- Lo único que tienes que hacer es mover la campana y relajarte
Marco la agitó entre feliz, para el caso de que funcionase, y nervioso, por el caso de que Star lo descubriera haciendo esa estupidez o que funcionasé mal. Después del tintileo de la campana no pasó nada.
- ¿Qué se supone que pasa-
Antes de que dijera algo, desde afuera empezaron a sonar un violento galopeo de un caballo.
- ¿Qué es ese escándalo? - Dijó Star cómo si le ofendiese la existencia de ese caballo.
Ese galopeo se intensificó y frenó bruscamente unos segundos después, con el relincho de cansancio de la criatura.
- ¡DEJENME PASAR! ¡Rápido! - Gritó furioso alguien del otro lado de la cortina.
Janna se negó a siquiera decir algo o moverse, ni siquiera se inmutó. Un rápido y breve fuego quemo toda la cortina y el tipo entró al lugar, escondiéndose de algo.
- Tú - Dijo enojado hacia la primera persona de baja clase que vió, Marco- Ve a revisar si no hay nadie al frente de este lugar
Marco no se pudo negar, no quería terminar con medio cuerpo quemado. Fue rápido a ver a las afueras de la carpa y no había nadie en ninguna parte de la apartada parte del camino.
- No hay nadie- Avisó Díaz, siendo totalmente ignorado.
- Pagueme la cortina, maldito pirata- Gruño la gitana al recién llegado.
- ¡Oh! ¡Qué miedo! ¡Una gitana enojada!- Exclamó sarcástico.
- Pagas o mueres - Amenazó Janna con una gran espada, con su punta a unos pocos centímetros del cuello del extraño.
- Tranquila Janna, no te molestes con este bastardo. Yo te pagaré la cortina.
- Eso es muy amable de tu parte pero quiero saber quién es este desgraciado
- Soy Thomas- Dijo el pelirrojo con total elegancia- Soy un británico que hace poco a llegado a América y fui a comprar algunas cosas a este mercado.
La cara de Star al oír su nombre era de total desagrado. Conocía a ese tipo porque sus familias eran amigas y tuvo que convivir con él varios años. Él era terrible con ella.
- ¡Vete de acá, maldito desgraciado!- Chilló la rubia
- Tu no me das órdenes
- Si no vas a comprar nada, te largas- Dijo Janna de brazos cruzados.
- ¿Qué parte de "tu no me das ordenes" no entiendes?
Marco fijaba su atención en el extraño, ya que no lo pudo visualizar en el instante en que entró . Él era un pelirrojo con una piel blanca y ojos algo oblicuos, usaba un traje de noble blanco y rojo y daba un aire de chico malo, pero con dinero. Había algo que le atraía de ese tipo tan desagradable.
- Si me disculpan, me tengo que ir- Después de decir eso, él sólo se fue a pie a donde sea que fuese, ya que el caballo, que ni era de su pertenencia, ya se había escapado.
- ¿Que te sucede? - Preguntó Oskar, otro sirviente, a Marco- Tienes cara de estar enamorado
- ¿¡ En serio?! - Exclamó molesto
- Sí... Aunque solo puede ser impresión mía
- Janna, me voy a ir. Vendré mañana a la misma hora. - La rubia entregó el dinero correspondiente a lo que compró - Sirvientes, nos vamos.
Todos de mala gana se dieron media vuelta, era cansador cargar tantas cosas por tanto tiempo. Marco metió la campana en su bolsillo con mucho cuidado.
(....)
Era hora de cenar, o por lo menos lo era para los Butterfly. La cena era un delicioso pollo con especias y vegetales verdes, propiciada por Marco Díaz. Lamentablemente él no podía probar su creación.
- ¿Donde está el paño?- Preguntó Marco. Él y Oskar debían limpiar la cocina.
- Yo lo tengo- Respondió Oskar tirandola por los aires, cayendo en las piernas de Díaz
- ¿No te molesta servir a Butterfly? - Díaz frotaba el paño contra el piso.
- En ocasiones, por mucho preferiría aprender a tocar el piano e ir a Europa a ser famoso.
- Yo sinceramente no sé qué haría si fuese independiente
- Somos independientes, sólo que no podemos aprovecharlo
Jackie, una invitada ocasional de la residencia Butterfly que era el amor platónico de Marco , tiró de mala gana los servicios utilizados en la cena sobre la mesa de la cocina.
- Ustedes me disgustan, ¿Acaso les hacía mucho daño ir al salón y recojer los servicios?. Mis esclavos son mucho más eficientes que ustedes. - Ella tenía un tono peculiar en su voz que hacía que no fuese insoportable oírla, incluso era agradable.
" Nosotros no somos esclavos. Además, estábamos ocupados". Pensó Marco. Si todas las personas tuviesen el poder de leer mentes, él ya estaría muerto.
Oskar tomó los finos platos y empezó a enjuagarlos en el pote con agua. Su eterna sonrisa ladeada hacía parecer que estaba a gusto con su trabajo. Además, él era el empleado mestizo con mejor sueldo.
Después de unos veinte minutos, ambos terminaron su labor. No era un trabajo agotador pero les dió sueño y se dirigieron a sus pequeñas casas en los alrededores de la casona, así que atravesaron el salón.
- No puedo ir, mamá, estoy muy ocupada- Dijo la chillona voz de Star desde las escaleras
- Siempre estás ocupada....- Dijo Moon con sarcasmo- Esta es la última vez que faltaras a una reunión
- Sí mamá, esta será la última vez
- Se buena chica y duermete temprano
- ¡Esta bien!
La madre se fue a pasos elegantes hacia la puerta, ignorando a los mestizos. Marco estaba a punto de salir tras ella pero el brazo de su compañero lo detuvo.
- ¿Por qué haces eso? - Preguntó confundido.
La cola del largo vestido azul de la rubia se veía subiendo con unos pasos suaves pero rápidos, como si estuviese apurada.
- Me gustaría saber algo- Dijo Oskar refiriéndose a Star
- No lo hagas
- Vamos Marco, tu también quieres saber- Butterfly comúnmente hacía eso, rechazar ir a reuniones y hacer cosas a ocultas.
- ¿Quieres qué nos despidan?
- Sí
Como no había formas de hacerle reaccionar, Marco dió un suspiro y a regañadientes siguió a Oskar, que ya había subido algunos escalones.
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El Mestizo y El Demonio (Tomco) //AU//
FanfictionEs el siglo XVIII, varios nuevos europeos vinieron a América para probrar suerte en el Nuevo Mundo. La hija de un reconocido aristócrata, Star Butterfly, es una chica bastante alegre y simpática, o por lo menos lo es con sus iguales. Su sirviente...