Outtake: San Valentín, pelea y reconciliación.

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El catedrático y la estudiante, llevaban ya varias semanas en una extraña relación. No había títulos entre ellos, no eran necesarios. Ambos sabían perfectamente lo que querían, y se sentían más que cómodos en la situación que se encontraban. Ella pasaba más tiempo en el departamento de Will que en el suyo propio y eso a él no parecía molestarle, todo lo contrario. El receso académico les permitió pasar más tiempo juntos y conocerse mejor, descubriendo que tenían más cosas en común de lo que hubiesen imaginado.

El plano físico de la relación había quedado apartado por un acuerdo entre los dos que se prometieron a sí mismos llegar a conocer en profundidad al otro y desplazar las necesidades de sus cuerpos por un tiempo. Eso estaba volviéndolos locos, sin duda alguna. A la joven le costaba a horrores mantener sus descontroladas hormonas en orden, y el castaño tenía que recurrir a todo su autocontrol para no sucumbir a sus deseos, cuando los besos se salían de control y las manos comenzaban a vagar.

El día de San Valentín había llegado. Por la mañana, Katie recibió un enorme ramo de rosas que la hizo desfallecer, para su suerte, las náuseas ya no eran un problema. Eran preciosas, pero lo que más la enterneció fue el detalle. Aún no se acostumbraba a esa faceta de William. "Para mis chicas preferidas. Con amor, W." 
Rodó los ojos al leer la tarjeta, él no se cansaba de insistir que tendrían una niña, contrario a lo que ella pensaba. En su mente siempre veía a un pequeño idéntico a él.

Por la noche, Anders la había llevado a cenar a un hermoso y elegante restaurante. Casi fue víctima de un infarto cuando ella le abrió la puerta de su departamento y la vio. Katherine llevaba un vestido azul ceñido en sus pechos que luego caía vaporosamente hasta sus rodillas y unos zapatos negros, decidió el catedrático, que deberían estar prohibidos. Ya podía verlos alrededor de su cintura... o sobre sus hombros. Su cabello lucía perfectamente lacio por encima de sus hombros, como siempre, y una tenue capa de maquillaje realzaba su natural belleza. La joven se sonrojó ante el escrutinio que el padre de su hijo estaba haciéndole de forma evidente.

Carraspeó para llamar su atención ganándose una sonrisa de disculpa de parte del castaño. Había sido atrapado comiéndosela con los ojos.

—Te ves hermosa, — alagó acercándose a ella para rozar tiernamente sus labios.

—Tú no estás nada mal, — replicó dándole un vistazo descaradamente, tal y como él había hecho con ella segundos antes.

— ¿Nos vamos? — inquirió riendo. 
Necesitaban salir de allí, unos segundos más y no saldrían del apartamento por un largo tiempo.

—Un minuto, necesito buscar un abrigo, — pidió haciéndolo pasar.

Will observaba sus alrededores, era su primera vez allí. El departamento era amplio y estaba impecablemente ordenado. Lo que más llamó su atención fue una foto, que había sobre la barra de desayuno. Parecía ser Katie, con un hombre. ¿Quién será? Se preguntó con curiosidad y, sí, algo de celos. Sin pensarlo se acercó a ella para echarle un vistazo con más detalle cuando la voz de la morena lo sobresaltó.

—Ese era mi primo Seth, — indicó.

— ¿Era? — la pregunta salió de su boca antes de poder detenerla.

—Murió en un accidente, — comentó con voz triste. William se golpeó mentalmente.

—Lo lamento.

Ella le ofreció una pequeña sonrisa y se encogió de hombros.

— ¿Nos vamos? — preguntó queriendo evitar el tema.

—Bien.

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No Debes Jugar Con Fuego (You Shouldn't Play With Fire)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora