Capitulo 3 (EDITADO)

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Mientras transitábamos por las calles, mamá encontró mi nueva escuela y aparco frente a ella. Al ser fin de semana se encontraba cerrada, así que solo pudimos echar un vistazo por fuera y aun así me pareció exageradamente grande si me ponía a comparar con el antiguo. Solo esperaba no perderme.

—Y bien ¿qué te parece? —preguntó mamá viéndome con atención a través del espejo retrovisor.

—Aterradoramente grande— abrí los ojos exageradamente causando que una risa saliera de sus labios. Me hizo sonreír, hacia tiempo que no escuchaba su risa.

—Estoy segura de que no tardarás en adaptarte.

—Hablando de adaptarte— hablo Ryan— creo que este nuevo inicio de ciclo sería un buen momento para que comenzarás a hacer...ya sabes amigos.

Enarque una ceja en su dirección— No creo que sea necesario. Nunca he sido la persona más sociable y siempre he estado bien con eso.

—Creo que tu hermano tiene razón— fruncí el ceño— Se que siempre te ha costado trabajo hacer amigos, pero no sería mala idea que lo intentaras. Este es un cambio muy drástico para todos y pienso que tal vez que te relaciones con más personas de tu edad pueda hacerte la adaptación más llevadera.

— Siempre me he sentido muy a gusto así— conteste con sinceridad— pero tratare de convivir si eso los deja más tranquilos, aunque no prometo nada.

— Bien, con eso me conformo, tengo la esperanza de que esta vez sí hagas amistades y porque no tal vez hasta te atraiga algún chico— sonrío picaría y yo me ruborice muy rápido. Ella sabe lo incomoda que me ponen estos temas y al parecer no era la única inconforme con esto último porque Ryan no tardó en dar su punto de vista.

— Sabes Maddie yo creo que tienes razón. Estas muy bien así y SIN CHICOS— gruño. Mamá y yo no pudimos aguantar la risa y él se limitó a ignorarnos.

*******

El tiempo paso volando y cuando menos lo esperaba mi alarma sonó anunciando que había llegado el primer día de clases. No sabia como sentirme al respecto, pero estaba segura que emocionada no era la palabra que me describía. Y no porque no me gustara ir a la escuela, la verdad es que a pesar de mi inexistente lista de amigos, lo disfrutaba mucho. Papá era quien se encargaba de llevarme siempre y una vez más su ausencia volvía a doler.

Aun con eso no podía permitirme seguir acostada, así que tome una ducha rápida, lave mis dientes, seque mi cabello y camine hacia el armario trayendo conmigo unos pantalones ajustados de mezclilla junto a una blusa negra de tirantes de capas y mis vans negras. Al terminar de arreglarme baje a desayunar. Y el delicioso aroma de unos panqueques me recibió inundando mis fosas nasales, sacándome una sonrisa.

— Buenos días ¿lista para el primer día? — saludo mamá

— Con un desayuno así quien no estaría listo. — Mamá beso mi cabeza y enseguida me dispuse a devorar todo lo que había en la mesa. Cuando termine subí a mi cuarto para lavarme los dientes, agarre mi mochila la cual tenía una libreta y unos lapiceros dentro, tome mi móvil; auriculares; y cargador. Al bajar las escaleras encontré a mamá en la puerta esperando. Subimos al coche y fuimos hacia a mi nueva escuela.

—Estoy un poco nerviosa— Admití.

—Tranquila, no tienes por qué estarlo; eres una chica increíble Maddie todo va a estar bien te lo prometo.

— Gracias mami, tienes razón todo estará bien, pero ya sabes no he sido la nueva en mucho tiempo.

— No tardarás en acostumbrarte. Siempre es normal sentir nervios las primeras veces, es parte de la vida. —sonreí agradecida por sus palabras.

Amores Que CuranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora