Capítulo 7

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Cuando cumplió los dieciséis años, su madre le regaló un libro. No uno que hubiese deseado, o sea su tipo. Un libro prácticamente de auto-ayuda.
Días antes había pasado por su primer desamor con uno de sus compañeros de clase, el primer chico en el que se había fijado.
Lo recibió reticente pero con una sonrisa para no herir a su madre.

Cómo saber si estás realmente enamorada, rezaba el título y constaba de nada más y nada menos que de tres míseros y cortos capítulos.

Al parecer Sussan temía que su hija pequeña entrara en depresión o algo por el estilo. Siempre exageraba.

Katherine sabía perfectamente que no estaba enamorada de Jason, de hecho, ella había sido quien puso punto final a la relación, si es que podía llamarse así. Él no muy diferente al resto de los inútiles de sus compañeros y cuando lo descubrió no tardó en sacarlo de su vida. La ruptura no le había afectado en lo absoluto y tenía en claro sus sentimientos, así que jamás lo leyó.

No se había acordado de él en años, creyó que aún se encontraba en algún lugar de su antigua habitación en casa de sus padres. De ahí su sorpresa al verlo mientras husmeaba entre las cajas que jamás se había dignado a desempacar. No había tenido corazón para deshacerse de él porque, aún siendo un libro ridículo, sabía que la intención de su alocada mamá había sido buena.

Cuando estuvo en su departamento y luego de enviarle un mensaje a William - asegurándole que estaba perfectamente- se tiró en su cama para conseguir algunas horas más de descanso pero no logró conciliar el sueño. Entonces recordó las olvidadas cajas que nunca había terminado de desempacar y decidió echarles un vistazo para ocupar su mente en algo para no ponerse a analizar lo acontecido con el catedrático.

Observaba el ejemplar en sus manos, de color fucsia chillón repleto de florcillas azules y las letras de la portada en amarillo. Se mordió el labio, tentada de leerlo después de casi seis años. Sabía que era una estupidez pero una ojeada no le haría mal a nadie.

El amor es algo hermoso. Una experiencia única y fascinante.

Pero, ¿cómo distinguimos entre este y una mera atracción?

¡Descúbrelo!

Katie bufó ante la descripción y lo cerró tirándolo nuevamente dentro de la caja. Su deseo de darle un vistazo olvidado. Odiaba tanto esos libros, tendían a generalizar y era algo que le molestaba y creía que el objetivo del autor era implantarte su pensamiento como si fuese lo correcto o fuera la única verdad dejando de lado los propios. Prefería descubrir las cosas por su cuenta.

No estaba segura de qué era el amor pero sí podía saber que el día en que el hombre correcto para ella llegara, simplemente lo sabría de alguna manera u otra.
A pesar de las malas experiencias en las relaciones que había tenido aún creía que en algún lugar existía alguien para ella.

Tal vez está frente a ti y no quieres verlo. Le susurró su subconsciente al que decidió ignorar. No era algo en lo que quisiera hacer hincapié por el momento.

Era consciente de que -desde que se enteró del embarazo- sus prioridades habían cambiado.
El deseo de encontrar un compañero para el resto de su vida que la amara tanto como ella a él estaba ahí pero carecía de importancia frente a su nueva prioridad, el bienestar y la felicidad de su futuro hijo.
Tenía tanto que analizar... ¿qué sucedería con ella y Will si encontraba a alguien y se enamoraba? Dudaba por el momento hallar al hombre correcto. ¿Qué si era él quien encontraba a una mujer?
La sola idea le molestaba. Imaginárselo con alguien más le resultaba desagradable y... ¿doloroso? ¿Qué le pasaba? ¿Por qué siquiera estaba pensando en eso?

No Debes Jugar Con Fuego (You Shouldn't Play With Fire)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora