Desafortunado

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NamJoon se había pasado todo lo que quedaba de aquel día corriendo de un lado para otro, y no porque decidiera ponerse en forma. No tenía más remedio que hacerlo, pues su pequeño hermanastro se encontraba en brazos de su novio sufriendo por las altas temperaturas en su cuerpo.

¿En qué momento había llegado a enfermarse? Lo había notado algo raro e incluso no fue el único, pues Jimin pensó lo mismo, o puede que hasta más, ya que había estado mucho más pendiente él que su propio hermano. Tampoco es que fuera un hermano mayor ejemplar, ni se sentía en el deber de serlo. Él no había pedido convertirse en hermano.

NamJoon llegó en ese momento junto con HoSeok y varios paños empapados en agua. Se los pasó a Jin y rápidamente colocó uno en la frente del menor, viendo cómo éste arrugaba la nariz por el contacto frío de la tela. YoonGi se apartó del resto y comenzó a buscar algo en su móvil y, en cuanto NamJoon se dio cuenta de sus intenciones, lo detuvo.

— ¿Estás loco? ¿Un médico? No tenemos para pagar tal cosa.

— Tu hermano está muy enfermo. La fiebre puede ser muy peligrosa, podría pasarle algo grave. —dio un manotazo a NamJoon cuando éste estuvo a punto de arrebatarle el aparato.

— ¡NamJoon, no seas idiota, no es momento de pensar en el dinero! ¡Tu hermano está muy mal! —gritó Jin desde la cama junto a JungKook, quién no paraba de jadear por la fiebre— YoonGi, sal afuera y llama. ¡Tae, no dejes que NamJoon salga! —el castaño asintió después de que YoonGi saliera y él se colocara en la puerta para impedir que el rubio lo siguiera.

— Pero bueno, ¿esto qué es? ¿Ahora me vais a poner de malo? ¡Yo también estoy preocupado, pero nos meteremos en un lío si un médico viene aquí y descubre todo! —Jin continuó ignorándolo mientras le daba la vuelta al paño sobre la frente de JungKook— ¡Lo que necesita son medicinas! ¡Podemos pedirlas en recepción!

— Jimin, por favor, hazme el favor de darle un buen puñetazo de mi parte —dijo Jin en dirección al nombrado. Éste estaba de pie junto a él, mirando fijamente al menor sin perder un solo detalle—. ¿Jimin? —siguió sin inmutarse— TaeHyung, hazme tú el favor de espabilar a Jimin y luego darle un puñetazo a NamJoon.

Como si las palabras de Jin fueran las órdenes de un comandante y él tan sólo un soldado que debía acatar todo, se separó de la puerta y llegó hasta Jimin, colocó algo dudoso una mano en su hombro y al no obtener respuesta decidió golpearlo. Pero el golpe nunca llegó, pues Jimin había agarrado su muñeca y doblado al instante.

— ¡Au, au, au! ¡Jimin, duele! —el chico lo soltó y el otro comenzó a sobarse la muñeca con un notable puchero en sus labios, Miró a Jin y éste negó irremediablemente. ¿A quién se le ocurría? Sus palabras no iban en serio, era evidente que ni Jimin ni NamJoon iban a dejarse golpear por TaeHyung.

Jimin, aún en estado de shock, no dejaba de recordar todo lo que había pasado. Se sentía culpable, aunque no debería, pero sin una respuesta justa para él, decidió llevar la carga de la culpa.

Después del acontecimiento que tuvo entre el menor y su entrepierna, reunió todo el valor que tenía y salió del baño con su bulto ya disimulado; estaba aún excitado, pero no tanto cuando los remordimientos comenzaron a llegar. El menor había vuelto a la cama y preguntó lo que era evidente, pero Jimin supo cómo defenderse, luego se acostó en la otra cama de espaldas a JungKook y así se mantuvo casi toda la tarde.

Recordaba como JungKook lo llamaba, pero éste le daba largas, no quería voltearse y verle su inocente rostro para de nuevo sentirse como un depravado. Incluso llegó un momento en el que JungKook lo llamaba para decirle que no se encontraba bien y nuevamente Jimin lo ignoraba, hasta que dejó de hablar o pedir.

Escape [BTS/BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora