Capítulo dos.

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«El número de cr7».

El 23 de Agosto del 2015 comenzó la liga española para el Real Madrid; el partido inaugural fue de visita contra el Sporting de Gijón. Fue un juego aburrido, sin muchas chances de parte de los dos equipos, y a pesar de que el hermano de Sarah fue capaz de jugar unos minutos, ella no despegó la mirada del alemán que la tenía intrigada desde hace un mes. Tenía un perfecto y meticuloso plan, el cual tendría que comenzar a llevar a cabo pronto si quería formar una amistad con el rubio. No era capaz de comprender por qué quería una amistad con él, podría llamarlo sexto sentido, creía que el necesitaba ayuda.

Le había consultado a todas sus amigas al respecto y había llegado a la conclusión de que lo más adecuado sería acercársele de manera sutil, para no agobiarlo y que se aburriera de ella. Siempre se cuestionó por qué todos consideraban extraña su forma de ser, ya que claramente no sabía que su sonrisa era un tanto intimidante, incluso siendo lo inofensiva que era y medir un metro y cincuenta y cinco, sin contar el hecho de que tenía un hermano sobre protector.

–Hola– saludó Dani al salir de vestuarios, ella cerró rápidamente su agenda–. ¿Qué tienes ahí?

–Es personal, cotilla.

Lo que él no sabía es que su hermana tenía todo una bitácora para acercarse a su compañero de equipo. Si lo supiera, Sarah no estaría allí.

–¿Es un diario de vida? ¿Cuántos años tienes hermanita, cinco?

–Los mismos que tú– sonrió radiante, como siempre.

–Bueno vámonos ya, no quiero quedarme a dormir en el hotel– Sarah se levantó y salió junto a su hermano del estadio. No esperaba ver a todos los compañeros de Dani fuera, entre ellos Toni. Se sintió nerviosa al instante–. Iré a comprar, ¿quieres algo?

–Un croissant por favor– en cuanto Dani se alejó supo que esa era su oportunidad de oro, iba a hablarle a Toni Kroos e iba a comenzar su plan a como diera lugar. En un dos por tres se encontraba a su lado–. Hola, chocamos en la fiesta el mes pasado, ¿recuerdas?

–La verdad es que no– la indiferencia en su rostro la motivó a sonreír aún más, incluso soltó una risa. Para ella el chico en frente suyo era totalmente hilarante.

–Me llamo Sarah Carvajal.

–Ah, la hermanita de Dani.

–Sí, la misma. Tú eres Toni Kroos– asintió con la cabeza y miró a su alrededor, buscando una excusa para separarse de la castaña con esa enorme sonrisa que lo cabreaba sin siquiera conocerla.

–¡Toni! ¿No me presentas a tu amiga?– Cristiano se les acercó con su aire de superioridad de siempre, lo que hizo a Sarah roar los ojos. Si había alguien que la sacaba de quicio era Cristiano Ronaldo: no lograba comprender su extremada arrogancia. Él era una de las principales razones por las que se había negado por años a asistir a los partidos del equipo merengue.

–No es mi amiga, ni siquiera la conozco– se encogió de hombros el rubio.

–Nos vemos luego– Sarah se volteó y volvió a esperar a su hermano. Toni claramente notó como Cristiano la fastidiaba. Ahora sabía que cuando ella estuviera cerca tendría que pasar tiempo con el portugués.

–Oye Cristiano, esa chica está vuelta loca por ti, me pidió tu número de hecho, pero es muy tímida, ¿por qué no vas y se lo das?– el rubio alemán no quería arriesgarse a que se le volviera a acercar Sarah.

Sabía que cuando el número 7 del equipo quería algo iba a ir a por ello a como diera lugar, y estaba consciente de que lo que quería ahora era a la chica de absurda sonrisa.

También se había dado cuenta de que su forma de ser podría ser un poco compatible con la de Ronaldo, ambos igual de molestos y... sonrientes. Kroos odiaba las personas sonrientes.

–¿En serio? Joder, iré de inmediato.

Esa noche Toni se fue tranquilo, durmiendo en el bus. Cristiano fue capaz de distraer a Sarah hasta que Dani regresó y, obviamente, le contó sobre su parentesco. El portugués, como era de esperarse, no volvió a querer acercarse a la morena.

El Real Madrid tenía una regla de oro dentro de vestidores: las hermanas son intocables.

Nadie querría colarse en la lista negra del lateral derecho, su altura podría no ser mucha, pero no le faltaría determinación si alguien posaba un dedo sobre su hermanita.

–¿Cristiano Ronaldo te dio su numero?– Alejandra no le creyó a su amiga al principio: ¿cómo iba a ser posible que el hombre que ella tanto odiaba le diera su número? Era impensable.

–Sí, ¿qué crees que debería hacer con él?

–Follártelo– respondió simple la madrileña.

–El número idiota.

–Ah, qué sé yo. Véndelo en ebay, te harías millonaria.

–¡No lo voy a vender en ebay! Dani me mataría.

–Entonces úsalo– Sarah la miró sin comprender de qué hablaba–. Ronaldo es un referente del equipo, si quieres tener una oportunidad de acercarte a Toni Kroos deberías consultarle a Cristiano sobre los próximos eventos o fiestas. Dani sospecharía demasiado, ¿no crees?

–Es una buena idea, de hecho– la sonrisa volvió a su rostro, sabiendo que ahora sí que tenía un plan.

Si Toni no quería acercarse a ella, ella se acercaría a Toni.

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Editado el 17/04/2018.

Smile // Toni KroosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora