Promise Me Light Parte 18

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Caminé a través del patio, mientras el frío viento azotaba mi cuerpo en su mejor intento de derribarme. Girando el rostro en el volteado cuello de mi chaqueta, traté de ocultarme de la cortante y fría brisa. El final de mi trenza cayó contra mi pecho, sintiéndose pesada contra mi esternón. Empujé el sombrero tejido sobre mi frente y luego metí las manos en mis bolsillos, buscando algo de calidez para mis dedos.

Me sentía tan débil, pero no tenía tiempo como para estar cansada. Por días, todos habíamos estado nerviosos, esperando a que el terrorista volviera, pero no apareció. Nadie se aventuró al rancho y no había señal de que alguien lo transgrediera. Tal vez nos encontrábamos a salvo. Tal vez lo olvidarían.

Solo podía rezar.

Mi estómago rugió; la sensación de hambre se hacía constante. Un pedazo de pan, una lata de frutas, un duro trozo de carne. Ese había sido nuestro desayuno, almuerzo y cena por las pasadas semanas. El arroz y las judías presenciaban siempre en el menú, dos cosas que temía nunca dejáramos de comer. Las odiaba bastante. Nuestro café también se acabó. Todo lo que teníamos para beber era agua filtrada del arroyo. Quería tanto una coca-cola de dieta que casi podía saborearla, fría y burbujeante en mi lengua.

Tragué y alejé el recuerdo de mi mente mientras caminaba hacia la casa. Pensar en lo que extrañaba solo me volvería loca. Recordar lo que no tenía solo me pondría histérica y me dejaría en un oscuro lugar del cual sería imposible salir. No podía deprimirme porque extrañaba una bebida, o la comida real. Había tantas cosas más por las que preocuparse, como el colapso del país y los cientos de muertes. O el miedo de tener un bebé sin el equipo médico apropiado. No, había demasiadas cosas por las que estar preocupada; lo que no podía tener ya no era importante.

Un grito en la verja delantera llamó mi atención, sacándome de mi trance. Volví el rostro hacia el viento, viendo a Kevin arrear el ganado hacia el granero. El borde de su sombrero de vaquero se había alzado por el viento y casi cayó de su cabeza. Lo vi moverlo, manteniéndolo en su lugar mientras mantenía un ojo en una vaca en particular que no seguía al ganado.
Trasladé la mirada hasta Jeremy. Cabalgaba su propio caballo, uno grande que tenía mala actitud pero que era buen trabajador. El caballo hacía que el ganado siguiera moviéndose y que Jeremy luciera como si solo estuviera allí para cabalgar.

Temblé cuando Brody caminó hasta la verja, con un gran cuchillo en sus manos. Sabía que esperaba que le llevaran otra vaca para matarla tan humanamente como fuera posible.

Hace dos días, nos encontrábamos sentados alrededor de la mesa, todos envueltos como esquimales mientras comíamos la cena. La radio de onda corta estaba encendida, puesta honorablemente en el centro de la mesa. Era nuestra nueva forma de entretenimiento.

La voz metálica de un hombre repiqueteó a través de la pequeña radio, llenando el silencio en la cocina. -Las tropas del gobierno están revisando el campo, para apoderarse del ganado. Este será sacrificado para nutrir el hambre. Los caballos también serán tomados, usados como comida o para la caballería de Estados Unidos. Cualquiera que se rehúse a entregar su ganado será arrestado. Ténganlo en cuenta, rancheros.

Dejamos de comer para escuchar. Una palabra quedó estancada en mi mente: apoderarse.

-Repito, el gobierno está apoderándose del ganado para racionarlo. -La transmisión cayó en la estática, codificando el resto de las noticias.

Brody estiró su brazo para golpear el costado del portátil como su forma de arreglarlo. Aunque esa vez, no funcionó. La cosa murió.

Jaxon bajó su tenedor, olvidando la pequeña cantidad de comida en el plato. -¿Papá? -preguntó, mirándolo en busca de instrucciones.

Promise Me Light[2 TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora