† Candyland †

† Capítulo 12 †

Scarlet recobró las fuerzas y se sentó en la orilla de la cama vieja en la que se encontraba.

-Espera aquí, iré a traer vendas y alcohol para curarte, no te muevas, Sebastian cuídala -
Jackson salió corriendo del lugar y entre el silencio se perdieron sus pasos.

-¿Qué habrá traído en su mochila?-
Preguntó Cristina.
-A lo mejor trajo comida, ojalá si sea así porque el puré de hoy estaba terriblemente asqueroso- Sebastian hizo una mueca de asco mientras que se acercaba a Scarlet.
-No te levantes bonita, ahorita ya te curaran -
-Gracias Niños, no saben cuanto les agradezco todo esto, nunca tuve la oportunidad de tener amigos físicos, ustedes,son los primeros y es, muy importante para mí. -
Hizo una señal de que los tres niños la abrazaran y así fué. A pesar de que ya no vivía en su hogar, Scarlet se sentía bien pues tuvo lo que nunca imaginó; amigos, amigos y un novio lindo el cuál la cuidaba y veía por ella.

-¿Y si le pides tu medicamento a Chico Guapo?  Quizá te lo pueda traer y así ya no te harás daño, no quiero volver a verte así -
Dijo Cristina, mientras que veía las heridas piernas de su amiga.
-¡Es muy buena idea Cristina! - bueno, sólo recuerdo como se llama uno, pero es el que más me ayuda-

Wang entró corriendo a la habitación con todo lo necesario y fué directo a un lavabo a lavarse las manos.
-Ya llegué. ¿No han agarrado a Scarlet verdad? Pueden infectarla si le tocan sus heridas -

-No, no la tocamos -
-Bien, veamos-
El joven empezó a curar las heridas cuidadosamente y tratando de hacer que no ne doliera tanto a Scarlet.
Las heridas eran lo suficientemente profundas como para que ella pasara dolor, pero no podía gritar pues sabía que si hacía un sonido fuerte, algún doctor los vería y estarían en problemas.

-Ya está, ¿te sientes mejor hermosa? -
-Gracias amor, sí, ya estoy bien- ambos sonrrieron mutuamente
-¿amor? - dijo Cristina.
-Son novios, ¿no sabias?  Qué poco pones atención Cristina- dijo Sebastian.
-A penas supe, tú que estás de chismoso siempre -
Todos empezaron a reir y Lili hizo una mueca de diversión.

-Bien pues, después de este susto, veamos que les traje el día de hoy-
Todos se empezaron a emocionar. Esperaban cada día en el que les tocaba regalos, eran los unicos que recibían y eso los hacía felices.

-¿Pero porqué traías sangre? - mostró Lili en su libreta.
Jackson los miró dudoso.
No debía hablar de más pues sabía que no era correcto, eso dañaría su relación con su amada Scarlet y con los niños.

-No era sangre... Mira Lili, esto es para tí -
De su mochila sacó una caja musical, era una hermosa cajita rosa que al abrirla, emitía una melodía que hacía bailar a la bailarina de valet que traía consigo.
La cara de Lili se llenó de alegría, se sentía tan feliz pues había recordado que cuando era más pequeña, su abuelo le había regalado una igual.
Corrió a abarazar a Jackson y le dió un beso tierno en la mejilla.
-Bien, traje el suéter que Sebastian me pidió -
Sebastian se asomo a la mochila y emocionado, vió como se asomaba su suéter color azul marino, era perfecto, así lo deseaba.
-¡Gracias! ¡Siempre lo quise así! ¡Eres el mejor! -
Se quitó el que le había regalado su abuela y se puso el nuevo, para después ponerse nuevamente el que su ser amado le había regalado.

-Y, una muñeca para una niña bonita-
Cristina abrazó a la muñeca de porcelana que tenía de regalo. Sus moños coloridos ,y su vestido perfecto la hacían la bebé más bella del mundo.
-¡Podré ya jugar en El cuarto fe juegos! ¡Gracias, gracias! -

Ahora, ahora sólo faltaba el regalo que le había prometido a Su amada.
-Esto es para tí mi niña-
Sacó del bolsillo de su chamarra negra una cajita de esas en las que se entregan los anillos de compromiso.
Era roja con adornos blancos.
Al abrirla, delataba un hermoso anillo de oro puro.
Los ojos de Scarlet no creían lo que veían.
Era hermoso y eso le hacía recordar que fué así como su padre había sellado amor eterno con su madre.

Los niños salieron corriendo de ahí pues tenían tantas ganas de ir a jugar al cuarto de juegos que necesitaban darse prisa.

-Debes cuidarlo mucho. Que nadie te lo vea, si no lo perderas o te lo robarán... -
Scarlet lo miró y le dió un beso.
Ya no tan puro como los que ya le habia dado anteriormente.
Lo tomó del rostro y sólo hizo lo que su mente, corazón y cuerpo le decían.
Era un beso que no tardó en hacerse desenfrenado.
Las manos de Jackson empezaron a recorrer las piernas de Scarlet, para detenerse en sus caderas. ..
Y ella, ella empezó a sentirse nerviosa.
Nunca había tenido la sensación de ser tocada como Jackson lo estaba haciendo, pero le gustaba, era algo hermoso para ella, así que entrelazo sus brazos al cuello de su amado, algo tenía que pasar y si sucedía, ella estaba lista.

Pero Wang reaccionó.
Abrió los ojos y se detuvo.
Quizá no era el hombre más honesto del mundo, pero estaba mal lo que trataba de hacer. Scarlet no era una chica que estuviera bien del todo. No debía, pues, era una niña en el cuerpo de una mujer. ..

La soltó y se alejó de ella.