Capítulo veinticuatro.

1.8K 104 17
                                    

«Pelea».

Las cosas iban bastante bien para Toni y Sarah, ella pasaba más tiempo en casa de él que en su piso, y ahora que comprendía su extraño sentido del humor aprovechaba cualquier oportunidad para hacerle reír. Ahora sí que todos daban por sentado que Toni Kroos era feliz, más feliz que nunca.

–¿Cuál es tu fascinación por la palabra patética y todas sus variantes? En serio, cada vez que lo digo comienzas a reír como desquiciado, no lo comprendo– murmuró y él empezó a reír.

–Yo tampoco, solo se escucha tan gracioso, no lo sé– se encogió de hombros.

Sarah se levantó a ayudar a Toni a meter ropa en su cómoda, aunque ya casi no cabía. Frunció el ceño.

–¿Por qué no usas ese armario? Es gigante– señaló el armario pegado a la pared. Toni se tensó.

–Ese armario está fuera de límites.

Sarah era naturalmente una cotilla entrometida, así que cuando su novio le dijo que el armario estaba fuera de límites, para ella fue como escuchar «métete en el armario a husmear». Era difícil encontrar un momento en el que Toni no estuviera en su casa y ella sí, por lo que tuvo que esperar dos semanas, hasta que él se fuera a disputar el partido contra Barcelona el 2 de Abril y luego partiera a Wolfsburgo para la ida de los cuartos de final de la Champions.

Cuando abrió el armario, se encontró con una especie de altar. Todo era ropa de Jessica, fotos de Jessica, pertenencias de Jessica. Era tanto de Jessica que no se hubiera sorprendido de encontrar el cadáver de la mujer.

Sarah decidió ignorar el hecho de que Toni hubiese estado casado durante los cuatro meses que llevaban juntos, no porque estuviese celosa de su esposa muerta, si no porque pensó que él había sido capaz de superarla. Es decir, Toni había reído y se estaba involucrando amorosamente con otra mujer que no era Jess, ¿por qué Sarah no pensaría que él estaba avanzando? Y sabía que era un proceso complicado, pero ese altar era excesivo.

No tocó nada, porque consideró imprudente deshacerse de cualquier cosa de una casa que no le pertenecía, pero esperó a que Toni llegara a Madrid para discutir el tema con él. Llegó la tarde del 7 de Abril, de muy mal humor por haber perdido la ida de los cuartos de final de la champions ante el Wolfsburgo. Sarah sabía que quizás no era el mejor momento para discutir el tema, pero no quería esperar.

–Toni, ¿podemos hablar?– él asintió y se tiró en el sillón–. Sé que me dijiste que estaba fuera de límites, pero abrí el armario.

–¿Qué?– se levantó de inmediato y fue a cerciorarse de que no hubiese botado nada, y estaba todo en su lugar. Volvió furioso a la sala de estar–. ¡Te dije que estaba fuera de límites!

–Lo siento, solo quería... Toni, no es sano que te aferres tanto a su recuerdo. Jess está muerta, y sé que la amabas mucho, lo comprendo, yo también he perdido a gente importante, pero tú no quieres avanzar.

–No tienes el derecho de darme una maldita lección moral. ¡Estoy avanzando! ¡Estoy saliendo contigo!

–No estás avanzando realmente Toni, creo que para eso necesitas contarme qué fue lo que pasó, con Jess y con Leon.

–¡No te voy a decir una mierda!– rápidamente fue hacia su habitación, Sarah lo siguió.

–Toni, estoy tratando de ayudarte, quiero que superes la muerte de Jess y que seas feliz.

–¡Yo estaba perfectamente feliz hasta que sacaste el tema!– gruñó.

–¡Eso no está bien Toni, tu familia no debe ser un tabú! Deberías hablar de Jess y Leon con orgullo...

–Leon no está jodidamente muerto.

–¿Y por qué no está aquí contigo entonces? Eres su padre– el alemán se quedó callado–. ¿Ves? No tienes argumentos necesarios para explicar tu vida. No eres feliz Toni, no plenamente. Necesitas a tu hijo, necesitas superar la muerte de Jess, necesitas...

–¡Tú no tienes idea de lo que necesito! ¡Llevamos saliendo cuatro jodidos meses! ¡Estuve con Jess por siete años! ¡No puedes compararte con mi esposa!– Toni estaba tan enojado que no midió sus palabras, y cuando se dio cuenta, era demasiado tarde, Sarah estaba al borde del llanto–... Demonios, Sarah, yo...

–Tienes razón. He estado contigo contigo por muy poco tiempo, y no soy quién para juzgar. Siempre amarás a Jess, creo que fui un poco ilusa al creer que yo... que yo tenía una oportunidad de ayudarte– tragó saliva–. Debería irme a mi piso, hablamos luego.

No se acercó a besarlo para despedirse, esa fue la primera señal de que se avecinaba algo peor.

Toni hubiera esperado muchas reacciones de Sarah: llanto, golpes y gritos, pero no la calma de sus palabras. Simplemente se fue, sin cabrearse como debería haberlo hecho al recibir esos gritos, y esa calma fue lo que más le dolió y asombró a Toni.

Pasaron los días, Sarah no respondía las llamadas de Toni, y él no se cansaba de llenarle el buzón de voz. Llegó la vuelta del partido de la champions, y todos los compañeros de Toni vieron lo desanimado que estaba, pero él no quiso responder preguntas.

Sarah por su lado estaba destrozada. No derramó ni una lágrima, y eso fue lo que más la lastimó. En el fondo, se esperaba esa reacción de parte de Toni. Jessica siempre iba a estar en primer lugar que ella, siempre.

El Real Madrid logró remontar el resultado y terminó por pasar a la semifinal después de un hat trick de Cristiano. Cuando Toni llegó a su casa, Sarah lo estaba esperando.

–Tenemos que hablar– murmuró ella, y él en ese instante supo que no era bueno.

Entraron y se prepararon unas tazas de té, como si quisieran alargar ese momento. Ambos sabían lo que estaba por pasar, pero él no se esperaba todas las palabras que ella estaba por dirigirle:

–Se acabó.

–¿Qué?– ella comenzó a llorar todas las lágrimas que no había soltado en esos cinco días.

–No puedo más, Toni. No puedo seguir aquí, esperando a que algún día te percates de que me necesitas más de lo que crees. Ya lo entendí, no puedo arreglar a alguien que está tan roto como tú– sollozó la muchacha-. No puedo.

–¿Qué estás diciendo?– murmuró Toni. Por primera vez, desde que conocía a Sarah, se sintió realmente preocupado.

–Te estoy dejando ir... o mejor dicho, yo me estoy yendo. Espero que algún día puedas ser feliz, feliz como yo nunca te pude hacer– limpió toscamente sus mejillas–. Al principio me acerqué a ti porque te veías muy triste y yo solo quería ser la persona que lograra alegrarte, después me empezaste a gustar más allá de lo controlable, accedí a salir contigo, pero en el fondo sabía que ponías a Jessica primero, Dani me lo advirtió, y tenía razón.

–Sarah...

–Solo pensé que deberías saber cómo llegamos hasta aquí, ¿vale?– suspiró–. Solo una última cosa antes de irme, yo... te amo Toni. Tenía miedo de enamorarme de ti, de cualquier persona en realidad, y ahora veo por qué tenía tanto miedo. Me duele Toni, me duele mucho tener que dejarte porque te amo demasiado, pero no puedo más con esto.

–Sarah solo...

–Adiós Toni– se levantó de la silla vertiginosamente y se fue, dejándolo solo.

muy sad
quedan seis capítulos, y yo tengo una tradición de terminar mis fics un domingo, así que planeo subir tres caps de aquí al sábado y una maratón de los tres últimos el domingo

Smile // Toni KroosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora