El comienzo

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Yo vivía alejada de todo, el supermercado más cercano estaba a kilómetros y no había muchos ruidos molestos, pasaba mi tiempo leyendo y paseando cerca del lago hasta que termine la escuela, pero todo cambiaría si quería seguir estudiando, debía mudarme a un lugar en la ciudad dejar de lado la comodidad y tranquilidad de mi casa para estudiar y ser alguien en la vida, aunque no me preocupaba lo que quisieran mis padres o los estándares de la sociedad quería estudiar para ser escritora así que me mude.

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El viaje fue largo y el aire era más pesado, tenía un nudo en la garganta por los nervios de adaptarme a un nuevo lugar y nuevas personas sobre todo porque siempre estoy sola, soy tímida y rara.

Suspire hacia el cristal de la ventanilla observando a los nuevos vecinos, por fin habíamos llegado, la casa era muy grande, con un patio enorme y no estaba tan lejos de la que sería mi nueva escuela

Los vecinos pequeños jugaban con su perro a la pelota gritando y riendo, recién llevaba 3 minutos en el lugar y ya había mucho más ruido del que me gustaba así que me puse mis auriculares, tome mi maleta y entre sin ver nada o a nadie, en ese momento solo quería pensar, asimilar un poco el cambio tan grande y tan repentino, resignarme a que mis noches de tomar café en silencio viendo la luna y las estrellas ya no serían posibles

Subí a mi habitación la cual había seleccionado por la gran ventana y comencé a sacar mi ropa, mis accesorios y mis libros, estos últimos se quedaron sin un buen lugar, la casa estaba muy vacía y al parecer al anterior dueño no le gustaba leer.

Fui a la planta baja donde se encontraban mis padres.

-Madre, ¿Dónde queda la mueblería más cercana? necesito un librero para mis bebés.

-Está a solo una calle, adelántate a buscar el que más te guste y cuando decidas me llamas para ir a recogerlo ¿vale?- me dio dinero suficiente para un librero decente y un par de tenis mientras me guiñaba un ojo.

-Gracias- le di un beso en la mejilla, tomé una de las nuevas llaves y salí en busca de aquella tienda. Los vecinos seguían afuera espiando el camión de mudanza intentando saber qué tipo de personas somos, juzgando sin antes haber dicho "hola", a primera vista ya me estaban molestando con ese tipo de acciones, esa era una de las razones por las cuales vivo en soledad, todos intentan decirme como ser o que hacer, juzgan y ofenden sin darse en tiempo de conocer mis pensamientos e ideales.

Me coloqué los auriculares y comencé a caminar mirando los grandes edificios y casas elegantes de los alrededores, eran más grandes y lujosas que la cabaña donde vivíamos pero sin duda prefiero aquella tranquilidad y esa vistas increíbles, a un par de metros vi una gran tienda donde tenían artículos para el hogar y decidí entrar a buscar libreros ahí, era aún más grande de lo que aparentaba por fuera, los estantes un metro más altos que yo y soy muy alta, caminé un par de minutos, quizá una hora buscando el área donde estuvieran los muebles hasta que encontré la sección de libros, me olvidé de lo que estaba buscando y comencé a buscar futuras lecturas, pasé un rato viendo títulos hasta que un chico alto de cabello negro llegó y se paró a mi lado, tomó un libro que estaba justo en frente de mí.

-Si quieres un libro que no sea el típico cuento de hadas te recomiendo este- dijo entregándome un libro grueso, miré la portada y comencé a leer el prólogo, parecía un muy buen libro y era del tipo de lecturas que me gustaban, miré hacia él para preguntarle porque me estaba recomendando ese libro sin conocerme pero ya no estaba.

Mi MusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora