-Dios mío yo te he hecho todo eso – dijo Harry horrorizado acariciando mi marchita tez. Me giré quedando frente a frente con él y le besé con muchas ganas.
-No es nada, ¿vale? - intenté tranquilizarle, hacerle ver que no pasaba nada por unas cuantas marcas, que realmente no tenía ningún tipo de relevancia o repercusión en mí, y él sonrió ampliamente haciéndome saber que había lo había entendido.
Yo no era el único magullado, él llevaba toda la espalda arañada y magullada con afiladas marcas que se prolongaban formando autopistas rojizas en su piel, y eso había sido culpa mía.
-¿Te hace una duchita? - le pregunté intentando sonar inocente, aunque sabía que después de lo de la noche anterior todo lo que dijera o hiciera sería de todo menos inocentes.
Harry se acercó a mí y pasó una mano por el torso de mi cuerpo tirando así de mí hacia su cuerpo besándome el cuello -ah dios Harry si sigues así me vas a matar - gemí cuando empezó a masajear mi cuerpo - eres insaciable, yo estoy agotado.
-Voy a matarte a base de placer - me susurró provocando que me ruborizara - ya pillarás el ritmo - me guiñó un ojo burlón y mordí su clavícula levemente.
Me estampó contra la pared de la ducha y buscó mis labios para atraparlos en un beso desenfrenado y hermético. Se acercó aún más a mi cuerpo queriendo mayor roce entre nuestros miembros y acarició mi muslo, el cual entrelace a sus caderas creando así un roce de fuego placentero. Harry empezó a moverse causando que gimiera por la tremenda excitación que ya cargaba. Embestida a embestida notaba como las mariposas se empezaron a alborotar en mi interior y mis gemidos eran cada vez más fuertes. De repente paró y ronroneé quejándome.
-No pienses que ahora vamos a estar todo el día haciendo esto - me susurró en la oreja causando un nuevo revuelo en las mariposas que yacían clandestinas en mi estómago.
-¡Dios! No puedes dejarme así Harry - me quejé por mi evidente problema que palpitaba dolorido.
-No pensarás que voy a acabar solo en los preliminares - me susurró con voz ronca lamiéndome la oreja y haciendo que me recorriera un escalofrío por todo el cuerpo.
-Harry - ronroneé y apreté mis muslos a su cintura - no aguanto más ¡dios! Por favor, hazme tuyo - dije casi sollozando.
- Tus deseos son órdenes pequeño, pero has de aprender a ser paciente - sin volver a cruzar palabra admiró mi cuerpo mojado por el agua y el sudor que se mezclaban en un mix excitante de placer. Acarició mi mejilla y poco a poco empezó a dejar suaves y mojados besos en cada marca que yacía en mi cuerpo causada por él la noche anterior.
Gemí levemente y me contorsioné ante su tacto, que resultaba tan absolutamente abrumador que hacía que mi cordura desapareciese.
Me penetró de una embestida haciéndome chillar muy alto en una contundente expresión de excitación, sorpresa y dolor
-Espero no haberte hecho mucho daño - gruñó en mi cuello.
-Calla - le dije atrapando su cara con mis dos manos y juntando nuestros labios, que jugaban al ritmo de sus embestidas intentando ahogar mis gemidos.
Sus embestidas eran tan suaves y excitantes, que dejaban a mi cuerpo expectante del clímax.
Sus manos custodiaron mis muñecas apretandolas fuertemente contra la pared dejándome inmóvil y a su merced. Él tenía el control y eso era algo que a ambos nos excitaba.
Cruzamos una fugaz mirada y una sonrisa arrebatadora se formó en su rostro de manera sugerente y lentamente dejo besos por todo mi cuello acompañados de leves mordiscos que provocaban que gimiera aún con más intensidad.
Tanto las mordidas como su agarre me iban a dejar nuevas marcas en mi ya marchita tez pero ¿acaso eso importaba? Estaba experimentando una de las mejores sensaciones y experiencias de toda mi vida.
Eso era placer puro.
Harry había perdido la cordura por completo y empezó a acelerar las embestidas agarrándome más fuerte haciéndome chillar de placer y dolor a la vez. Parecía una mala mezcla pero él conseguía hacer placentero el dolor.
Tocó ese punto donde las mariposas volaron y grité fuertemente junto a él cuando el orgasmo cubrió por completo nuestros cuerpos ahora unidos en uno solo.
Nuestras respiraciones se fundieron en un suave beso.
-Oh dios esto no es para nada sano - susurré entre sus brazos.
-Intentaré ser más delicado - dijo entrecortadamente mientras yo caminaba hacia la salida en busca de una toalla.
-No lo hagas, a mi me gusta así, como a ti te gusta - paré y lo abracé por detrás dejando un beso en su cuello teniendo que ponerme de puntitas.
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No te haré daño (Larry Stylinson)
Fanfiction-Decir "no te haré daño" es una gran mentira, al menos vas a tener sinceridad en nuestra relación-concluyó cerrando la puerta. Recuerdo la subasta, bueno, no la recuerdo ni tampoco tengo la certeza de saber que eso era una subasta.