Su tez era pálida, su piel estaba fría, era casi una estatua blanca en medio del desierto. El sol lamía su blanquecino aspecto, el cuerpo que anteriormente había albergado una vida, la vida de una chica joven, valiente y fuerte, una chica que había amado hasta que su alma se consumió en la fuerza del impacto.
Siempre ha sido tema de discusión en el ser humano el si la vida es propia o es prestada, sea cual sea la respuesta a este cuestionamiento, es imposible negar que a veces la vida es devuelta. Ya sea porque es demasiado pronto, sea porque aún faltan cosas por cumplir, sea porque no estaba planeado de esa manera o porque sí, porque es arrebatada y es devuelta con un propósito. La última es la menos común, la más mágica e inexplicable de todas, aquella de la que Nirvana fue merecedora.
No fue solo su piel la que adquirió un color a punto de nieve, también fue extrañamente su cabello, la palidez de su cadáver era tal que parecía transparente. Entonces el sonido retumbó en sus oídos, uno, bum, luego otro, bum, hasta volverse un sonido periódico, una melodía, un compás. El movimiento en su pecho hizo compañía a los latidos de su revitalizado corazón.
Todos se miraron con el ceño fruncido. Un quejido salió de sus labios y tosió varias veces, llevándose las manos a las costillas como un reflejo, como si solo se hubiera despertado de un mal sueño. Se incorporó con un inmenso dolor recorriendo todo su tórax mientras seguía tosiendo, parecía que su cuerpo tenía que volver a acoplarse al oxígeno.
Volteó hacia la manada y los miró con miedo, al principio no logró reconocerlos, hasta que los ojos azules de Liam la hicieron volver a la tierra y se apuró hacia él, el muchacho la envolvió en sus brazos en cuanto la tuvo cerca y acaricio su cabello, agradeciendo silenciosamente que pudiera ser así.
Mientras Nirvana se bañaba, Liam yacía tirado sobre la cama mirando al techo, reviviendo contra su voluntad todos los eventos de la noche. Habían recuperado a Scott y a Kira sin mayores daños, sí, pero al precio de haber estado a un centímetro de perder a Nirvana, ni siquiera podía mantener ese pensamiento en su cabeza.
Nirvana por su lado estaba como estática bajo la ducha, el agua que le caía sobre la cabeza ya se había enfriado. No sentía miedo, ni nervios, ninguna de aquellas sensaciones sobrecogedoras que se supondría que has de sentir si mueres y vuelves a la vida. Solo estaba confundida, con un extraño vacío en su interior, sintiendo cada una de las palpitaciones de su propio corazón. No volvió a la realidad sino hasta que estornudó, por el frío que el agua le había provocado.
Salió del baño con su pijama y Liam se incorporó para mirarla, le sonrió. Nirvana se sentó a su lado y él la abrazó, haciéndola sentar en su regazo, ella se aferró a su cuello mientras él acariciaba su cintura, se quedaron así por un rato en el más profundo silencio hasta que Liam notó que la chica entre sus brazos lloraba en silencio.
—¿Qué pasa? —preguntó preocupado limpiando las lágrimas de sus mejillas. Ella niega.
—No entiendo qué fue lo que pasó —responde ella mirándolo—, y no me gusta como me siento, y tengo miedo de pensar en qué es lo que sigue.
—Afrontaremos lo que siga—fue todo lo que dijo.
Se acostaron y se cubrieron con las mantas. Liam abrazó firmemente su cintura y ella se agarró a la de el, entrelazando sus piernas y escondiendo el rostro en su pecho. Aspiró su aroma lentamente, en todo un proceso, conociendo y diferenciando cada una de sus partes, y ese olor, por primera vez en lo que se sentía una vida completamente nueva, se sintió en casa.
Eran sobre las once cuando Nirvana despertó. Abrió los ojos lentamente y una sonrisa ocupó el noventa por ciento de su rostro, el vacío en su interior desapareció ante lo que tenía en frente. Liam seguía dormido, con su rostro a tan solo unos centímetros del de ella, el sol se colaba suavemente por entre la ventana e iluminaba la habitación, empezando por las relajadas facciones del rubio. Cuando este comenzó a despertar, Nirvana besó su mejilla y bajo sus labios hasta su mandíbula con delicadeza, donde los labios de Liam recibieron lo suyos en un corto beso.
Suspiró.
—Esperaba que no fuera cierto —admitió Deaton un par de horas después, cuando los dos adolescentes fueron a verlo a la clínica veterinaria. Se hizo a un lado para qué pasaran y ambos se miraron antes de hacerlo.
—Así que...—lo miró Nirvana.
—¿Lista para una historia?
—Siempre que vengo aquí lo estoy —se sentaron en la mesa de metal mientras Deaton sacaba de unos cajones bajos un viejo y polvoriento.
—El monte Olimpo estaba rodeado por un gran bosque—recitó buscando una página específica entre las hojas amarillentas—, el bosque era resguardado por Hécate, diosa de las tierras salvajes. En uno de los intentos de Hades de subir al Olimpo quiso pasar por el bosque, convencer a Hécate de que dejara a su tropas atravesar sus tierras, lógicamente ella se negó. Hades en venganza por este hecho, prendió en llamas cada árbol, cada arbusto, cada flor —dejó frente a ellos el libro abierto en un dibujo de lobos, una manada rodeados de árboles. Junto a esa había otra imagen, aquellos mismos lobos rodeados por las llamas, con los cachorros del pellejo, en un intento desesperado de salvarlos—. Hécate tenía un gusto especial por los lobos, mantenía siempre cerca de ella una manada de grandes lobos grises de ojos brillantes—suspiró—. Cuando les digo que el incendio acabo con todo es porque acabó con todo—cambió la página, revelando a los lobos entre las cenizas, los cachorros con su pelaje manchados de sangre—. Fue un golpe duro para la diosa, perder a sus lobos la devastó.
»La diosa Selene, que también guardaba predilección por los lobos, se conmovió y cuando la noche se puso, acunó en sus brazos a una loba albina. Se dice que cuando volvió a pisar la tierra quemada, sus ojos eran blancos, su pelaje era brillante y era más grande que cualquier otro lobo. Con el propósito de proteger los terrenos de Hécate, fue fuerte, feroz, atravesó llamas sin siquiera tener manchas de hollín, cruzó arbustos de espinas sin recibir un solo rasguño.
—Okay, normalmente siempre entiendo a donde te diriges cuando cuentas una historia pero esta es la excepción—intervino Nirvana.
—Existe un mito acerca de una mujer lobo joven, que muere tratando de salvar a su manada y la vida le es devuelta con un propósito. Su cabello se vuelve blanco, como el de la loba albina —ella se miró las puntas—. Existen muchos nombres para esta elegida, hija de la luna o selenia son los más comunes. Son lobas fuertes, inteligentes, poderosas, indestructibles, con grandes instintos.
Nirvana bajó la mirada, procesando toda la información. No se sentía más fuerte, ni más inteligente, o más poderosa, ni se sentía particularmente indestructible. No sentía que pudiera cruzar una columna de fuego sin siquiera una mancha de hollín o un arbusto de espinas y salir ilesa. Deaton notó su incredulidad.
—¿Crees en el destino, Nirvana? —le pregunta.
—Creo que algunas cosas están escritas desde un principio, sí —asiente.
—Hay teorías que dicen que la Hija de la Luna fue elegida desde hace años, cada una de ellas, estaba destinada a ser esto. Otras teorías dicen que fue elegida en el momento en que murió. Cada quinientos años una chica muere y vuelve convertida en una loba blanca. Tenemos dos opciones, que todos sus nombres fueron escritos en un papel en el inicio del comienzo o que todas ellas se volvieron dignas de ser lo que fueron en el momento en que dieron la vida. ¿Cuál te suena más?
—No lo sé—admitió ella.
—No sé si creo en el destino, Nirvana —le dijo Deaton mirándola a los ojos—, no sé si fuiste elegida antes o después, pero sé una cosa y es que tú eres la Hija de la Luna, y estás aquí para hacer algo más grande de lo que te imaginas.
Fin
That's it.
Por primera vez completo una novela.
¿Qué es esta felicidad que estoy sintiendo?
Aquí no se termina la historia de Nirvana, sin embargo, en cuanto pueda publicaré la segunda temporada, ambientada en la quinta temporada de la serie.
¿Les gustó el final o lo habrían hecho diferente?
Hasta el próximo libro :3
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Werewolf ↭ || Liam Dunbar ||
Fanfiction[REESCRITA EN HUMAN] Nirvana se ve obligada a ir a Beacon Hills a vivir con su primo y su tío, la única familia que le queda. Aunque llegar a este aburrido pueblito le abre las puertas a un mundo que jamás imaginó. Los cambios que se darán en su vid...