienta y saca el celular.

- ¿Qué haces? .- Le cuestiono.

- ¿Nada? .- ¿Responde o pregunta?

- Seguro estas mandándole un mensaje a alguna de esas chicas con las que sales.- No, no es una escena de celos, solo qué, si le lanzas indirectas a alguien es porque te gusta, ¿no?, ¿Qué es exactamente lo que ella hace conmigo? Exacto, trata de conquistarme.

- Puede que sea 50% cierto y 50% falso, pero la verdad es que la que me interesa eres tú.- Y ahí estaba de nuevo, tratando de ligar.

- Si es así, entonces hay que apurarnos.

Ella guarda el móvil en el bolsillo del pantalón, se levanta y se acerca a mí, demasiado cerca de mi rostro, solo nos separan unos centímetros, siento una sensación, alguien nos está observando, levantó la vista y es ella.

Teresa.

En un instante me alejé de Blanca, era algo penosa esa situación, ella tomo dos libros y se regresó al sillón, yo también y me senté a su lado.

Puedo sentir como Teresa me recorre con la mirada, es algo incómodo.

- Sabes, tienes una sonrisa muy bonita.- ¡Maldita! ¿Por qué tiene que decir esas cosas? Yo no sé como es que ella puede ser así, tan liberal.

- Estás loca.- Le digo esperando que capte que lo importante es el trabajo.

- Y tú tienes la culpa.- Me empiezo a reír por ese comentario.

- Ahora, ¿Todo lo que te pase es culpa mía?

- Sí, tu tienes ese antídoto para regresarme... No, igual, seguiría loca.- Sí, definitivamente es muy ocurrente.

- Mejor lee esto.- Le digo señalando un párrafo en el libro, ella ajusta su voz, haciendo ruidos con la garganta.

- María, María, tú que todo lo ves, bésame los pies .- Esto no me dio gracia, nada de gracia.

- Tonta.

- Esta bien, me portare bien, porque no quiero que te enojes, ya sabes lo que dicen, si te enojas te arrugas.

- Ya, ponte seria.- Lo admito, estaba aguantandome las ganas de reírme.

Ambas seguimos leyendo el libro y tomando apuntes, mientras Blanca no deja de decir piropos, chistes que de verdad, son tiernos y graciosos. De forma discreta intento verla, hoy no hemos cruzado ni media palabra y no es porque yo esté acompañada, simplemente tengo pena.

No sé que decirle, hoy no tengo ningún tema de conversación como para acercarme. Bajo la vista hacia el libro y siento entrar alguien.

Una mujer de cuerpo esbelto y cabello corto rojizo, eso es lo único que logró apreciar.

Ya está, ella esta con alguien y yo también lo estoy.

Tratando de hacerme felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora