Werewolf ↭ || Liam Dunbar ||

Capítulo 11 - Promesa de muerte

Si tal vez me hubiera quedado esa noche a dormir con Liam, como pidió, hubiéramos retomado las cosas donde las dejamos, pero no lo hice. Una cosa era pensar con el calentón y otra muy diferente es hacerlo con la cabeza fría, así que cuando salí del armario... me acobardé. Y no hemos hablado en toda la semana.

Entré a la casa tan solo unos segundos después de Scott, que dejo que se cerrara la puerta justo cuando yo iba a entrar para que me golpeara la cara. Ambos saludamos a Melissa pero ella no nos respondió, mantuvo la vista fija en el bolso que tenía en frente. El bolso que contenía todo el dinero.

—¿Cuánto más necesitabas?—pregunta Melissa refiriéndose al dinero extra que Scott mencionó.

—Esto es un pago por la lista negra—trata de explicarse Scott—, lo hallé en el casillero de Garret.

—¿Pertenece a Derek?

—A Peter, una parte—me apresuro a decir—, y Scott iba a devolverlo, pero le dije que no lo hiciera.

—¿Por qué no? ¿Cuál era tu plan?—me reprende.

—Mi plan era devolverlo... posteriormente.

—¿Posteriormente a qué?

—A... ciertas circunstancias—respondo vagamente. Nunca la había visto molesta.

—¿O sea que solo se lo están guardando en un bolso bajo la cama de Scott?—inquiere, ninguno de los dos responde— ¿Cuánto tiempo lo han tenido?

—Demasiado—responde Scott con honestidad.

—¿Saben que deben devolverlo?

—Iba a hacerlo, ese era el plan—responde mirándome y posando una mano en mi hombro.

—¿Y no lo hiciste porque Nirvana te dijo que no lo hicieras o hay alguna otra razón?—pregunta.

—Por ti—respondió el moreno cabizbajo.

—¿Por mí?—Melissa contiene la respiración, apesadumbrada— ¿Te refieres a que tenemos algunos problemas?

—Mamá, tenemos muchos problemas—corrige Scott. Melissa me mira y se lleva una mano a la frente.

—Chicos... pueden salvar la vida de las personas, pero no pueden salvar a las personas de la vida. La vida está llena de dificultades...

—Pero no tiene que ser así—intervengo—, siempre estás tomando turnos extra y a veces sigue sin ser suficiente para pagar las cuentas, una ayuda eventual no hace daño, sobre todo cuando una persona se esfuerza tanto como tú lo haces. No creas que no sé que has estado teniendo que tomar pastillas para reemplazar las horas de sueño.

—¿Cómo lo sabes?

—El papá de Liam me lo dijo.

—Oigan...

—¿Sabes lo que podríamos hacer con uno solo de estos?—la interrumpió Scott— Con este, compramos una casa. Con este, pagamos la resonancia de Stiles. Con este, la deuda en Eichen House. Con este, podemos pagar el campamento de música que Nirvana mencionó hace poco—sonrío—. Y con este, ya no tienes que volver a trabajar turnos extra en el hospital y llegar a casa agotada—enumeró omando paquetes de dinero.

—¿Y con este?—inquirió extendiéndonos un paquete cubierto de sangre, ambos suspiramos. Melissa cierra la bolsa.

Ambos nos vamos a dormir algo deprimidos y el hecho de que la lluvia azote las ventanas no ayuda precisamente a subirnos el animo. Me quede viendo las gotas caer por la ventana empañada hasta quedarme dormida. A la mañana siguiente me desperté como media hora antes de que mi alarma sonara cuando Mason se me tiró encima.