Dieciséis

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Durante la noche, todos los hombres que formaban parte del grupo de Thomas fueron por las armas , que estaban repartidas toda la larga mesa que decoraba la sala fe reuniones. Cada uno con una arma, fueron hacia donde los sirvientes dormían plácidamente. Los despertaron, asustandolos por el hecho de que llevasen armas.

- ¿Q-quiénes son ustedes?- Dijo un mestizo muy asustado y confundido.

- Tranquilo- Dijo Oskar desde la puerta - Son de fiar. Necesitan de nuestra ayuda.

- ¿Q-que quieren que hagamos?

- Sólo necesitamos algo de ayuda para que al fin todos seamos libres- Oskar le lanzó un arma a su compañero, que en unos segundos comprendió la idea.

Después de convencer a todos los mestizos que servían al líder,
salieron corriendo de la casona y empezaron a pasearse por las arenosas calles, buscando a sus enemigos, que tranquilamente daban paseos por sus elegantes mansiones y alrededores.

Una silueta encapuchada que rodeaba la residencia Butterfly llamó la atención de uno de los revolucionarios. Este sin dudar disparó, ya que una gran mayoría de los habitantes del sector estaban en su contra.

El estruendor llamó la atención de los durmientes residentes, reaccionando de inmediato. Varios hombres de aire refinado fueron a atacar con armas en mano al reconocer a los tipos que los rodeaban.

(......)

Al día siguiente.

Marco se levantó muy temprano, como era costumbre, y le llamó la atención que el área donde se supone que sus compañeros deberían estar cosechando estaba totalmente solitaria.

- ¡Tom!- Exclamó mientras sacudía al durmiente, que sólo roncaba. - ¡No hay nadie en la cosecha!

Tom, durmiendo como un tronco, ignoró por completo al preocupado chico. Marco no iba a quedar sin respuestas, así que salió de la casona para ver si encontraba a algún conocido mestizo para preguntar sobre lo ocurrido.

Desesperado, buscaba con la mirada algún ser humano, ya que parecía que todo el sector fue abandonado.

Caminó por varios minutos hasta que vió a una joven de cabellos blanquecinos y cortos de espaldas, algo que le llamó la atención de inmediato al reconocerla como la hermosa Jackie Lynn Thomas.

- ¡Jackie!- Exclamó Marco alegre- ¡De hace tanto que no te veo!

La abrazó, pero ella siguió fría, mirando hacia al frente suyo sin inmutarse. Marco, preocupado, se dió una media vuelta para poder ver su rostro y verificar si estaba bien.

La chica tenía el rostro totalmente vendado con telas , mostrando solo sus marinos ojos. Esto acompañado con un elegante sombrero de ala y un pañuelo se veía bastante curiosa.

- Jackie, ¿Estás bien?

Ella, totalmente enojada, lo empuja y lo empieza a atacar. Marco sujetó sus fuertes brazos, intentando mantener una conversación con ella. A punto de pronunciar una sílaba vió lo que había en el suelo.

Había un cadáver con un notable agujero en el sector de su pulmón izquierdo y estaba totalmente pisoteado, quedando sucio con barro y pasto.

Ese cuerpo era el de Janna.

- Jackie....

- No me importa ella.- Dijo cortante.- Me importa saber que a cualquier costo los revolucionarios harán de todo por libertad, incluso matar a inocentes porque sí.... Marco, quería y quiero libertad, pero veo que lo único que habrá será sangre y odio. ¿Eso es un precio justo por algo que debería ser un derecho?

Marco decidió dejar meditando a la rubia, lo que menos quería era ser una molestia.

Siguió su camino, el abrupto silencio que lo había acompañado por todo su camino fue interrumpido por los sonidos que provocaban armas y por los alaridos que los combatientes hacían al caer muertos .

Díaz no se atrevió a acercarse, sabía que algo malo pasaba ahí. Oskar y algunos compañeros habían salido del campo de batalla para buscar cargamento. Oskar estaba a punto de subirse a una vieja carreta conducida por unos caballos viejos que lo llevaría a su destino, pero el agarre de Marco lo frenó.

- ¿Marco, que sucede?- Dijo intentando mantener una actitud relajada, algo que por supuesto no tenía.

- Exigo explicaciones.

- Yo no soy de explicaciones, pregúntale al líder. Si me disculpas, debo hacer algo muy importante.

Al subirse, la carreta empezó a moverse zigzagueante, dejando a Marco admirando el turbio paisaje..... Pero Marco no se iba a quedar parado, así que arremango sus mangas y a paso seguro decidió ir de vuelta a la casona para recibir las respuestas que ayudarían a comprender todo.








El Mestizo y El Demonio (Tomco) //AU// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora