Diez

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La rubia bajó de su carroza, llamando la atención de todos por su elegante ropaje y muy cuidado maquillaje y peinado. Era la envidia de todas las chicas aristócratas.

Oskar atendía la entrada, dándole la bienvenida a cada persona que entraba. Cuando la rubia cruzó la puerta se negó a sostener la mano que el otro alegremente le ofrecía y lo miró de forma despectiva.

Al entrar se paseó por el arreglado lugar, aprovechando en lanzar miradas coquetas a todos los jóvenes del lugar. Se sentó en su lugar designado, esperando a que todos llegasen y que sirviesen la comida.

Pasaron unos minutos y aparecieron sirvientes que empezaron a ubicar la comida sobre la larga mesa. Entre ellos estaba Marco y para su mala suerte se topó con Star.

- Disculpe, ¿Me podría decir en que consiste el plato principal? - Star sabía que Marco estaba muy incómodo, así que quería verlo hacer el ridículo con sus nerviosas expresiónes.

- Son papas con orégano y maíz... - Marco ansiaba con irse a atender al resto.

- Otra pregunta.... -Star pensaba en como conseguir mayor atención por parte de Marco, pero con lo que se tardó en pensar él ya había pensado en una excusa.

- Me tengo que retirar, los otros invitados requieren de mi presencia

Marco se fue rápido al otro lado del salón, dejando a Star con una sensación de insatisfacción.

(....)

Star, al finalizar su comida, se levantó de su asiento y fue a pasear por el jardín. Pensaba que estaba sola pero oyó una voz que se le hacía conocida. Tom.

Se dirigió de donde salía el sonido y se ubicó para ver y oír a ese ser que le hacía tan desagradable. No entendía lo que decía, pero hablaba con otra persona que estaba escondido detrás de los arbustos.

El pelirrojo se dió media vuelta, se había percatado de que la rubia lo espiaba. Esta pensó en atacarle, pero él fue más rápido y la arrinconó en la pared y le sujetó con fuerza de su antebrazo, causándole dolor por lo rugoso y duro del material de las paredes.

Tom sacó un cuchillo carnicero que llevaba oculto en su bota y sin piedad alguna, apuñaló el brazo derecho, el que sujetaba, de la heredera Butterfly. Con la herida ya hecha, decidió expanderla sin ningún cuidado, provocando un desangramiento en la mujer. Lo único que pudo hacer antes de desmayarse fue dar un chillido que fue oído por Marco Díaz, que lavaba los platos en la habitación que cruzaba la pared.

- ¿Oíste eso, Oskar?- Preguntó asustado, mirando compañero que recién había entrado al lugar.

- No oí nada- Mintió

- Juro que alguien gritó

- El trabajo te tiene cansado, que tal sí...- Antes de poder terminar Marco había salido por la ventana.

Marco vió la figura de su anterior ama tirada en el piso y luego vió a Tom dando bocanadas de aire, preparándose para apuñalar el torso de la joven. Sin pensar, Marco le dió un puñetazo en el rostro al pelirrojo.

- ¿¡Cómo te atreves a hacer eso!?- Exclamó Tom muy ofendido.

- L-lo siento, ¡No sé que me pasó!

Tom le devolvió el golpe y siguió con lo suyo, hasta que Marco lo empujó evitando la muerte de la rubia.

- ¿Qué mierda haces?

Marco sólo miraba la escena sin entender que pasaba y que estaba haciendo. Odiaba a Star, pero no podía permitir que la matarán.

- No te atrevas a tocarla....- Dijo Marco en posición de pelea.

Tom lo miró de reojo y elevó su cuchillo hacia Marco, haciendo que este se protéjase con sus brazos, sin quitar su expresión enojada. Al ver los esfuerzos de Marco de no mostrar miedo, Tom tiró el cuchillo al piso y empezó a dar carcajadas.

- ¿De verdad te crees tu papel de héroe?- Dijo entre risas- ¡Eres tan tierno intentando "amenazarme"!

Marco, confuso, esperaba la oportunidad de llevarse a Star a un lugar seguro pero al hacer un movimiento Tom detuvo su risa y lo miró serio.

- Tu no vas a hacer nada, héroe. Tu vendrás conmigo.

- ¿Qué?

Tom lo sujetó del brazo y se alejaron de la escena, dejando a Star desmayada sobre el mojado pasto.

(....)

Estaban en la habitación de Tom, para la tremenda confusión del sirviente. Tom lo miraba con amabilidad, como si quisiera que estuviese menos incómodo, pero hacía el efecto contrario.

- ¿Por qué me trajiste hasta aquí? ¿Tienes algo que decirme? ¿Me castigaras por interrumpirte?

- No me hables como si fuese tu amigo, tarado.

-.... Disculpe

- Te traje para que conversemos

- ¿Conversar sobre qué?

Tom dió una sonrisa y se acercó al mestizo, pensaba en como iba a decir lo que quería decir sin sonar..... raro.

El Mestizo y El Demonio (Tomco) //AU// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora