Capítulo VI, parte 8: From this moment

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¿Cuándo fue la última vez que había estado de esa misma manera? Había sido hace años, con JongHyun fueron descubiertos mirando a unas lobas adolescentes bañarse desnudas en el lago y el escarmiento que su padre le dio al volver a casa, se extendió por horas, y el castigo, por meses.

Lo curioso es que ya no era un niño, sino un hombre al borde de los 30 años y la escena se repetía. Habían vuelto del lago con TaeMin y hecho el amor junto a la puerta apenas entraron en la cabaña. No alcanzaron a disfrutar de aquel orgasmo, cuando la voz del hermano de su compañero los sorprendió, y luego su padre salió de las sombras de un rincón y los enfrentó a ambos.

Ahora estaba sentado en el sofá, afortunadamente les habían dado tiempo para vestirse antes de esperar la sentencia de su padre ante la mirada desaprobatoria del príncipe Jeremiah quien, no se despegaba del costado de su hermano menor, a metros de él.

Maldita sea, TaeMin estaba muy lejos, lo necesitaba cerca.

- Espero tengas una buena razón para irrumpir en mi casa príncipe Jeremiah... - masculló MinHo con arrogancia, aburrido del tenso silencio entre los presentes – Debes saber, que no eres bienvenido aquí...

- MinHo, no...

JinKi sonrió de medio lado, pero no dijo nada.

- Esta cabaña está en los dominios de mi manada, por lo tanto, yo soy el dueño absoluto – le corrigió su padre – Yo llamé al príncipe Jeremiah y lo traje conmigo...

- Pues bien, de haber sabido, habría horneado galletitas, Señor

- Déjate ya de sarcasmos MinHo, sabes muy bien el por qué estamos aquí

- La verdad, no lo sé Señor, por favor ilústreme

- Te llevaste a mi hermano de la protección de la mansión principal, rompiste el acuerdo dado por el consejo de ancianos de tu manada, eso cuenta como secuestro

- ¡¿Secuestro?! – le habló TaeMin con horror en su mente, al oír las palabras de su hermano mayor - ¡Eso no es cierto! ¡MinHo no me secuestró!

- Theodore, no hables, yo me estoy haciendo cargo...

- ¡NO! ¡No necesito que te hagas cargo de mí! – reclamó apartándose del lado de su hermano para ir a sentarse junto a MinHo en el sofá – Ya no tienes que hacerte cargo de mí, no tienes poder sobre lo que hago, ahora pertenezco a MinHo

- Amor, no digas cosas de las que te puedas arrepentir

- Las digo en serio – dijo mirando a su compañero a los ojos – Soy tuyo, mi lugar es a tu lado, nada nos va a separar ni siquiera mi hermano...

MinHo sonrió y luego volvió su rostro hacia su padre.

- El príncipe Jeremiah tiene razón, has roto los límites de tu sentencia y lo sabes...

- Pues bien, ¿Has venido hasta acá para decirme eso? Pudiste mandar a un guardia, te has tomado demasiadas molestias. Ahora, si nos disculpan, quiero que salgan de aquí...

- ¡¿Te atreves a echarnos?! – exclamó el vampiro mayor con evidente enfado - ¡Yo no me iré sin que pagues por lo que has hecho!

- ¿A eso has venido, a buscar un castigo por tomar a mí compañero y traerlo a mi casa conmigo?

Jeremiah abrió los ojos con espanto. No tuvo que preguntar si es que el emparejamiento de ambos había dado resultados pues, verlos follar a pocos metros de distancia, le dio todas las respuestas que necesitaba pero, lo que le había impulsado a ir hasta ahí, fue la triste realidad de percatarse que su pequeño hermano, ya no volvería con él a su aquelarre así que, buscando motivaciones, se había enterado que MinHo se lo había llevado hasta la frontera, quebrantando las reglas de su castigo dadas por el consejo de ancianos.

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