Capitulo 12 (EDITADO)

216 19 1
                                    

Nunca fui de las chicas que se preocupaban tanto por su vestimenta y aseguraban no tener que ponerse cuando su armario estaba lleno; pero ahora las comprendo.

Me había levantado una hora más temprano de lo normal por una muy buena razón, saldría con Ashton, y eso me hacía sentir una gran necesidad de arreglarme, quería verme bien para él. Se que todo el mundo dice que tienes que ser tu misma y que quién te quiere te aceptará como eres, pero supongo que no esta mal querer arreglarme un poco más hoy. La cosa es, que ya había repasado mil veces cada una de mis prendas y aún no encontraba nada, definitivamente no tenía nada que ponerme—me reí de mi misma porque siempre me pareció ridículo pensar aquello— voltee a ver quien había abierto la puerta de mi recamara encontrándome a mi mamá, quien al ver todo el desastre en que mi cuarto se convirtió no pudo ocultar su asombro.

—¿Por qué tu cuarto parece haber sido visitado por un huracán?—me preguntó con los brazos cruzados y sus cejas alzadas—No, sabes que mejor dime como es que tú estas levantada tan temprano.

—Yo eh, no tengo nada que ponerme—bufe al escuchar la risotada de mi mamá.

—Pero que dices, ya has visto toda la ropa que esta expandida por todo tu cuarto— la mire mal, claro que la había visto, pero nada me convencía— ¿Por qué estás tan preocupada por lo qué usarás? Hay algo que no me hayas contado—baje la mirada, nunca había hablado con mi mamá de un chico y no estaba segura si contarle la verdad o mentirle—Puedes contarme Maddie lo sabes.

—Hay un chico—ahora si parecía realmente sorprendida.

—Vaya, un chico— susurró —Bien y ¿qué pasa con él?

—Me invito a salir— alzo las cejas— y acepte.

—No se que decirte. Lo digo en serio me has agarrado desprevenida— suelta una risita antes de sentarse en mi cama—será normal de que, en lugar de enojarme estoy no se... ¿emocionada?

—¿Emocionada?— pregunto.

—Si, no veo nada de malo en que salgas con un chico, estas en la edad y eres una chica excelente, confío en ti y si has aceptado salir con él es porque es especial— sonrió inconscientemente al recordar a Ahston—Has cambiado Maddie— la miro sin entender sentándome a su lado—lo has hecho cariño y me alegro muchísimo. Eres más entusiasta, menos tímida, bromeas con frecuencia, hasta tienes amigos. Siempre has sido especial, tienes tantas cualidades cariño— toma mi mano y comienza a acariciarla— y ahora por fin las estas dejando salir. Antes de que tu papá— aclara su garganta y mis ojos empiezan a escocer, recordar a papá siempre me es sumamente doloroso— nos dejará— continua—siempre intentamos que fueras la chica que eres hoy, te miro y me encanta lo que veo. Tienes ese brillo en la mirada cada vez que hablas de tus amigos que te hace lucir radiante, tu papá estaría muy orgulloso de ti, se que lo esta.

Me lanzo a sus brazos sin poder evitar las lagrimas. Mi mamá me corresponde al instante rodeándome con sus brazos y besando mi cabeza. La muerte de mi papá fue muy repentina, dejo un gran vació con su partida y aunque hemos tratado de seguir nuestras vidas, sigue siendo en extremo doloroso saber que ya no está. Mi papá era un gran hombre y se lo mucho que mi mamá y él se aman. Porque aunque no este, se que mi mamá lo sigue amando con la misma intensidad al igual que nosotros y me sorprende lo fuerte que ha sido este tiempo. Es una mujer muy valiosa.

—Bien—deshace el abrazo para limpiar sus lagrimas y yo hago lo mismo—tú tendrás una cita hoy y no puedes ir con esa imagen, te ayudare a encontrar un conjunto bonito mientras te duchas ¿qué te parece?— me mira y sonríe pícara. Suelto una risita asintiendo, tomo lo necesario para ducharme y entro al baño.

—¿Qué me has escogido?— preguntó a mi mamá saliendo de la ducha sólo en ropa interior debajo de la toalla al rededor de mi cuerpo.

—Esto servirá—dice mostrando una falda negra circular junto a una blusa blanca corta de tirantes con puntos negros y unos botines negros—te veras muy guapa— me guiña un ojo antes de salir de la habitación. Me pruebo todo y quedo conforme con el resultado, me maquillo solo con rímel en las pestañas y un brillo de labios rosa. Peino mi cabello con una trenza francesa que cae a un lado de mi hombro. Tomo mi mochila y bajo a desayunar, mi mamá al verme me da una sonrisa satisfecha y me sirve el desayuno. Luego de lavarme los dientes y retocar mis labios, me lleva a la escuela.

Las horas pasan rápido y los nervios me atacan. Entro a la cafetería y distingo a los chicos sentados en una mesa, voy hacia ellos y al verme saludan alegres.

—Que guapa te vez Maddie— me sonrojo por el comentario de Bob y le sonrió tímida.

—Gracias Bob— me siento a su lado.

—¿A qué se debe ese look muñeca? te vez muy bien amiga— dice Vannessa guiñando un ojo.

—Bueno tengo una cita creo—digo jugando con mis manos.

—Vaya una cita, ¿quién es el afortunado?— pregunta Austin antes de darle un mordisco a su emparedado. Todos me miran atentos y puedo ver la emoción en los ojos de mi amiga, obviamente ella sabe de quien hablo.

—Se llama Ashton, es el chico con el que me quede ayer en la playa.

—¡Ay que emoción Maddie!— chilla la rubia entusiasmada— por fin, tienes que contarnos todo mañana.

— No seas fisgona Vannessa, si ella quiere nos contará, pero como es buena amiga nos mantendrá informados ¿verdad?— rió al ver a Bob subir y bajas las cejas.

— Claro que sí chicos— suspiro— estoy nerviosa.

—No tienes porque, solo se tú misma. Eres increíble Maddie, todo saldrá bien.

Le agradezco a Bob y luego de seguir platicando regresamos a clases. Unas horas después el timbre de la campana suena anunciando la hora de salida y yo no puedo estar más nerviosa; mis manos están sudadas, mis piernas tiemblan y siento un nudo en mi garganta. Salgo de la escuela con la vista al frente y lo veo.

Recargado en su auto con los brazos cruzados sobre su pecho con unos jeans de mezclilla rasgados de las rodillas, una camisa celeste de manga larga lisa arremangada hasta los codos, tenis blancos y lentes negros esta Ashton. Se ve guapísimo y una punzada de celos se instala en mi estomago al ver las miradas coquetas que le lanzan cada chica que pasa a su lado, pero ver que el ni se inmuta de ello me tranquiliza. Se quita los lentes al verme y me sonríe, le de vuelvo la sonrisa y con paso firme me acerco hasta él.

Respiro hondo y me preparo para lo que será mi primera cita.

Amores Que CuranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora