Capítulo veintiuno.

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CAPÍTULO DE LARGA DURACIÓN
Para que se hagan un idea, mis capítulos generalmente no tienen más de 1100 palabras, y este tiene 1867. Disfruten!

«Navidad».

El día 24 Sarah obligó a Dani, quien la había pasado a buscar para ir donde sus padres, a ir a casa de Toni. El dueño del coche no estaba feliz con esto, pero veía a su hermana extrañamente más sonriente, si es que eso era posible.

–Hola– murmuró el alemán al subirse al coche.

–No me saludes cabrón– espetó casi gruñendo Dani, recibiendo una mala mirada de Sarah.

–Hola Toni. ¿Qué llevas?– preguntó al ver la botella que portaba el rubio.

–Champán.

–No necesitamos tu champán– Sarah rodó los ojos ante la respuesta de su hermano mellizo.

–Ignóralo, está molesto porque mamá no le permitirá dormir en la misma habitación que Ale.

–¡Sarah!– se quejó apretando el manubrio.

–Por cierto, ¿dónde está Alejandra?– preguntó Toni con el ceño fruncido.

–Se fue ayer para hacer las últimas compras con su madre, su familia irá a nuestra casa también.

–¿Cuántas personas son exactamente?

–Cincuenta, ¿es demasiado para ti? Que lástima, al parecer tendremos que devolvernos a tu casa a dejarte– suspiró Dani con falsa tristeza.

–Sigue manejando, Daniel. No son cincuenta, está inventando.

El resto del trayecto a Leganés básicamente fue Dani intentando convencer a Toni de irse, mientras que Sarah trataba de callar en vano a su hermano.

Cuando llegaron a la casa de los Carvajal, ambos hermanos se relajaron. No era la casa de su infancia, ya que cuando Dani tuvo la oportunidad de comprarles una mejor vivienda a sus padres lo hizo sin rechistar, pero la casa en sí estaba cargada de sentimentalismo.

Tocaron la puerta y casi de inmediato fue a abrir la madre de los mellizos. Era bastante parecida a ambos: de ojos y cabello oscuros, baja y sonriente. Se sorprendió cuando vio al rubio alemán, primero porque era bastante alto y segundo porque no había sido notificada de su presencia en la cena de nochebuena y en el día de la navidad.

Después de abrazar a sus dos hijos y saludar cordialmente al invitado, los hizo pasar. El señor Carvajal los esperaba en la sala de estar, con una sonrisa plasmada en la cara. Toni no podía creer que todos fueran tan sonrientes, lo encontraba maravilloso.

–¡Venid a abrazar a su padre!– el hombre calvo extendió sus brazos y ambos chicos corrieron como si niños fueran a abrazarlo–. ¿Y qué hace Toni Kroos en mi casa?

–Ma, pa, Toni es mi– recapacitó sobre lo que iba a decir–... novio.

No creía adecuado decirles que traía a un amigo a la cena de nochebuena, y tampoco podría fundamentar esa amistad si los veían intercambiar miradas cada cierto rato.

Dani jadeó sorprendido, y Toni tuvo que aguantarse para no hacerlo. Los padres de Sarah abrieron la boca con asombro.

–¿Novio? ¿Desde cuándo?

–Llevamos poco tiempo. Lamento no haberos dicho, es que pensé que sería una linda sorpresa– sonrió nerviosa, sus padres asintieron.

–Ya tendremos tiempo para preguntaros sobre los detalles en la cena, vayan a instalarse.

Smile // Toni KroosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora