Una rosa

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Estaba muy sorprendida de encontrarme a Chevalier en el café y aun mas cuando lo vi con mi orden en las manos.

-El pastel de choco-café es mi favorito- se sentó frente a mi y dejó sobre la mesa mi pastel y dos cafés,cuando miré el mio tenía una pequeña flor dibujada en el soporte para no quemarse, supongo que se me notaba lo confundida porque se aclaró la garganta para que lo mirara y regresara a la realidad.

-Tuve que marcarlo para no olvidar cual era el tuyo, espero que mi feo dibujo pase desapercibido- dijo mientras se encogió de hombros y tomó un pequeño sorbo se su vaso humeante.

-Es una hermosa flor- aun no entendía nada de lo que estaba pasando, solo sabía que todo era demasiado loco y lindo.

-Gracias, he practicado últimamente mis rosas, supongo que ahora por lo menos se nota que es una flor- rió un poco y me miró un poco apenado.

-Dibujas mas cosas o solo rosas?- no sabía el porque me había citado aquí ni el porque lo hizo de esa forma, pero no quería apresurar el tema, quería que el solo me contara todo.

-Solo hago garabatos y cosas que me inspiran en el momento, mis dibujos son bastante malos, creo que lo que mejor me salen son los lobos y las flores-  se acerca y me susurra- si vieras uno de mis lobos pensarías que es un perro o un monstruo- no pude evitar reírme, sus bromas eran simples pero me hacían reír a carcajadas, sin duda tiene un gran sentido del humor y eso me encanta.

-No creo que dibujes peor que yo- intentaba hacerlo sentir mejor sobre sus dibujos sin siquiera verlos, algo muy característico de mi pero no suelo hacerlo con cualquier persona.

-¿Por qué lo haces?-me miró directo a los ojos como si con eso obtuviera alguna respuesta.

-¿Hacer que?- estaba aún mas confundida.

-Me heces sonreír e intentas hacerme sentir bien sin obtener nada a cambio

-Si una persona es feliz gracias a mi yo soy feliz, es simple- me encogí de hombros y el me miró en silencio por un minuto, miraba mis ojos y de vez en cuando me percataba que bajaba su mirada hacia mis labios pero instantáneamente regresaban a mis ojos.

-Eso es muy noble y blando para una chica solitaria como tu-tomó otro sorbo de su café despreocupado.

-Disculpa?- estaba muy sorprendida y un poco ofendida por juzgar mi forma de ser o pensar, lo acabo de conocer hace un par de días, no me conoce y ahora quiere venir y juzgarme?, para nada.- puedo ser muy diferente de lo que muestro y si no te gusta como soy no entiendo que hacemos aquí sentados perdiendo el tiempo.-saqué de mi bolso el dinero necesario para pagar la cuenta, ese tipo de comentarios me molestan en serio, el hecho de que las personas se sientan superiores o que crean que pueden juzgar a alguien solo porque si me da mucho coraje, por culpa de esas personas el mundo e superficial y se deja guiar por las apariencias, lo que hacemos y decimos sin importarles nuestros sentimientos o pensamientos. Dejé el dinero en la mesa y me levanté dispuesta a irme.

-Eso no fue lo que yo dije- esas palabras junto con su pose de macho superior me hicieron rodear los ojos y salir de la cafetería sin mirarlo de nuevo. me acababa de decepcionar, pensé que era muy diferente, me lo había demostrado días antes pero hoy sin duda me decepcionó, caminé a mi casa triste y sin ganas de hacer nada. La única persona con la que me llevaba bien de este lugar resulto ser un fracaso total, entré a mi casa y sin ánimos subí a mi habitación, me tumbé en mi cama y dentro de poco me quedé dormida.


Una hora después un gran ruido me despertó, había un pequeño helicóptero de juguete justo sobre mi cama

PERO QUE DIA...

Me dí cuenta que el helicóptero tenía una nota colgado de la cola, la tomé y decía "Me toca explicarte, sube al techo", estaba completamente loco si creía que después de quererme catalogar y poner estándares subiría al techo a hablar con él, dejé al helicóptero irse y me volví a recostar en mi cama, el teléfono sonaba con la llegada de sus mensajes pero no iría, no hasta que me calmara un poco y el se disculpara.

El sonido del helicóptero volvió a sonar en mi habitación y ahora tenia todo un arnés colgado, con mucho esfuerzo cargaba una rosa rosa hermosa, no había visto rosa mas linda desde que era pequeña y mi abuela me regaló una para mi cumpleaños, esas rosas eran una de mis debilidades así que decidí salir a la ventana.

Encontré a un chico con una hoja entre las manos que decía "Lo siento, para remediar mi error te pido que subas" comenzó a hacer caritas tiernas y graciosas señalando el techo. Rayos, este chico sabe como convencerme.

Subí

Mi MusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora