Juego.

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Juego.

Draco mentiría si dijese que la confesión de Potter no lo había inmutado. Ahora pasaba las horas más paranoico que nunca, mirando siempre sobre su hombro y ayudando a Trevor a calmar a Harry cuando una de sus pesadillas lo asaltaban.

Acababa de pasar una semana cuándo Malfoy se sintió como un completo imbécil frente al viejo grupo de amigos, que hablaban sobre dónde irían a pasar sus próximas vacaciones. Se sentía totalmente fuera de lugar.

-Vendrán a casa, ¿verdad? Mis padres desean verlos. - Les comentó muy animado Ron a Harry y Hermione, mientras se encontraba lanzando rocas y compitiendo con Trevor sobre quién las hacía llegar más lejos. - ¿Quieres unirte? - Le preguntó a Wicket, ignorando al rubio.

-Generalmente suelo pasar las vacaciones con mis padres, pero no me molestaría darme una vuelta por la Madriguera. Ha de ser fantástico tu hogar. - Alagó el morocho al pelirrojo, quién sonrió con orgullo y pronto comenzó a comentar sobre su casa.

Draco hizo cara de asco y puso los ojos en blanco, mientras que Harry y Hermione acotaban cosas de vez en cuando. Ellos tres estaban sentados en unas piedras, contemplando el lago que tenían delante suyo.

El rubio seguía enojado, no sólo por las pesadillas, sino porque ninguno de los cuatro le había preguntado que iba a hacer él. De seguro no iban a invitarlo a ningún lado, y esto no tendría por qué estar molestándolo, pero la realidad era esa, y era una jodida mierda.

Bufó molesto mientras seguía escuchando las idiotas palabras de Weasley, pero ahora alguien se había fijado en él.

-Draco, ¿te encuentras bien? - Preguntó amablemente Hermione, dando por superado el episodio de la enfermería.

El rubio sintió un calor en las mejillas y un estúpido temblor en sus manos. ¿Qué le pasaba? Él nunca reaccionaba así, mucho menos delante de una mujer.

-Sí, estoy perfecto. - Respondió con una voz que le falló al instante. La chica rio por lo bajo y se volteó para enfocar toda su mirada en él.

-Pues díselo a tu voz, o a tu cara.

-Que estoy bien, joder. No tienes por qué ser tan chismosa. – Replicó molesto.

-Y tú no tienes por qué ser tan idiota. Vamos, no empecemos. - Pidió antes que volviese a acotar algo. Draco cerró su boca y luego de unos segundos de estar observándola fijamente en silencio, le sonrió.

-Superamos nuestros problemas y nos llevamos mejor cuando no somos tan cabezotas, ¿verdad? - Preguntó riendo.

Hermione asintió con una sonrisa en su rostro.

-Confío en que podemos llevarnos bien si dejas de lado esa actitud de mierda que tanto empeñas en adoptar.

Malfoy rio por lo bajo con una risa ronca, y aprovechó que los demás no estaban viendo para sentarse más cerca de Hermione. La chica no pareció inmutarse, pese a que en su interior estaba temblando cual hoja en otoño.

-Y tú, ¿Qué vas a hacer en Navidad? – preguntó con una sonrisa en la cara, con un hoyuelo formando en su mejilla.

Draco se encogió de hombros, sin respuesta.

-¿Qué tal si le pides a Ron de unírtenos? Estaremos todos juntos, será divertido. – Comentó animada, con un brillo de satisfacción e ingenuidad en sus ojos.

El rubio rompió a reír por la inocencia de la chica. ¿Todos ellos, juntos bajo un mismo techo? ¿Un Malfoy pisando la casa de un Weasley? ¿Qué más faltaba? ¿Qué Voldemort de pronto viera a Harry y lo invitara a tomar una tacita de café? Por Dios, que idea más descabellada, ingenua y completamente fuera de lugar. Nunca en la vida el pelirrojo lo invitaría a su casa, y nunca en la vida él acep...

-Eh tú, hurón, ¿también te apuntas a mi casa? – Interrumpió sus pensamientos Ron Weasley, mirándolo fijamente mientras balanceaba una piedra con su mano.

Malfoy lo miró sorprendido, sintiendo como todos a su alrededor hacían silencio y lo observaban fijamente, aguardando su respuesta.

-Yo...bueno... - ¡Por las barbas de Merlín! ¡Él nunca dudaba al contestar, y menos enfrente de ellos! ¿Qué rayos le estaba sucediendo?

-¿Vendrás o no? – Apuró Ron, con una sonrisa burlona en su rostro.

Ah, ya veía Draco por donde venía la cosa. Weasley solamente se lo preguntaba para ver si tenía las agallas de aceptar; se lo estaba preguntando para hacer el ridículo frente a los demás. Esto era un juego, y Malfoy nunca perdía.

A medida que la sonrisa en el rostro de Ron se hacía más amplia ante la falta de respuesta del chico, él mismo se encargó de borrársela de una sola jugada. Se incorporó lentamente, con las manos en sus bolsillos dando una impresión desinteresada, y curvó sus labios hacia arriba al tiempo que respondía:

-Claro, ¿cómo crees que no iría? No me lo perdería por nada. – Y la sonrisa de Weasley se esfumó al carajo.



Capitulo corto, lo sé. Pero hagamos de cuenta que no tarde en publicar y sigamos como si nada. ¿Gracias por leer? Jjajaja espero que sigan allí! Si hay algun error, díganmelo! 

Slythendor. [Dramione. Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora