Los juegos de "La selección" (Jelsa vs Hiccelsa)

Vencer los miedos

>>JACK<<

Estaba de camino a "la gran sala" para verme con la descendiente. Según lo que me dijo Dorian, Hiccup no se presentó a su "cita" con Elsa y me han llamado a mí para ocupar su lugar.

Para ser sinceros, me siento muy nervioso. No creo que sea fácil para todo mundo hablar con la chica que te atreviste a besar sin razón aparente. ¿Qué voy a decirle? ¿Se comportara rara por lo del beso? ¿Estará molesta por lo que hice? Aunque eso ultimo no lo creo, ya que después del "momento" me sonrió.

—... y por último, trate de ser lo más cortes que pueda. —termino de decir Dorian.

— ¿Qué? —pregunté. ¿Desde hace cuánto tiempo ha estado hablándome?

— ¿Entendió?

—Eh... sí, he entendido todo —mentí.

Dorio abrió la puerta y me indico que pasara y ahí estaba ella. Traía un hermoso vestido color rosa crema holgado, y con cadenillas de oro sirviendo como tirantes.

—Por lo que veo ocuparas el lugar del señor Haddock ¿verdad? —dijo Elsa con una sonrisa en sus labios.

—Así es, Mi lady. He venido a tomar el lugar de mi gran amigo el señor Haddock. Espero que no le moleste.

Elsa me miro divertida —No me molesta en absoluto. Me alegra que hayas venido, Jack.

Por alguna extraña razón sentí un cosquilleo en el pecho y esto hizo que sonriera. Elsa camino en mi dirección y me sujeto del brazo mientras se giraba para ver a mi asistente.

—Ya puedes irte Dorian. Creo que estaremos bien solos.

El chico hizo una reverencia —Como dese, alteza —dijo para salir de la habitación y dejarnos completamente solos.

— ¿Y... que hacemos ahora? —le pregunté.

Elsa se limitó a encogerse de hombros y a soltarme del brazo —Hay que conocernos mejor. Bueno, es lo mínimo que podemos hacer después de lo que paso en la mañana ¿no crees?

Sentí que mis mejillas adquirían calor e instintivamente mire el suelo avergonzado — ¿Estás bien? —me preguntó la descendiente.

—Yo... quiero pedirte una disculpa. De verdad lamento si el beso te molesto. No sé qué me paso, yo...

La descendiente se acercó a mí y me acaricio la mejilla suavemente. Subí la mirada y quede completamente perdido en sus hermosos ojos turquesa. —No tienes por qué disculparte ¿te parece si olvidamos lo que paso y comenzamos desde cero?

Asentí —Eso me gustaría mucho.

—Bien... ¿Y a dónde quieres ir para hablar?

Me la pensé un momento y luego volví a mirarla —Hay un lugar que me gustaría mostrarte. Pero eso implica romper las reglas.

Elsa me miro con detenimiento y al final acepto romper las reglas conmigo. Le sujete la mano y la conduje fuera de la casa, siempre pendiente de que nadie nos viera. No sería bueno que nos preguntaran a don íbamos, eso le quita diversión a fugarse.

Después de correr por los pasillos de la casa llegamos a la puerta trasera. Elsa tomo la perilla de la puerta y trato de girarla, pero para nuestra mala fortuna, la puerta estaba cerrada.

—Mierda... —susurró Elsa mientras se alejaba de la puerta. Tardo unos pocos segundos en recordar que yo me encontraba con ella —Yo... —se ruborizó —. No quise...