Capítulo cinco.

1.9K 119 3
                                    

«León».

Sarah se levantó muchísimo más temprano ese Miércoles que cualquier otro día. Estaba nerviosa, después de todo saldría con Toni, a solas, y no podía evitar pensar que quizás su plan estaba comenzando a tener efecto. Habían mantenido una conversación sin que él tratara de alejarse de ella y eso la había motivado aún más.

–¿Irás conmigo?– le preguntó a su amiga nerviosa, mientras miraba su armario. Era más que nada una pregunta retórica.

–Claro que no, disfruta tu cita.

–No es una cita, solo iremos a comprar.

–Es una cita– afirmó la pelirroja. La otra chica estaba por refutar cuando su celular sonó, en un mensaje de quien le estaba causando tantos nervios.

«Nos vemos en 10».

Le había dado su dirección hace un par de horas para que él fuera capaz de ubicarse e ir a recogerla. Si le hubiesen dicho a Sarah que Toni Kroos la iría a buscar a su casa hace un mes, seguramente se hubiera reído a carcajadas. No podía creer los buenos resultados que estaba dando su plan hasta ahora. Si bien Toni aún no confiaba en ella, al menos podían hablar sin que él se fuera con sus excusas de siempre, o que llamara a Cristiano para que lo sacara de sus apuros.

Llegó a los diez minutos tal como dijo. Ella lo recibió con una sonrisa exasperante, al parecer del chico, pero prefirió guardar silencio e invitarla a su coche para que partiesen al supermercado.

Sarah depositó cada cosa que creía necesaria para una fiesta sobre el carrito, mientras internamente lloraba por tener que gastar tanto dinero en esos objetos. No fue hasta que llegó a la caja que se dio cuenta que se había dejado la billetera en casa.

–Mierda, no me he traído el dinero– maldijo.

–Yo pago.

–¿Qué? Es la fiesta de mi hermano.

–Sé que no tienes muy buena situación económica– ese comentario la hizo enfurecer.

–¿Por eso viniste? ¿Soy tu acto de caridad?

–No. Si te hace sentir mejor, me puedes pagar después, ¿no crees que ya hemos perdido mucho tiempo en la cola?– ella suspiró, dándole la razón al rubio.

Si había algo que Sarah Carvajal aborrecía, era que le tuvieran lástima. No quería que nadie estuviera con ella o la ayudara por tenerle pena; había experimentado eso muchas veces a lo largo de su vida y no le gustaba para nada. Toni pareció notar su enojo, pero poco y nada le importaba. De hecho, pensaba que era mejor que ella estuviese cabreada a que estuviese tan sonriente como acostumbraba.

Sarah quiso por un momento mandar su plan a la mierda e ignorar que conocía a Toni Kroos, pero reprimió sus deseos de hacerlo, ya que sentía que tenía una misión que aún no descubría.

–Tengo que ir a buscar algo a mi casa urgente, ¿vienes o te vas a tu casa?– habló Toni una vez en el coche.

–No esperas a que me devuelva con esta lluvia, ¿no?– el alemán asintió.

No hablaron hasta llegar a la casa del rubio. El mayor de los hermanos Carvajal podría tener una casa grande, pero la de Kroos no tenía comparación. Sarah se cuestionó a sí misma por qué tendría una casa tan grande si, según ella, estaba solo.

La hizo pasar y desapareció a buscar ese algo que le dijo a la chica que necesitaba. Ella no pudo evitar ir a observar las fotografías que tenía pegadas en la pared. Eran muchas: algunas con su esposa, otras con sus amigos, sus padres, incluso con su hijo. Empezó a preguntarse el destino del pequeño que salía en las fotografías.

–¿Qué haces?– dijo Toni al regresar a la sala de estar.

–¿Dónde está tu hijo?– preguntó en un murmullo sin siquiera pensarlo.

–Eso no es tu problema– le arrebató el cuadro de las manos y lo puso boca abajo donde estaba–: Te iré a dejar, vamos.

Ahora ella tenía una razón más para luchar por hacerse amiga de Toni: su hijo. Si se rendía, lo más probable es que el niño seguiría sin un padre, y eso no se lo deseaba a nadie.

Cuando llegó a su casa, su amiga ya se había ido. Luego de prepararse algo para comer, comenzó a buscar online información sobre el mini Kroos. Su nombre era León, actualmente debería tener dos años y un mes y no se sabía sobre su paradero ni condición desde el accidente que se llevó la vida de su madre y la felicidad de su padre.

Cualquier indicio de querer abandonar el proyecto desapareció cuando comenzó a preguntarse dónde estaba León. Si antes había pensado en que tenía una misión de la cual no tenía conocimiento, tenía que ser esta, tenía que ser ayudar a Toni a que recuperara a su hijo.

___________________

Capítulo editado el 21/04/18

Smile // Toni KroosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora