08/10/17.
Me pase todo el día estudiando ya que mis padres me dijeron que por la noche iríamos a cenar a un restaurante para celebrar mi cumpleaños, ¿La verdad de todo esto? Es que no tengo ganas de celebrar, ¿Qué se supone que se debe de celebrar? ¿El hacerse más viejo y tener más responsabilidades? Porqué yo no lo comprendo. Sé que soy antipática en situaciones como estás y me da igual el que me critiquen por pensar así.Según mi padre hizo una reservación en un restaurante chileno, eso no tiene sentido, ¿Para qué vienen si van a hacerlo como si estuviéramos allá? Aunque admito que quiero un mote con huesillo, hace mucho que no tengo el gusto de comer...
Veo a mi padre sentado en el sillón, leyendo una revista de la Universidad que tenía guardada, por lo menos no me revisa los cuadernos, sería el colmo. Observo de reojo a mi madre, como siempre, toda despreocupada de la vida perdiendo el tiempo viendo programas absurdos.
- Terminé de estudiar.- Avisé sin mucho ánimo.
- Justo a tiempo, Mary.- Responde mi padre mientras deja la revista en la mesilla y se pone de pie.- ¡Vámonos!
Lo veo tomar las llaves del auto que rento en cuanto llegaron a México y colocarse un saco, él está exagerando todo. Termino saliendo detrás de él a regañadientes y mi madre me sigue, creo que está condicionada por mi padre.
Me subo en la parte trasera como lo hacía en Chile, ellos adelante, yo atrás.
En cuanto llegamos el restaurante se me hizo conocido, no porque haya ido antes, sino porque está cerca del palacio de bellas artes... Entramos y y no deje de mirar hacia aquel lugar, me atrae, aunque sé que no debo. La reservación de la mesa estaba al lado de los enormes ventanales del lugar, se podía ver aún al palacio, al tráfico que había a altas horas de un domingo por la noche.
El mesero llegó y nos tomó la orden, trajeron la entrada después de 10 minutos de espera y el vino Cabernet Sauvignon.
- Tu madre y yo hemos estado pensando mucho sobre ti, Mary.- Levanto la vista para verlo.
- ¿Sobre?.- Fruncí el ceño.
- Creemos que deberías regresar con nosotros. No estamos contentos al saber que nuestra única hija está tan lejos.
- Yo no me iré.- Digo tajantemente.
- ¿Por qué quieres quedarte? Nosotros somos tu única familia.
- Porque empecé algo y quiero terminarlo. ¿Lo entienden?.- Le miro desafiante.- Tú fuiste quién me enseñó a ser así, padre, ¿Acaso lo olvidaste?
- No.
Voltee la vista hacía la calle y las vi, ¿Qué hacen juntas? Parecen discutir, ¿Será?
Las seguí con la mirada mientras ellas caminaban, no sé si como las mejores amigas o como las peores rivales. O quizá... Conociendo a Blanca, muy probablemente le esté coqueteando.Bajé la mirada a la mesa, observando mi plato, no pensé que ellas... Alce la mirada porque me rodeaba ese silencio sepulcral. Vi a mis padres y a ellas dos venir atrás.
Sé acercaban peligrosamente, yo no estaba preparada para esto.- ¡Buenas noches! .- Dijo Daniela, Teresa o esa chica que me aceleraba el pulso.
Mis padres voltearon a ver a las intrusas, confundidos volvieron su mirada y la centraron en mí. Porqué era genial, por primera vez, no sabía que responderle a mis padres. Lo más sensato era decir que eran unas amigas de la Universidad, pero no dije nada.
- Mi nombre es Blanca y es un gusto conocerles, seguro, ¿Son los padres de María?
- Así es... -Contesto mi padre.
- Tienen una hija maravillosa.- Las veía a las dos, Daniela no dejaba de mirarme, tampoco hablaba y Blanca, ella siempre demuestra sus dotes de empatía.- Yo soy amiga de María.
- Yo también soy amiga de María.- Hablo Daniela al fin.
Siendo sincera, me moría de la curiosidad por saber que hacían ellas dos, aqui.
- ¿Podemos acompañarlos? .- Y sin recibir respuesta alguna, Blanca se sentó y Daniela la imitó. ¡Perfecto! No creo en el señor Dios, pero estoy comenzando a pensar que esto es un castigo divino, de no haberlas visto antes, ahora tengo una sobredosis de las dos.
Mi padre frunció el ceño, estaba claramente molesto, él es todo lo contrario a Blanca, es totalmente reservado en cuanto a cosas de familia.
- ¿Y qué hacen tan noche jovencitas?
- La noche apenas empieza, además moríamos de ganas de felicitar a su hija.
- Oh.
La tensión que se había formado entre mis padres y ellas, había disminuido conforme seguían hablando, más no el mío. Los veía conversar bien sin hallar algún problema, pero sentía esa incomodidad, esa presión subir lentamente por la nuca.
Suficiente.
Me levanté, está situación se estaba saliendo de control, no quería ver a Blanca por lo intensa que es, tampoco quería ver a Daniela porque no sé qué tan verdaderas son las intenciones de ella hacía mi persona.
- Permiso padre.- Tome a las dos de las manos y me aleje de la mesa, lo suficiente para que mis padres no escucharán absolutamente nada.
- ¿Qué les sucede? ¿Acaso no tienen idea de que esto es algo íntimo? -. La privacidad era algo que me tenía sin cuidado, pero no podía estar con estás mujeres intensas.
- Blanca me llamo y dijo que hoy cumplías años, felicidades es...
- Gracias, continúa.- Blanca permaneció callada.
- Así que me llevo a tu departamento para felicitarte, te vimos salir y después el taxi perdió el auto en el que ibas, decidimos caminar y al final te encontramos.
- ¿Qué dices al respecto, Blanca?
- Pensé que te agradaría la sorpresa.
- ¿Cuál?
- El tener a dos mujeres locas por ti el día de tu cumpleaños.
- ¡Idiota!.- La cara me ardía y ¿¡Cómo no!? Grandísima idiota.
- De todos modos yo me iba a retirar, feliz cumpleaños y que pases buena noche.- Se alejó y me dejó con Daniela. Tenía miedo de quedarme sola, la última vez, ella me beso.
- ¿Por qué te escondes de mí?
- Mis padres... Ellos no saben, además estoy muy ocupada con la Universidad y...
- Pretextos, sé que estás huyendo de mí, lo que no sé es porqué.- Me interrumpió.
- Probablemente no deberías buscar un porqué.
- Me gustas. Ese es un porqué factible.- Se mordió el labio esperando una respuesta mía.
- Debes irte.- Me di la vuelta y camine, sentí su cuerpo pegarse al mío, una sensación me recorrió entera y me estremecí.
- Feliz cumpleaños, linda.- Susurró y beso mi nuca.
Camine sin mirar atrás, logrando llegar a la mesa en la que se encontraban mis padres, el plato principal ya había llegado, así que sólo quedaba comer.
--00--
Su aroma se quedó impregnado en mí, aún logro sentir esa sensación del cuerpo de ella rozando con el mío, siento ese escalofrío recorrerme al recordar el beso, ¿Qué es lo que ella provoca en mí? ¿Qué es realmente?
Me gustaría poder descubrir lo que me pasa con ella, su mirada, sus labios, sus manos y ese cabello, hacen que me sienta intrigada pero me da miedo, me da miedo descubrir y decepcionarme.
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Tratando de hacerme feliz
RomanceA veces la vida te tiene preparada cosas distintas a lo que alguna vez imaginaste. Ese es mi caso, una chica sin oficio pero con muchas ganas de crecer profesionalmente. Lejos del alcance de las garras de mis opresores padres.