Promise Me Light Parte 34

392 34 3
                                    

Traté de no mostrar lo mucho que dolían decir esas palabras. Pero las lágrimas nadaban en mis ojos, desbordándose por mis mejillas.

Sin saber qué hacer, las limpié en silencio y miré más allá de Justin , sin querer verlo más. No quería ver la indiferencia en su rostro que sabía estaría allí. Y preferiría morir antes que ver su frialdad.

Me giré para irme. Tenía que salir de allí. Necesitaba correr lo más lejos posible. Desaparecer. Necesitaba kilómetros entre nosotros. Él lo era todo para mí y ahora habíamos terminado.

Las lágrimas me dificultaban la vista mientras corría por el pasillo oscuro. Un sollozo se escapó de mi pecho, sin poder contenerlo. ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo? Pensé. Las palabras se reproducían en mi mente, golpeando dentro de mi cabeza hasta que pensé que iba a estallar. Me sentía confundida. Asustada. Y tan enamorada que me lastimaba.

Me encontraba a mitad de camino por el pasillo, cuando oí a Justin trotar detrás de mí. No me volví. No podía. Si lo hacía, estaría perdida.

De repente, sus manos me agarraron por detrás, girándome. Con los dedos apretados en mis brazos, me inmovilizó contra la pared, robándome el aliento. En la oscuridad, lo miré, sorprendida. Colocando una mano en cada lado de mi cuerpo, me atrapó contra la pared.

Sus dientes rechinaron con ira y sus ojos corrían por mi rostro, deteniéndose en mi boca. Mientras me mantenía prisionera los músculos de sus brazos se tensaron; sus bíceps abultados debajo de su camisa.

-Justin ...

-Selena , lo siento. Maldición, lo siento tanto -dijo pareciendo molesto. Su voz era tan ronca y quebrada que me destrozó-. Tú y este bebé son mi vida y nunca los dejaré ir.

Bajó la cabeza, tomando mi boca con la suya con desesperación. Inclinando sus labios sobre los míos, tomó el control, demostrándome que de verdad nunca me dejaría ir.

El deseo saltó a la vida, bloqueando las palabras que ya habíamos intercambiamos. Era el mismo deseo que se salía de control cada vez que me encontraba cerca de él, quemándome cada vez que me tocaba. Era una adicta a él; nunca conseguía suficiente y nunca quería nada más.

Sus manos fueron a mi cabeza, sosteniéndome en tanto su beso se volvía más suave. Después de un segundo, se apartó. Sus ojos se veían intensos mientras me miraba. Había preocupación en ellos. Una especie de desesperación que no había visto antes.

-Perdóname -susurró, enredando sus manos en mi pelo-. Por favor, perdóname.

Sabía que no podía resistirme a él. Siempre lo amaría, sin importar lo mucho que peleáramos. Era así de simple.

-Te perdono. Siempre lo hago -le dije, mirando sus ojos bajando a mis labios.

Su boca se abalanzó de nuevo, volviéndose frenética sobre la mía. Al igual que un hombre salvaje desesperado por más, tiró de mi chaqueta y bufanda, arrojándolas al otro lado del pasillo. Tan pronto como estuvieron fuera del camino, llevó las manos a la pared detrás de mí, bloqueándome con sus fuertes brazos.

Cuando su lengua se introdujo en el calor de mi boca, extendí la mano y agarré la cintura de sus vaqueros. Tirándolo con fuerza hacia mí, deseando más. Accedió y presionó su cuerpo contra el mío, pero teniendo cuidado con mi panza redonda del embarazo.

Condujo su lengua dentro de mí, queriendo probar el interior de mi boca. Mi lengua se encontró con la suya, chupándolo mientras una de sus manos se trenzaba en mi cabello. Cuando sus dedos repentinamente se volvieron bruscos y tiró mi cabeza hacia atrás, jadeé. Dejó mis labios para seguir por mi cuello, dejando detrás un camino mojado. Quemándome por dentro.

Promise Me Light[2 TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora