Mi Muso

El Techo

Estábamos ahí sentado frente a frente, solo nos separaban un par de metros que significarían una caída casi mortal, me senté esperando a que me dijera la razón que tenía para hacerme subir pero no dijo nada, solo me miró, como un niño mirando el aparador de una tienda de dulces, sin siquiera moverse, solamente me veía, no sabia si sentirme incomoda o alagada, era demasiado loco todo esto, él se percató de que me estaba poniendo un poco incomoda así que suspiró y por fin se decidió a hablar.

Abrió la boca y tomó una gran bocanada de aire, esperaba que se soltara hablando o dándome una explicación.

-HOLA- gritó, me aturdió un poco, estábamos demasiado cerca como para tener que gritar así que reí un poco y respondí con mi voz normal.

-Hola

-ME ESCUCHAS?- seguía gritando lo cual me dio mucha risa.

-Te escucho perfecto, no tendrías porqué gritar.- seguí riendo pero esta vez mas fuerte

-Si me hubieras dicho eso antes no estaría gritando como un lunático, supuse que tu voz se escuchaba así de despacio por la distancia- dijo frotándose la cabeza apenado .

-si te hubieras dado cuenta de la poca distancia que nos separa sabrías que no es necesario gritar, casi puedo tocarte si me estiro lo suficiente, él se sujetó fuerte del borde del techo con una mano y se estiró todo lo que pudo, hice lo mismo para comprobar que era cierto pero des-afortunadamente no pudimos, nuestras manos estuvieron por lo menos a 30 centímetros así que regresamos a nuestra primera posición.

-No es la distancia que me gustaría pero es mejor que nos separen medio metro de vació que unos muros- Sin razonar me ruboricé, no sabía si era un intentando de ser romántico o solamente quería hablar de frente así que decidí preguntar el motivo que tenía para estar allí.

-¿Por qué estamos aquí?- se encogió de hombros y dijo.

- Hay muchas teorías pero hasta ahora no hay nada concreto, supongo que casa quien tiene que descubrir su propósito para vivir- Esa respuesta me puso un poco enfadada peo me puso a pensar en ese tema, siempre había vivido pensando en posibilidades sobre evolución, mitos u otras cosas raras pero nunca me había cuestionado mi propósito en la vida.

-¿Tu cual crees que es tu propósito en la vida?- pensé en mi respuesta por si acaso él decidía regresar me la pregunta pero no se me ocurría nada"tener una buena vida", no, eso no era, "ser feliz" quizá pero no sería una buena respuesta.

-Vivo para ser quien quiera ser- me robó las palabras, justo esa sería mi respuesta, me quedé estupefacta por lo que acababa de pasar, era como si tuviéramos una rara conexión.