Slythendor. [Dramione. Harry Potter]

Navidad (parte III)

Malfoy se marchó como alma que lleva el diablo ni bien le dijo a su madre dónde iría. Bajó las escaleras corriendo y llamó a Eric con un grito a todo pulmón.

-¿Qué,qué,qué? ¿Qué ocurre? - Preguntó adormilado incorporándose en el asiento del carruaje. Un agitado Draco con maletas en mano se había parado frente a él. - ¿Dónde te marchas, muchacho?

-Llévame a la estación. - No era tan idiota como para decirle que lo llevase de Weasley para que luego Eric pudiese decírselo a su padre.

El rubio se acomodó y obligó al pobre joven a apurarse. Rogaba con que su madre todavía fuese buena con él y no le dijese a su esposo dónde iba en realidad.

El viaje fue ruidoso pero a la vez callado. Draco no abrió la boca ni una sola vez y eric no tenía intención de hablar, pero el rápido andar y las ruedas chocando duramente contra el camino imperfecto llenaba el aire de sonidos.

Ni bien se diviso el viejo edificio, Malfoy ordenó parar y se bajó de un salto, agarrando sus cosas y pitando de allí.

Si bien había aceptado ir más como mero hecho de orgullo y Granger (una combinación explosiva, si le preguntaban), la verdad era que pocas ganas tenía de festejar Navidad. Además, con lo que si madre le había confirmado, sabía que solo era cuestión de tiempo para que la no-relación con su chica llegase a su fin.

Suspiró cuando se percató de que había llegado al punto de encuentep acordado con sus compañeros y bajó sin mucha emoción. Su rostro se mosttaba frío e inexpresivo, como siempre, pero un atisbo de sonrisa asaltó su boca cuando observó a los idiotas hacer idioteces.

Trevor se encontraba molestando con George y Fred a Ron, lanzándole pequeños hechizos que le hacían rascarse y voltearse para ver de donde provenían. Cada vez que se daba la vuelta, los tres simulaban estar observando el cielo y hablando sobre la vida. Pobre Ron, era el blanco de las bromas.

Potter, por su lado, se hallaba sentado como indio con su barbilla apoyada en la palma de su mano, esperando aburrido.

Y Hermione... Hermione parecía ser la única que lo estuviese esperando ansiosa, dispuesta a recibirlo con los brazos abiertos. Aunque si le preguntaban a Malfoy, él desearía que fuese con otra cosa abierta. Siendo mas específicos, las piernas.

Se acercó lentamente, captando la atención de los chicos al instante.

-Hasta que por fin llegas. - Dijo Fred a modo de saludo.

-Ya pensábamos que te habías perdido. - Añadió George.

-Iba a resultar fácil perderse, pero Draco siguió la luz que emana Hermione y nos encontró. - Comentó risueño Trevor.

La chica se sonrojo furiosamente y golpeó al chico con fuerza.

-Cállate. - Le susurró.

Harry se incorporó y se estiró. Ron miraba la escena con desaprobación en su rostro.

-¿Podemos irnos ya? Nos esperan en casa. - Soltó malhumorado, emprendiendo la vuelta a casa.

Draco siguió al grupo de cerca, callado y sumido en sus pensamientos. Ellos iban al frente, y él atrás.

El camino era sereno y la hierba junto al cielo daban una sensación tranquilizante, de paz, pero que lamentablemente era interrumpida por la risa de los gemelos y los chistes malos de Trevor.