Perdidos

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Los primeros rayos de sol ya se asomaban entre las ramas de los árboles y pegaron justo en el rostro de Jimin, quien no tardó en abrir un ojo y cerrarlo rápidamente por la fuerte claridad. Se quejó en voz baja y al guardar silencio sintió algo pegado a su cuerpo; "demasiado calor", pensó. Se obligó a bajar la vista y ver lo que había, prácticamente, enrollado en su cuerpo. Sus delgados brazos rodeaban su cuerpo, sus pequeñas manos se aferraban a su ropa, una de sus piernas estaba encima de las suyas y aquella cabellera oscura descansaba pegada a su torso.

Se sobresaltó un poco pero inmediatamente mantuvo la compostura para no despertarlo. Jamás se habría imaginado despertar un día abrazado a aquel chico de tan sólo 13 años, y para su tortura se sentía increíblemente bien. Sin embargo, no estaba bien, o al menos eso es lo que le recordaba su mente con cada segundo que pasaba y le era imposible apartar sus ojos de él.

— Debí predecir esto —Jimin alzó su cabeza para ver a la persona dueña de aquella voz que lo había sacado de su ensoñación y en cuanto vio quién era, sus nervios aumentaron.

— J-juro que ha si-sido él —Jimin apartó sus manos del cuerpo del menor y NamJoon alzó una ceja sin comprender por qué su amigo estaba tan nervioso.

— Lo sé. Suele dormir con una almohada la cual abraza durante toda la noche —rascó su nuca y se puso en cuclillas junto a ellos—. 13 años y aún durmiendo abrazado a cualquier cosa.

— Eh, yo no soy cualquier cosa.

— Para él sí —Jimin abrió su boca para rechistar un poco más, pero cuando se dio cuenta de lo mal que lo había hecho sentir esas palabras decidió guardar silencio—. JungKook... —lo llamó zarandeando levemente su cuerpo— JungKook, despierta —lo escuchó gemir contra el pecho de Jimin y tuvo que elevar más su voz o estarían ahí hasta la tarde—. ¡¡JungKook!!

El pequeño dio un brinco obligando a que sus ojos se abriesen, pero tan pronto se abrieron se volvieron a cerrar por la fuerte luz del día. Llevó una de sus manos a los ojos y los frotó varias veces hasta poder abrirlos y que no se dañara al hacerlo.

— Tengo sueño —susurró sin percatarse de su posición.

— Levántate, hay que seguir caminando —fue lo último que dijo NamJoon antes de alejarse e ir junto a Jin.

JungKook asintió levemente, alzó su cabeza y pegó un pequeño grito de asombro al ver la cara de Jimin tan pegada a él. Apenas recordaba que había dormido junto al castaño y mucho menos cuándo se abrazó a él con tanto ímpetu.

— Lo siento —fue separándose poco a poco mientras pedía perdón una y otra vez con la cabeza gacha y saliendo bajo la manta—. L-lo siento, debiste dormir muy mal por mi culpa.

— Estoy bien, Kookie —Jimin alborotó su ocsura cabellera y se incorporó para doblar la manta y guardarla. Mientras, el menor se había quedado en el lugar. Escuchar llamarlo por ese diminutivo lo había dejado anonadado y no es que fuera la primera vez que lo llamaban así, pero era distinto oírlo de Jimin, pues las únicas personas que lo habían nombrado de tal forma eran sus padres, Jin y su hermano cuando estaba de buenas con él.

— ¿Listos? —preguntó Jin en general, acomodando una de sus mochilas a la espalda y la segunda siendo arrebatada por NamJoon, que decidió llevarla él.

— ¿No comeremos nada? —preguntó JungKook algo inocente.

— Cuando lleguemos compraremos algo de comer —el pequeño resopló y se acomodó la ropa, luego siguió a los demás en el comienzo de aquella segunda caminata.

La temperatura de aquel día era mejor, incluso se podía sentir algo de aire fresco. Caminar por ese terreno no ayudaba, de hecho era el doble de cansado, pero las ganas de encontrarse con un local de comida eran más fuertes que darse por vencido ante el cansancio. TaeHyung en un suspiro echó su brazo por encima de HoSeok y se quejó por lo cansado que estaba, apenas sentía los pies cuando pisaba la tierra, era doloroso permanecer tantas horas caminando y aunque quería sentarse bajo un árbol para descansar, no pudo, no cuando sólo conseguiría retener más al grupo.

Escape [BTS/BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora