Slythendor. [Dramione. Harry Potter]

Voluntad.

Al final, todos terminaron durmiendo en la misma habitación, a excepción de Hermione quién durmió con Ginny debido al arranque de celos y posesividad que tuvo Draco al imaginar que su novia-no-novia iba a dormir frente a los otros en ropa interior.

Ridículo, así es como ella lo había llamado antes de irse dando un portazo, ligeramente ofendida, a Malfoy.

Las camas se repartieron bajo reglas minuciosas que fueron previstas y aplicadas mediante la lógica y la física, interviniendo un poco la aristocracia y la deducción. Hicieron un círculo sentados en el piso, todos con sus pijamas ya puestos, y comenzaron el lento y peligroso debate. Sudor corría por sus frentes y las manos les temblaba ligeramente, y cuando los puños se alzaron y cambiaron al compás, el aliento de todos ellos fue contenido, hasta qué...

-¡TRAMPOSO! HICISTE TRAMPA. ¡YO SAQUÉ PIEDRA, Y LA PIEDRA VENCE A LAS TIJERAS. NO VALE CAMBIAR AL ÚLTIMO SEGUNDO CUANDO YO YA MOSTRÉ MI JUGADA. - Fred le gritaba colérico a George, dado que no quería quedarse con la cama donde, horas atras, un par de adolescentes hormonales habían fornicado.

Sí, su gran propuesta para decidir el tema de quién dormiría en la cama y quién en el suelo (porque nadie iba a dormir con otro), era el famoso juego de Piedra, Papel o Tijera. Los últimos en disputarse la cama-no-querida eran los gemelos, que perdieron a lo largo de todo el juego por ser pillados haciendo trampa.

Harry había conseguido una cama, Ron también y Trevor le cedió la suya a Malfoy, quién aceptó sin rechistar no sin antes percatarse que Wicket intentaba con su mejor esfuerzo ser el mismo que antes.

Pero a Draco no lo podía engañar, él sabía que algo malo había pasado o de algo se había enterado. No se le miente a un mentiroso.

-Pudiste cambiar tu jugada también, en vez de lloriquear cual nena. Vamos, te toca la cama, yo me quedo con el suelo. - Dijo George mirándose las uñas, mientras se dirigía al tumulto de colchas y frazadas que quedaban en el suelo para él. Todos habian acordado que para ese entonces era mejor el suelo que la cama manchada, como Ron la había bautizado.

Fred comenzó a protestar haciendo berrinches de nene de seis años, y llegó un punto en el cual Malfoy ya se encontraba tab saturado que lo agarró por el cuello del pijama y lo empujó a la cama que Trevor le habia ofrecido anteriormente.

-Para ya de quejarte, quejica. Yo dormiré aquí, basta con sacar la sábana y dar vuelta el colchón. Eres un maldito llorón. - Sip, Draco había llegado al tope de su tolerancia.

Todos lo observaron en silencio cómo retiraba las sábanas con brusquedad y se metía dentro de la frazada, dando unos ligeros golpes con su puño a la almohada para moldearla.

Harry iba a decir un chiste, pero la actitud brusca de Malfoy y el silencio por parte de Trevor le hizo darse cuenta que era mejor mantener la boca cerrada. Los gemelos también se regalaron una mirada de sorpresa y desconcierto entre si y se dispusieron a dormir, abrigados bien calentitos mientras el ruido de la tormenta hacía eco y un trueno se escuchaba a lo lejos.

Había pasado nada más que una hora cuando toda la habitación se iluminó por la caída de un fuerte rayo en los alrededores de la casa. Quienes estaban durmiendo en el suelo brincaron por el susto y corrieron a abrazarse a quienes estaban en la cama, metiéndose debajo de sus colchas y ganándose varios insultos por parte de ellos.

-Oye oye, Trevor, quítate. Me estas asfixiando. - Soltó de pronto Malfoy molesto. Trevor se había aferrado a su cuerpo cual gato a una bola de lana y sostuvo su cuello con sus brazos, formando una barrera y dejando sin respiración al rubio. Cuando se percató de lo que hacía y de lo tonto qué lucía, aflojo el agarre.