Capítulo 10.2

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NO APTO PARA MENTES SENSIBLES

-Te dejo un traje en el armario, estate listo para cuando vuelva – me interrumpió guiñandome un ojo y salió de mi habitación.

Dejé el dibujo ya acabado en uno de los cajones y me fuí al baño algo apurado, no quería que pensaba que era un lento.

Entré a la ducha y al salir rodeé mi cintura con una toalla blanca.

-¿Lou? - se escuchó un susurro lejano.

-¡En el baño!- chillé.

Empecé a secarme el pelo con una segunda toalla y noté unos brazos en mi cintura.

-¿Qué tal el día? - le pregunté intentando sonar algo despreocupado.

-Bien ahora que estoy junto a ti – me susurro haciéndome estremecer y posteriormente besó mi cuello – no te demores demasiado, la reserva es para las nueve y media – dejó un casto beso en mis labios y salió del baño.

Me cambié y dejé mi pelo desordenado dándome una última mirada en el espejo.

-Te ves bello – comentó al verme Harry.

-Tú igual que siempre – comenté haciéndole reír.

Bajamos en silencio por el ascensor y al llegar nos esperaba una limusina de color negro con un chico de pie al lado. Ere muy atractivo, sus facciones eran finas y elegantes y su pelo castaño claro lucía dorado bajo la luz de la luna.

-Buenas noches Josh – dijo Harry al chófer.

-Buenas noches.

-Louis, educación.. - me demandó suavemente Harry, sin brusquedad.

-Buenas noches – sonreí al mirarle, era un chico de facciones extraordinarias.

Entramos al coche y me limité a mirar por la ventana pensativo, pero oprimiendo el rumor que permanecía en mi mente.

A medio camino decidí romper el silencio.

-Oye tu haces pasar un casting a tu personal y si son feos no los contratas, o algo por el estilo? - pregunté intrigado a Harry – porque Niall, Zayn y Liam son muy guapos y Josh lo es también sin duda alguna.

-Se podría decir que cuando vives solo como yo al menos alegrarte la vista va bien, y por suerte yo puedo elegir – sonrió.

-No quiero ni pensar que haces por las noches – dije instintivamente.

-Te observo.

-Joder que miedo me das – reímos y el coche paró minutos después.

Al llegar a la puerta del inmenso edificio iluminado le abrieron la puerta a Harry quien me cogió de la mano para que no fuese a su espalda, donde había permanecido durante todo ese tiempo.

-Estate tranquilo – me susurró y sonreí mientras veía todas las miradas hacia nosotros.

-¿Por qué nos miran? - le pregunté acercándome a su rostro.

-Porque soy algo conocido y tú eres una preciosidad – me guiñó un ojo.

-¡Oye! - golpeé su hombro y reímos.

Nos sentamos en una mesa y empecé a leer la carta que sonaba a chino.

-Harry, ¿podrías pedir por mí?

-¿Por qué? - me miró extrañado.

-No se que es nada de esto... - Harry rió.

-No te preocupes yo pido por ti.

No te haré daño (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora