Los juegos de "La selección" (Jelsa vs Hiccelsa)

Campo de entrenamiento

<<JACK>>

— ¿Estás seguro de que no vas a querer bajar a cenar Jack? El día de mañana nos iremos muy temprano al ruedo de entrenamiento y regresaremos quizás hasta las cuatro.

—Bastante seguro —afirmé mientras continuaba detallando el boceto de los jardines.

—Entonces puedo traerte la cena hasta aquí ¿Qué dices? —insistió Dorian.

Reí ligeramente y levante la vista del cuaderno para mirarlo —Esta bien. Si así está más contento tráeme la cena, por favor.

El chico pelinegro sonrió —No tardaré —prometió.

—Gracias, Ian —dije.

El chico me miró extrañado y luego sonrió sutilmente mientras su mirada se perdía hacia el techo. Parecía que estaba recordando algo.

—Ian —repitió con añoranza — ¿Quién fue la última persona que me llamó así? Creo que fue mi padre. Ya no lo recuerdo.

— ¿Te molesta? —pregunté.

Dorian negó con la cabeza y sonrió —No, para nada Jack... Bueno, ya voy a traerte la cena.

Asentí y continúe con el boceto de los jardines.

<<HICCUP>>

No podía creer lo que había hecho; había besado a la descendiente y lo peor de todo era que me había gustado.

Ahora me encontraba en mi habitación golpeando mi cabeza contra una pared mientras me cuestionaba una y otra vez porque había hecho semejante cosa. Después de haber besado a Elsa le había pedido una disculpa y salí corriendo de ahí como todo un cobarde para venir directo hacia mi habitación.

—Tonto. Tonto. Tonto —seguía repitiéndome a la vez que continuaba chocando mi frente contra la pared.

¿Qué voy a hacer ahora?

Ese beso me había hecho sentir tantas cosas; cosas que creí que solo sentía cuando besaba a Astrid. Di un fuerte golpe a la pared con mi puño y luego lance la cabeza hacia atrás. ¿¡Por qué tenía que pasarme esto a mí!?

"Quizás solo fue un momento de debilidad" decía mi conciencia para tranquilizarme.

Sí. Quizás solo fue eso. Estaba algo melancólico cuando recordé a Astrid y seguramente por eso había besado a Elsa. ¿Quién me asegura que lo que sentí en aquel beso no eran mis sentimientos reprimidos hacia mi prometida? Lo que había pasado había sido un error, nada más. Solo un error.

***

Cuando baje al comedor para cenar todos estaban conversando. Había un grupo sentado en la mesa y otro pegado a la ventana. Me dirigí hacia el de la mesa, ya que los que lo conformaban eran a los que más conocía y les hablaba por verlo de una manera.

—Hola —dije en un tonó más tímido del que pretendía.

—Hola —respondió Arturo embozando una sonrisa — ¿Emocionado por el día de mañana?

— ¿Qué habrá mañana?

Eugine rio un poco —Hiccup vive en otro planeta —afirmó —. Mañana vamos a ir al ruedo de entrenamiento para conocerlo y también a nuestros entrenadores ¿acaso no te lo ha dicho tu asistente?