[ Ámame ]

Capítulo VI, parte 3: Nightmare

Una semana. Ya había pasado una semana y MinHo iba a sentir que su estómago estallaría dentro de su cuerpo. Las náuseas que había comenzado a sentir de repente, ya se volvían insoportables. Había ordenado que la mansión fuera desinfectada todos los días, que las ventanas permanecieran abiertas incluso por las noches, que la cocina fuera aislada y que en su dormitorio instalasen un aparato de extracción y ventilación de aire pero nada servía.

En el ambiente había, un potente aroma que le revolvía la bilis. Al principio había sido sutil y soportable, pero con el paso de los días, se hacía más y más intenso. Pero lo más extraño de todo, es que parecía ser él, el único que sentía aquel olor. Algunas personas del clan ya comenzaban a murmurar que el hijo del alfa parecía tener algunos 'problemitas' causados por el estrés de liderar la manada en ausencia de su padre, lo que generó rumores de todo tipo que no fueron fáciles de acallar.

Minho había perdido la cuenta de cuántas pastillas se tomaba al día, apenas comía y su baja de peso comenzaba a ser notoria. YooGeun no le decía nada, desde que lo había visto salir de la habitación de uno de los vampiros rescatados, el niño no le dirigía la palabra. Apenas lo veía y se rehusaba a salir de su habitación en donde tenía sus comidas y recibía sus tutorías diarias.

- Señor, el Beta quiere verlo...

No se había dado cuenta del guardia frente a él hasta que le hubo hablado. Su mente estaba siempre en todas partes menos donde la necesitaba en ese momento.

Las puertas se cerraron y frente a él vio a su amigo totalmente recuperado haciéndose cargo de sus labores y alguna de las suyas propias. Se sentó frente a su escritorio y ahí le inspeccionó en silencio.

- La Sra. Park dice que no has desayunado y que tu almuerzo se devolvió intacto a la cocina, ya llevas una semana así, ¿qué te pasa?

- Está exagerando, ya la conoces, se preocupa demasiado...

- Se preocupa porque no es usual en ti no comer MinHo, ahora dime, ¿qué ocurre?

- N-no, no lo entenderías... - dijo incorporándose para ir hacia el ventanal - Nadie puede entenderlo

- ¿Sigues sintiendo el mismo olor? ¿Ese hedor nauseabundo que describiste la semana pasada?

- ¡¿Ves?, incluso tú lo dices como si yo estuviera loco! - ironizó con tristeza - Toda la manada debe pensar que he perdido la cabeza, quizás hasta hablarán con el alfa para que vuelva y ponga otro como su sucesor...

- ¡Ah por favor, no exageres!

- ¡No exagero, NO lo hago! ¡¿Cómo es que soy el único que siente ese olor?! ¡Me está volviendo loco y cada vez es jodidamente más fuerte! Y-yo... ¡Arg! No puedo, no puedo Jjong...

El chico va hasta su amigo, posando una mano sobre su hombro, consolándolo aunque no tenga palabras para decirle en esa situación en la que solo MinHo se ve envuelto. Había buscado por todas partes alguna fuente probable de ese 'aroma' que su amigo sentía, pero no había nada. Las precauciones eran tomadas tal y como MinHo había ordenado, pero al parecer nada servía.

La operación de rescate días atrás, había sido todo un éxito. Muchos de los auxiliados regresaron a sus manadas y aquelarres, otros en cambio, debieron permanecer más tiempo para recuperarse de sus heridas físicas, emocionales y psicológicas; ellos eran quienes habían sido más abusados en el encierro.

El compromiso al que el alfa de la manada había sometido a su hijo mayor, con los acontecimientos, había quedado en el olvido. MinHo, en ausencia de su padre, había expresado abiertamente su negación a casarse con un príncipe vampiro incluso mucho antes de enterarse que el joven era uno de los prisioneros, por el mismo motivo, no había puesto demasiada resistencia cuando el padre de Yuri y ella misma, insistieron sin mucha oposición por parte de MinHo para formalizar un compromiso que parecía ser más conveniente y normal que un matrimonio con otra especie. De eso ya habían pasado unos cuantos años.