Promesa

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>>HICCUP<<

Algo llego a mi memoria rápidamente: Astrid. ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Por qué siento todo esto ahora? Hace un momento estaba más que furioso con todo este asunto de los juegos, pero ahora, al conocer a Elsa... no lose... me alegra haber sido elegido. ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! Yo no debo de estar en este lugar, no debo de sentirme bien aquí. Debo de volver a casa.

Debo de volver con Astrid.

- ¿Estas bien?- me pregunto Elsa

Tome aire-No... La verdad quiero hacerte una pregunta ¿Por qué tenemos que competir por ti?

-La luna lo ha pedido, y no es que yo quiere hacerlo...

-¿No... quieres casarte?- pregunto Jack

Elsa hizo una mueca- Supongo que todas las chicas sueñan con casarse algún día, pero yo no tengo elección. Tengo que hacerlo...

-¿Por qué no les dices que se pudran y que no quieres casarte con un desconocido que te gana como un vil juguete?- le pregunte

-Desde que saben que soy la descendiente, me han dado una educación altruista. No debo de pensar en mi misma, siempre debo de pensar en los demás, si decidiera no hacer esto sería malo para todos...

Jack arqueo una ceja- ¿Cómo está eso de "que desde que lo saben"?

-No siempre lo han sabido. Ellos se enteraron que tenía el gen cuando tenía quince años...

-¿Cómo lo supieron?

-Cuando descubrí que podía hacer esto...- Elsa estiro su mano e hizo unas flores de hielo que se comenzaron a degradar en pequeños copos de nieve.

La mire sorprendido por lo que había hecho y luego mire a Jack, que estaba en completo shock.

-Guau- dije - Es increíble...

>>JACK<<

Mire a Elsa maravillado <<Así que a eso se refría Drac>>. Antes de que entendiera el porqué, ya estaba haciendo lo mismo que Elsa. Ella me miro de la misma forma en la que yo le había mirado; llena de curiosidad, emoción, asombro, entendimiento y admiración.

Junte mis manos con las de Elsa y sentí un extraño cosquilleo en mi pecho, que a decir verdad, me gusto. Ella se ruborizo y sonrió discretamente, mientras miraba el suelo un tanto apenada, como si nos hubiesen pillado haciendo algo inapropiado. Sus manos eran suaves y pequeñas, y sentía que encajaban perfectamente en las mías ¿lo mismo pasaría con nuestros labios?

¿Qué? ¡No! ¡No! ¡No! Jack Frost no persigue chicas, Jack Frost no se enamora, soy el fuerte e indomable espíritu del invierno. ¿Por qué me siento así?

- ¿Y qué más?- pregunto Hiccup, para devolverme a la realidad.

-Bueno, desde que saben que soy la elegida, me prohibieron decirle a alguien; ni siquiera mis padres lo saben... El día de mañana es cuando se sabrá... Cuando todos los clanes y mis padres lo sabrán...- puntualizo

-¿Y ellos en donde creen que estas ahora?- pregunto Hiccup.

-En una pijamada en casa de una amiga. Pero creo que se llevaran una gran sorpresa al ver, que no regresare a casa en la tarde. En fin, cuando descubrí que podía hacer eso, una hadita de hielo apareció y me dijo que alguien vendría hablar conmigo y... aquí termine. A punto de casarme con alguien que no conozco.

-Eso no me parece nada justo...- dije

-Nada aquí es justo. Pero sería menos justo dejar que todos sufran solo porque no acepto mi destino- me respondió Elsa.

-Deberían dejar que tú escogieras a quien amar...- intervino Hiccup.

-Supongo que no sería mala idea, pero creo que ya debería irme.

-Quédate un poco más – le pedí

Elsa sonrió- Ya podremos hablar más mañana, y les agradecería que no le dijeran a nadie que nos hemos visto...-

-No te preocupes, nadie lo sabrá...- aseguro Hiccup.

Elsa se acercó a mi amigo y le dio un ligero beso en la mejilla y luego me dio uno a mí. Su perfume era exquisito, y trate de inhalar su aroma lo más que pude, antes de que se alejara.

Aunque solo fueron un pocos segundos disfruté del tenerla cerca. Algo golpeaba mi pecho con una enorme fuerza, cuando sentí sus labios rosando mi mejilla; no hacía falta ser un genio para saber que era.

Era mi corazón el que saltaba.

>>HICCUP<<

Sentí mi cara arder cuando Elsa me dio un beso en la mejilla; por alguna extraña razón me quede atontado por lo menos diez segundos. Y fueron los diez segundos más felices de mi vida.

-Ha sido un verdadero gusto conocerlos- dijo Elsa mientras abría la puerta del balcón- Espero que me case con alguno de ustedes, parecen personas agradables.

Elsa nos sonrió una última vez y se fue, dejándome solo con Jack. Me quede estático unos segundos, aun recordando el beso que me había dado en la mejilla... sacudí mi cabeza.

–Voy a ganar los juegos...- dijo mi amigo sin más.

Lo mire sorprendido por tal afinación- ¿Qué?- pregunte incrédulo.

-Voy a ganar, por ella.

Fruncí el ceño ligeramente -¿Por qué? ¿Te ha gustado acaso?

Jack negó con la cabeza, pero su sonría de estúpido me decia otra cosa completamente diferente –Es linda...

-"MUY" linda- recalque.

Mi amigo se enderezo un poco más, dándole un aire un tanto aterrador. Su cabello resplandecía como llamas blancas en su cabeza y sus ojos azules se escurecieron dándole un aspecto intimidante. Yo me limite a bajar la mirada.

Jack se cruzó de brazos-Bueno, el punto es que he tenido una idea. Ella no quiere casarse y me parece que ella debería de decidir...

-¿Vas a dejarla decidir?

Asintió- Voy a darle su libertad. Voy a ganar los juegos de la selección y después dejare que decida. No hay ninguna regla que impida hacer eso.

Analice su plan un momento.

No era una mala idea. Sé que tengo muy poco tiempo de conocer a Elsa, pero en ese breve instante logro ganarse mi confianza; ella es una chica linda... Creo que Jack tiene razón, no parece justo lo que hacen aquí. A mí me han separado del amor de mi vida y a Elsa le han prohibido el "amar" por así decirlo. Mire a Jack y asentí para mí mismo- Voy a ayudarte. –Dije –Dos oportunidades son mejor que una ¿no?

-¿Enserio?

-Enserio...-dije- pero si somos de los últimos dejare que ganes, no quiero que a la ultima hora haya una clausula secreta o algo parecido.

Jack sonrió y me tendió su mano- ¿Lo prometes?

Sonreí- ¿Si prometo ayudarte, o si prometo dejarte casar con Elsa?

-No seas idiota, Hiccup.

-Lo prometo... le prometemos a Elsa ganar los juegos...

-Para poder darle su libertad.

Ambos estrechamos las manos, mientras nos mirábamos a los ojos, como dos caballeros de alta alcurnia, que acababan de cerrar el trato más importante de sus vidas.

La promesa estaba hecha y cerrada.

Firmemente, cerrada.

Los juegos de &quot;La selección&quot; (Jelsa vs Hiccelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora