Es viernes, inicio de fin de semana.Volteó a un lado y veo a mi compañera dibujando mientras que la maestra explica más sobre el tema y justo yo no puedo prestar atención.
No puedo dejar de pensar en ella, en sus ojos negros, profundos que penetran el alma y ese cabello largo, sedoso.
"- Sería bueno que vayas a verme algún día."
Aún siento su mano en mi brazo, aún creo oler su perfume, es algo tan embriagante.
Escucho que la clase ha terminado, mi cuaderno sigue intacto, sin ningún apunte, sin la fecha. Me coloco la mochila en la espalda y salgo al pasillo, pronto me saluda aquella chica que parecía estar dibujando en la clase.
- ¡Eh! María, ¿Cómo te va? .- Pregunta, pero es como si realmente no le interesara.
- Bien, supon...- Me dejo sola, aún no entiendo, ¿Por qué es así?
Camino un par de salones más y la veo de nuevo, ahí está, coqueteando sin descaro, sin preocuparse si los maestros la ven o no.
Esta completamente loca, unos días me coquetea y otros días, coquetea con cualquiera, tampoco es como que me importe ¿o sí?
Salí en dirección a las jardineras para ir a la parada y tomar el bus, porque claro que iré a Starbucks, pediré lo mismo e iré a la biblioteca.
Solo para verla, ¿Qué más podría pasar? Es viernes, ya después haré la tarea.
Pasa un bus y me deja. ¡Fantástico! Revisó el reloj, ha pasado ya 5 minutos, 5 minutos en la que podría estar llegando ahí, con ella. Al principio, se me hacía un torbellino el ir en bus, no son como en Chile y su organización deja mucho que desear.
Veo aproximarse el bus, se detiene y subo, pero va igual de lleno que el otro, avanzó hacia atrás y escucho decir al conductor "Hay más espacio atrás", me gustaría ser él y creer que de verdad hay más espacio. Logró llegar a mi cometido, estar cerca de la ventana, volteó a la banqueta, hay más gente ahí, esperando por disfrutar su viernes en familia y yo, solo pienso en disfrutarlo mientras puedo llenar mi vista de ella.
"- Y usted, ¿Cómo se llama?
- Teresa, pero mi nombre artístico es Daniela"
- Tere .- Lo dije en voz alta.
Veo la parada del Starbucks, presionó el botón que hace sonar ese timbre de "parada", esto esta más apretado. Logro bajar y camino en dirección al lugar, entró y pido mi ya famoso té verde.
Sigo mi camino hacia la biblioteca y me siento cerca de la mesa en la que ella siempre se encuentra, mi libro parece estar esperándome, abro el libro en donde deje el separador y me dispongo a leer.
- ¿Hacías esto en tu país natal? .- Su voz parece melodiosa, me imagino como cantará.
- Sí, me encanta leer.- Ella hoy viene vestida formalmente con pintalabios rosa, un pintalabios ligero y esos lentes que la hacían ver más intelectual.
- A mí también, mi autor favorito se llama Gabriel García Márquez.
- Autor colombiano.- Llegó a decir, sé que lo escuché, en algún lado.
- El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.- La miré.- Es una de las frases de Gaby.- Y empezó a reírse.
Y le seguí, porque sonaba gracioso y porque su risa me contagió, me la paso muy bien con ella.
- ¿Hace cuánto trabajas aquí? .- Le pregunto.
- Casi 4 años, es un ambiente tranquilo y vienen muchas personas con diferente personalidad.
- ¿Conoces a todos los que vienen?
- No, solo a ti.- Esta bien, siento las orejas arder. Acaso, ¿Es una indirecta?
- Ya, e-este...- Perfecto María, ahora tartamudeas.
- ¿Sí?
- Creo que debo irme.- La veo levantar las cejas de par.
- ¿Tan pronto? No le has tomado al té y no has leído nada.
Tiene razón, es que simplemente no puedo pensar cuando la tengo enfrente.
- Olvide que tenía que hacer una tarea para plataforma.- Me apresuro a decir, es lo mejor, no quiero que piense que soy una adolescente que se anda enamorando y perdiendo la cabeza, aunque tenga esos síntomas, pero, no estoy perdiendo la cabeza.
- Bien.- La veo ponerse de pie y dirigirse a su silla, se sienta y parece que anota algo en un papelillo.- Te doy mi número, así acordamos el día que puedas ir a verme en el coro.
Camino hacia a ella, mantiene el brazo extendido, veo sus finas manos, delgadas y pintadas de blanco, tomo el papel y lo guardó en el bolsillo del pantalón.
- Nos estaremos viendo.- Digo y camino, la escucho decir "Ve con cuidado".
Es en verdad, cada vez me estoy perdiendo en su mirada, aquella mirada que congelaria a la población entera.
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Tratando de hacerme feliz
RomanceA veces la vida te tiene preparada cosas distintas a lo que alguna vez imaginaste. Ese es mi caso, una chica sin oficio pero con muchas ganas de crecer profesionalmente. Lejos del alcance de las garras de mis opresores padres.