† Capítulo 10 †

66 20 1
                                    

Ese puré no fué del agrado de todos, pero era lo que había y no podían hacer algo.
Scarlet extrañaba la comida de su madre y los detalles que tenía con ella, pero sabía que nunca estaba sola pues podía percibir a sus padres día y noche cuidándola.

Pasaron unos segundos y sus ojos se llenaron de angustia.
-¿Quienes, quienes son ustedes?  ¿Qué hago aquí? -
Empezó a sobresaltarse y a ponerse nerviosa.
-Scarlet,somos nosotros, Cristina, Lili, Sebastian, tranquila- le contestó Sebastian agarrandole  su brazo derecho .
-Mi tía, ¿mi tía dónde está? -

-Debe estar pasando por algúna de sus enfermedades- dijo Cristina.
-¡¿Qué hago aquí?!  ¡Mi tía, mi mamá! -
Marine se levantó y salió corriendo entre los demás internos quienes la veían extraña, comportándose mal.

Los niños salieron trás ella pues sabían que sí algún doctor lograba verla, le iría mal.
-Scarlet, Scarlet debes parar, ¡te harán algo sí te ven así! -
Sebastian quería calmarla
-¡No soy Scarlet, yo soy Marine, Marine y sólo Marine, quiero salir de aquí, me da miedo este lugar! -
-Marine, Marine no puedes salir, ninguno de aquí puede salir... Pero nosotros somos tus amigos, ¿recuerdas?  Por favor, tranquilízate, no debemos hacer escándalo o todos dormiremos aquí en el jardín -
- Mi tía, necesito a mi tía... -
Marine calló en llanto.
No sabía que hacía ahí ,no entendía que había pasado, ¿dónde estaba su amada tía que prometió cuidarla?

-¿Qué está pasando ahì imbéciles?-
Gritó una enfermera.
-Nada, nada sólo que nuestra amiga...-
-¡Quítate estorbo! - la mujer delgada y blanquizca empujó a Sebastian que no logró proteger a su amada amiga.
-¡Suélteme, mi tía, dónde está mi tía! -
-Aprenderás a no estar llorando como retrasada imbécil -
-No se la lleven! -

No pudieron hacer nada.
Sus fuerzas eran pocas a lado de la mujer desquiciada que se llevaba brutalmente a Marine, pero siguieron sus pasos hasta la habitación de castigo.

-Aquí aprenderás a comportarte, ¡sólo eres una maldita basura! -

-No, no me encierren, ¡no por favor! -

Era un lugar terrible, oscuro, frío.
Estaba repleto de cucarachas y ratas que caminaban sobre la suciedad de ese cuarto.
Varias puas sobresalían de entre los escombros al igual que pequeñas piezas de vidrios y metales ya oxidados.

-¡Mami, papi, sáquenme de aquí! -
Marine golpeaba la puerta pero no podía ser escuchada, pued estaba en uno de los sótanos del hospital.

-¿Como la sacaremos?  No podemos necesitamos ayuda de alguien más fuerte que nosotros, sino la sacamos hoy quizá se olviden de ella, no debemos dejarla - dijo Cristina tomada de la mano de Lili.
- ¿A quien le pedimos ayuda Cristina? No conocemos a nadie. -
Dijo Sebastian con los ojos cristalinos

Lili miraba a sus alrededores.
Ese lugar le recordada malos momentos pues días antes ella también había sido encerrada ahí por no haber dicho una palabra que el doctor le había ordenado, es por eso que este al no obedecerlo, le quemó parte de su manita y la mandó ahí .
Tuvo suerte de que se acordaran de ella y la sacaran al día siguiente.

-¿Pero si esta vez no se acordarían de su amiga Scarlet? -
Fué entonces que tomó su lapiz y su libreta y empezó a escribir:

Esperemos a chico guapo, hoy llega, y el sabe como abrir puertas por arte de magia.

- ¡Lili es perfecto! -
Dijo Sebastian. Digámosle que Scarlet está aqui, que nos ayude a sacarla-
Las niñas dijeron sí con su cabeza y se acercaron a la puerta que los dividía de su amiga.

-¡Marine, te sacaremos, no te preocupes y no tengas miedo, cuidaremos de tí desde aquí afuera! - Gritó Cristina.

-Gracias- escucharon.

Marine empezó a tararear una linda canción que su madre le cantaba cuando tenía esas horribles pesadillas recurrentes.
La vista se le nublaba y por el mismo nervio acariciaba sus cabellos negros, veía las puas y los vidrios y sentía la necesidad de hacerse daño.
Era una niña, alguien empezaba a gritarle que lo hiciera y ella tenía que obedecer.


† Candyland †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora