Perfectos Desconocidos.

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Perfectos Desconocidos. 


Luego de aquél suceso, Hermione mantuvo sus ánimos en un estado caótico. Harry, quien se percató rápido de esto, prefirió no emitir sonido alguno mientras se dirigían a su siguiente clase a través de los concurridos pasillos. El día anterior habían entregado el trabajo que McGonagall les había encomendado y habían recibido otro por parte de la profesora de herbologia, quién no tuvo mejor idea que hacer el trabajo de a cuatro, siendo uno de los tantos conformado por Harry, Trevor, Hermione y Draco.

-Oye Hermione, ¿todo en orden? - Preguntó detrás suyo Trevor. Harry volteó y abrió sus ojos con terror, y le indicó con un movimiento rápido de
manos que callara; pero claro, aún Harry se preguntaba si Trevor era idiota o masoquista.

-Hermioneeeeeeee. - llamó en tono cantarin, haciendo que varios alumnos voltearan a verlos.

Granger siguió su camino apurando el paso, siendo incapaz de contestarle.

-¡HERMIONE! - le gritó Trevor. La chica se dio la vuelta con una mirada asesina en su rostro.

-¿Qué quieres?- preguntó en un murmullo.

-Sólo quería confirmar que los ratones no te hubieran comido la lengua. - respondió el chico chistoso con una sonrisa en sus labios.

-Los ratones se entretuvieron comiendo el poco cerebro marchito de Malfoy.- replicó Hermione, quién había visto a Draco venir.

-¿Y ahora que hice yo?- preguntó el anterior nombrado fingiendo cara de asombro.

-Nacer. - respondió cortante Granger, mientras daba una media vuelta y se dirigía a la clase de Transformaciones.

Cuando entró, se sentó en el primer asiento que encontró y no le dirigió la palabra a ninguno de sus compañeros por varios minutos. Harry se sentó a su lado, pero corrió la silla lo máximo que pudo para poner distancia entre ambos. La chica se percató del gesto, pero le fue igual. Al menos iban a dejar de molestarla un rato.

Y por si fuera poco, para desgracia de ella y de todos, la profesora irrumpió en la habitación con un seco "Buenos días".

Comenzó a explicar su clase de una forma muy monótona, evitando preguntas y comentarios. Los alumnos se miraban entre si y se dedicaban a anotar con la mayor rapidez humana posible todo lo que la profesora explicaba, hasta que un valiente se atrevió a preguntar si algo se encontraba mal.

-¿Si algo se encuentra mal, querido Vlazsimir? - Preguntó de forma burlona, dando a entender que todo se hallaba en estado caótico. - Sucede que corregí los trabajos.- agregó. Todos se mantuvieron en perfecto silencio, entendiendo que era lo que quería decir. - Por si alguno no comprende, corregir tantos trabajos de un dia para otro supone dos cosas: que estaban todos perfectos, o que todos se encontraban desaprobados. Y la realidad, mi querido Vlazsimir, es esta última.

Si los presentes en la habitación pudieran haber escuchado el sonido de las palpitaciones, se hubieran asombrado de que tan rápido podía latir el corazón.

-He estado pensando en que hemos fallado. O en qué han fallado. Ya no se a quién acreditar la culpa. - reconoció.

Hermione por primera vez en el día sintió otro sentimiento además de enojo: miedo.

-No todos los trabajos han sido catastróficos, pero me he llevado gratas sorpresas. - comentó la profesora comenzando a pasearse por los pasillos que dejaban los escritorios. - Muchos han desaprobado, es cierto, pero otros mostraron que, milagrosamente, pueden trabajar juntos. – Y dicho esto, se acercó a su escritorio y comenzó a leer las notas en voz alta.

Slythendor. [Dramione. Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora