Conociendo a la descendiente

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>>JACK<<


— ¡No es posible lo hice! —chillo Elsa mientras se llevaba la boca como para callar un grito. Miro la casa de los guerreros que se encontraba a la lejanía y sostuvo su cabeza entre las manos—El señor Drácula me va a matar... No. No me va a matar; te va a matar a ti —dijo señalándome con un dedo.

—Hey, tranquila —pedí mientras sujetaba la mano con la que me apuntaba —. Todo va a estar bien... solo iremos al pueblo y regresaremos. Nadie va a notar que nos fuimos.

— ¿Y si lo notan?

Reí un poco cuando vi su expresión tan preocupada. Era claro que era la primera vez que Elsa rompía las reglas.

—No van a notarlo. Si no nos ven en el castillo seguramente pensaran que hemos ido al bosque a caminar, o que nos hemos escondido en algún lugar más privado para poder hablar.

La descendiente me miró con cautela y asintió.

Ya era hora de romper las reglas.


***


El pueblo estaba completamente lleno de vida. Había personas que iban de aquí para allá. Gente gritando las ofertas del día y niños riendo y corriendo por la plaza central de Arendall.

—Estar aquí me traer muchos recuerdos —dijo Elsa mientras miraba todo con añoranza. —Es extraño. Hace solo unas semanas solía venir a esa tienda a comprar el mejor y más delicioso pan del mundo... Pero mírame ahora. Ocultándome porque si alguien llega a reconocerme seria mi fin.

Y en ese momento, me di cuenta de que no era a mí a quien le hablaba, si no a ella misma. Creo que estaba tan sumida en sus pensamientos que no se percató que estaba hablando en voz alta.

—Tranquila —dije mientras pasaba un mechón de cabello tras la oreja y le acomodaba la pañoleta azul que le cubría la cabellera platinada. —Nadie va a descubrir quiénes somos. Solo mira cuanta gente hay. Ni siquiera van a notar que estamos ahí.

—Díselos a los cientos de personas que seguramente ya conocen nuestras caras gracias a que trasmiten los juegos por la televisión —me reprochó mientras golpeaba el sombrero que traía puesto haciendo que me cubriera los ojos.

Reí ligeramente y me acomode el sombrero —Solo confía en mí. Actúa natural... ¿Por qué no vamos por un pan? Si dices que es tan delicioso quiero ver si es cierto.

Elsa sonrió discretamente y asintió.

Le tome la mano y comenzamos a caminar hacia la panadería mientras escuchábamos a gente gritar que fueran a comprar a su tienda y ofreciendo cosas que supongo son útiles para las personas.

—Yo quiero Jelsa —escuche que dijo una chica que caminaba frente de nosotros.

— ¿Jelsa? Ja. Por favor. Lo mejor es el Tadelsa. —le decia su amiga.

— ¿De qué crees que estén hablando? —me preguntó Elsa en un susurro.

Me encogí de hombros y me dedique a escuchar lo que decían las chicas.

—A mí me gusta el Jelsa... ¡es que son tan lindos! Solo debiste verlos en la pelea de comida...

Involuntariamente apreté la mano de Elsa con fuerza mientras sentía como se me helaba la sangre. Mire a la descendiente y afortunadamente ella se había entretenido viendo a unas personas bailar y no había escuchado ni una sola palabra de lo que la chica acababa de decir.

Los juegos de &quot;La selección&quot; (Jelsa vs Hiccelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora