Capítulo 8 - Hora de muerte

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Narra Liam;

Me había quedado dormido en el sofá junto a Nirvana. Todos se habían encerrado en la cocina sobre la media noche, siempre que preguntábamos qué estaban haciendo nos decían que no nos preocupáramos y volviéramos a la sala, finalmente terminamos obedeciendo. Nos quedamos viendo Capitán América y supongo que nos quedamos dormidos porque no recuerdo haber visto el final de la película.

La mañana siguiente, cuando desperté, entrecerré los ojos debido a la luz que entraba por las ventanas abiertas. Miré a ambos lados completamente perdido, mi mirada finalmente terminó en Nirvana, que estaba dormida a mi lado, sobre mi hombro, teníamos una manta encima y la televisión está apagada. Me tapé la cara con la mano porque el sol me molestaba.

Sol.

Ya amaneció. No llegué a casa en toda la noche.

... mi mamá va a matarme.

—¿Qué demonios...?—murmuró Nirvana adormilada, incorporándose.

—Mi mamá... no le avisé que llegaría tarde ¡ni siquiera que no llegaría! Va a matarme... y luego me castigará... y me matará otra vez—expliqué apresurado.

—El conocimiento es poder—dijo ella mirándome con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados, aún no estaba completamente despierta.

—Liam, puedes estar tranquilo—escucho la voz de Scott al mismo tiempo que pone sus manos sobre mis hombros—, tu mamá llamó y yo hablé con ella, le dije que te habías quedado dormido, tienes permiso de estar aquí—suspiro.

—Muy bien—digo aliviado. Nirvana extiende la mano y levanta el pulgar, luego se vuelve a tirar al sofá, supongo que para seguir durmiendo.

—Muchachos, el desayuna está listo—dice Melissa entrando a la sala. Nirvana se incorpora de golpe con los ojos muy abiertos.

—¿Ya está listo?—pregunta Scott, luego lleva su vista a Nirvana. En cuestión de segundos se tira al sofá para atraparla, pero ella logra escabullirse de entre sus brazos antes de que logre asegurarla y corre por las escaleras, Scott no tarda en perseguirla.

—Larga historia—responde Melissa cuando la miro confundido— ¿te quedas a desayunar, Liam?



Scott se ofreció a llevarme a mi casa en su moto, pero yo prefería caminar. No podía parar de pensar en Nirvana, en la Nirvana de doce años que se escondía en su cuarto escuchando los golpes, en la Nirvana de trece años junto a su padre muerto. En la Nirvana de quince años tomando anti-depresivos. Es difícil pensar como la sonrisa traviesa que lleva siempre en los labios en realidad ocultaba una chica huérfana, triste y herida.

Nirvana es de esas personas que sonríen y sientes que vuelves a nacer, que tan solo debe entrar a un lugar para que todo se ilumine, que te hacen recobrar la esperanza con verla a los ojos. Nirvana es de esas personas que tiene una sonrisa tan brillante que nunca se te pasa por la cabeza que las verás llorar. Así que cuando pasa, simplemente no sabes qué hacer.

Llegué a casa cuando mamá salía para el trabajo, se despidió rápidamente de mí y se fue. Al entrar a casa, mi padrastro me saludó con la mano desde su oficina.

—Liam—oigo a mi padrastro llamarme mientras pasa la mano por mi cara.

—¿Qué?—pregunto perdido.

—Te pregunté si quieres panecillos.

—Ah, no, ya desayuné, no tengo hambre—niego sacando jugo de la nevera, él me mira con una ceja alzada—. Tengo sed.

—¿Qué te pasa?

—¿De qué?

—Estás muy pensativo. No digo que no me guste, el hecho de que verte pensando es un logro, no creí que viviría para ver este día—bromea a lo que lo miro mal. Él solo ríe—. Vale, vale. Es obvio que no me quieres decir, así que preguntaré otra cosa... tu madre me contó que te quedaste en casa de Nirvana anoche, de nuevo, ¿hay algo que debería saber?—... me gustaba más la otra pregunta.

Werewolf ↭ || Liam Dunbar ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora