† Capítulo 9 †

76 21 3
                                    

Si bien lo que los ojos de Scarlet vieron la hicieron ponerse nerviosa, el que Jackson le prometiera un regalo al día siguiente la tranquilizó un poco.
-Anda mi niña, ve a descansar, ya vimos mucho por hoy, y no te olvides de mantenerte lejos de cualquier doctor o enfermera, por favor-
Habían dado con el dormitorio de la chica y aunque Él no se sentía del todo cómodo con dejarla ahí, se había propuesto el crear un plan para sacarla lo más pronto posible.
Scarlet obedeció y le dió un beso en la mejilla. Entró lo más calladamente para no despertar a nadie, todo parecía tranquilo y eso la calmaba.
Jackson se retiró frenéticamente. Necesitaba encontrar el regalo perfecto para ella, así que debía darse prisa.

Era de día.
A Scarlet le sorprendió el haber conciliado el sueño a la perfección.
Nada la había abrumado, ¿sería que todas sus alucinaciones irían desapareciendo poco a poco?

-Hola bonita, buenos días, ¿qué tal dormiste?  - dijo Sebastian rascándose su abundante cabellera negra y aún somnoliento.
-Gracias por preocuparte Sebastian, dormí muy bien.-Volteó a ver a los lados y notó que nadie más se había despertado -¿Que nadie más se levantará? -
-Así son todos los días Scarlet, quien puede levantarse lo hace y quien no, pues, se queda aquí -
-¿Desayunaremos? Muero de hambre - Su estómago le reclamaba alimento, no agunataba más y sabía qur tenía que comer algo pues en algún momento se desmayaria.
-Si, ahora si bonita, anda, vamos por Cristina y Lili y te llevamos al comedor.

-¿Qué crees? ,ya tengo novio-
-¡¿Qué?! ¿como fué, con quien? -
Scarlet recordó que no debía decir Jackson, entonces, pensó que chico guapo era él.
-Chico guapo, lo conocí ayer y nos hicimos novios-
-Pero, pero yo quería que tú fueras mi novia... - Sebastian bajó la mirada y se entristeció un poco. No creía lo que había escuchado pues nunca ninguna chica le había gustado como Scarlet a pesar de la diferencia de edades .
-Oh, Sebastian, lo, lo lamento, no debí decírtelo... Pero, pero yo lo amo y a tí te quiero como mi amigo ...-
-No, No te preocupes bonita, sólo que chico guapo me escuchará, debe cuidarte bien, sino se las verá conmigo -
-Él cuidará muy bien de mí, ya verás-
En esos vieron que Lili y Cristina se acercaban apresuradas, como si tuvieran algo que contarles.

-¿Escucharon los gritos de anoche? -
Dijo Cristina un tanto nerviosa.
-Yo sí, fue terrible - contestó Scarlet temerosa pues recordar lo que había visto la hizo ponerse así.
-Fué Thomas, se llevaron a Thomas porqué mordió a un señor adulto. No lo regresaron al dormitorio - Sebastian había visto y recordó el cómo perdió uno de sus dientes; él había pasado por lo mismo.

-Pobre Thomas, debe sentirse sólo-

Los cuatro niños se quedaron mudos un instante y luego empezaron a caminar.
El comedor no estaba tan lejos, pero parecía que estallaría en cualquier momento pues las mesas estaban repletas de pacientes.
-Tomemos algo de comer y vámonos al jardín, no cabremos aquí - Comentó Sebastian al mismo tiempo que agarraba unos platos un tanto sucios para poder servir el puré de verduras que hoy había de menú.
No se veía tan apetitoso, pero su hambre podía más, así que, a como dijo Sebastian, tomaron su comida y se dirigieron al jardín.

Al mirar el estado de las demás personas, Scarlet se sentía afortunada y preocupada a la vez.
Afortunada, porque aún seguía en sus cinco sentidos.
Preocupada, por que sabía que en cualquier momento podría ponerse mal y quizá, tardar en componerse.
Se sentaron haciendo un círculo en el verde césped y tratando de encontrar sombra pues el día era sumamente soleado.

Hoy viene chico guapo, ojalá nos traiga lo que le pedimos

Escribió Lili en su libretita roja.
-Sí Lili, yo le pedí una muñeca de porcelana, me robaron todos mis juguetes y me aburro cuando voy al cuarto de juegos- Dijo Cristina.
-Yo le pedí un sueter. El que me dejó mi abuelita antes de morir ya está viejito y ya paso frío, así que me lo pondré arriba del que él me traiga- prosiguió a decir Sebastian mientras que hacía una mueca de mal gusto por la cucharada que le dió a su puré.

Scarlet sólo sonrió y se sonrojo un poco.
¿Qué le llevaría su apuesto novio?

† Candyland †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora