Dedicado a
Thomas reprimió el repentino pánico que se adueñó de él. Seguro que lo único que pasaba era que Patrick había decidido volver al interior de la casa con Melisandre. No pasaba nada.-¿Patrick? - llamó con suavidad al entrar en la casa, esperando verlo en el cuarto de estar, en su sillón favorito.
La habitación estaba vacía.
-¿Patrick, estás aquí?
Al no obtener respuesta, Thomas experimento una punzada de temor.
-¿Patrick? ¿Mel?
Dejó el cubo con la ropa en el suelo y empezó a recorrer la casa abriendo puertas y llamado m no había señales de ellos por ninguna parte.
"Deja de asustarte. Seguro que están en la cocina".
Pero tampoco estaban en la cocina. Thomas comenzó a sentirse atenazado de terror. Trató de decirse que estaba exagerado. Patrick era un adulto responsable, un poco despistado, tal vez, pero no era ningún tonto. Había criado a Dylan por su cuenta, y estaba claro que se había encariñado con Melisandre. Nunca le haría daño.
Al menos intencionalmente.
¡Cielo santo!
Tras recorrer la casa de arriba abajo, volvió al exterior, a mirar en todos los porches. Acabó ante las escaleras principales, con la mano sobre los ojos para protegerse del sol, explorando con la mirado los interminables pastos en busca de Patrick y Melisandre.
¿Como podían haber desaparecido tan rápido?
-¡Patrick! - grito, utilizando las manos a modo de bocina.
La única respuesta fue el lejano graznido de un cuervo.
El pánico que estaba conteniendo estalló. Todo el amor que sentía por Mel brotó en él como un géiser, llenándolo de añoranza y temor. Su pequeña era tan amorosa, tan deliciosa, tan perfecta...
"Por favor, por favor, por favor, que esté bien" , Thomas rogó en silencio.
Al escuchar de pronto el sonido de un látigo, su corazón latió mas rápido. Los ganaderos utilizaban látigos y fustas para su trabajo, lo que significaba que Dylan no debía de estar muy lejos.
Sin prensarlo dos veces, bajó las escaleras de dos en dos y rompió a correr por la hierba en dirección a los corrales. La puerta de la valla era demasiado complicada como para detenerse a tratar de abrirla, de manera que pasó la valla por encima y siguió corriendo por el prado donde pastaba el ganado.
"Espero que no haya otros, pensó mientras corría.
Volvió a escuchar el sonido de un látigo.
Procedía de detrás de un grupo de arboles de caucho que se hallaban al final del prado. Al no encontrar una puerta de salida, pasó entre las alambradas, que desgarraron su camiseta y le produjeron diversas rozaduras de las que hizo caso omiso. Tenia que encontrar a Melisandre y necesitaba a Dylan para ayudarlo.
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El Milagro De La Vida (Dylmas)
RandomHasta que salvo en una tormenta al embarazado Thomas Brodie-Sangster y lo ayudo a tener a su bebe, Dylan O'Brien nunca había tenido un bebe en sus brazos. Thomas nunca olvido a su salvador y, en cuanto su bebe tuvo unos meses, aprovecho la oportuni...