Promise Me Light Parte 1

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Promise Me light
Capitulo 1

SIEMPRE
Alguien dijo una vez que cuando cayera la oscuridad, veríamos la luz. No estaba segura de que fuera verdad. La oscuridad había descendido sobre mi mundo y todo lo que vi fue desesperación.

El país libraba una guerra en su propio territorio. La sociedad se desmoronaba. Millones de personas pasaban hambre. Miles se morían.

Para mí los días eran negros. Yo ya no era una universitaria sin preocupaciones. Era una sobreviviente. Una luchadora. Una mujer perdida en el dolor.

***

En mis sueños, me perseguía. A la luz del día, me acechaba. En la oscuridad de la noche, me torturaba. Capturó mi vida y se negaba a liberarla.

Ahora yo era la prisionera del dolor.

Comenzó el día en que se fue Justin. Cuando lo vi marcharse, en un intento de rescatar a mi mejor amiga, Eva, sentí que la oscuridad me rodeaba. Sabía que se quedaría conmigo hasta que lo volviera a ver.

Esperé dos semanas. Caminé. Recé y rogué para que Justin volviera a casa. Era como la épica heroína de una novela de época, anhelando que su verdadero amor volviera a ella.

Pero la vida no era un libro ni yo no era una heroína. Me negaba a sentarme y esperar. Iría tras él.

Guardé pan y botellas de agua en mi mochila. Lo siguiente fue la caja de cartuchos de escopeta y balas para el arma 9 mm que tenía en mi cintura.
Cerré la mochila y la colgué en mis hombros. Cuando recogí la escopeta, un sonido hizo eco a través de la casa. Un golpe sordo en la quietud del día.

Me detuve y escuché. Nada. Solo me recibió el silencio.

Miré la habitación por última vez y cerré la puerta silenciosamente detrás de mí. Date prisa antes de que cambies de opinión me susurró mi voz interior.

Me lancé por el pasillo; mis zapatillas gastadas hacían poco ruido en el suelo duro de madera. Podía escuchar el oxígeno entrando y saliendo de mis pulmones y la sangre latiendo en mis oídos.

No llegué muy lejos cuando las náuseas matutinas me hicieron parar en seco. ¡Ahora no! ¡Por favor, ahora no!

Coloqué mi mano sobre mi estómago plano e inhalé respiraciones profundas y tranquilizadoras, intentando olvidar las náuseas. Cuando pasó, saqué una botella de agua de la mochila. Tomé un pequeño sorbo, esperando que eso ayude a componer mi estómago. No lo hizo. Una capa de sudor apareció en mi frente cuando aumentaron las ganas de vomitar. Las lágrimas amenazaron con derramarse de mis ojos. Componte, Selena. Puedes hacerlo.

Cuando las náuseas pasaron por fin, empecé a caminar más rápido por el pasillo. Al pasar por la sala de estar, inspeccioné nerviosamente el entorno, esperando encontrarme a alguien. Solo las cortinas, movidas suavemente por la brisa, hacían cualquier tipo de movimiento. Aún estoy sola. Puedo salir de aquí sin ningún problema. Conteniendo el aliento, abrí la puerta del frente, encogiéndome cuando ésta chirrió ruidosamente.

La luz del sol me cegó, pero no tenía tiempo para que mis ojos se ajustaran a ella. Bajé con prisa los escalones del pórtico y corrí a través del patio. El césped seco crujía bajo mis pies mientras me dirigía hacia el bosque.

Tengo que irme.

Tengo que encontrarlo.

No podía ignorar la terrible sensación que me recorría día y noche. Algo anda mal.

Las cigarras cantaban en la distancia; un sonido que me era tan familiar como mi propia voz. En algún lugar, mugió una vaca, sonando perdida y hambrienta. Este era mi hogar. Aquí me encontraba a salvo, pero no significaba nada sin Justin.

Promise Me Light[2 TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora