Capítulo veintiséis.

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«Chocolate caliente y una segunda oportunidad... ¿otra vez?».

Las cosas estaban notoriamente mejor. Sarah podía mantener su cerebro pensando en algo más que en Toni por al menos un par de horas, y cuando pensaba en él no sentía la urgencia de llorar. Toni por su lado estaba aceptando lo que había ocurrido, y poco a poco comenzó a deshacerse de los objetos en el armario: empezó por la ropa, siguió con la joyería, pero no pudo deshacerse de las fotos.

El trabajo de Sarah tuvo un rol fundamental en ayudarla a mantener su mente ocupada, además, todo su drama amoroso la inspiró para empezar un libro. Su género por excelencia no era el romance, le gustaba escribir libros de fantasía, pero la vivencia personal la había motivado a salirse de su zona de comodidad. Obviamente había cambiado los nombres de los protagonistas, pero la historia era bastante pegada a la realidad.

Cuando Dani se enteró de la ruptura de la pareja estuvo apunto de cumplir con su parte del trato e ir a golpearlo, pero Alejandra se lo impidió. De todas formas, su hermana no se le hubiera permitido, no deseaba terminar la carrera de su ex solo porque hubieran roto.

Sarah estaba preparándose algo para comer una tarde de sábado, cuando alguien comenzó a golpear su puerta frenéticamente. Fue a abrir la puerta, y estaba Alejandra completamente aterrada y con una bolsa.

–¿Ale? ¿Qué pasó? ¿Estás bien?– entró y se sentó en el sofá.

–Creo que estoy embarazada– Sarah no pudo evitar que se le cayera la mandíbula del estupor–. ¡No me mires así! ¿Qué mierda haré si estoy embarazada? ¿Qué va a pensar Dani? ¿Estará de acuerdo? ¡Sarah habla!

–L-Lo siento, me cuesta imaginarte siendo una madre.

–¡No lo sabemos aún!– vació la bolsa en el sofá–. Compré cuatro, ¿qué se supone que tengo que hacer?

–Orinar sobre ellas– frunció el ceño–. ¿Qué? He tenido un par de sustos.

–¡Yo no!– chilló–. He tomado la pastilla todos los días, Dani se protegió...

–Si estás embarazada tienes la opción de abortar, ¿no has pensado en eso?

–No sé si pueda Sarah– suspiró–. Debería ir al baño.

Esperaron los minutos que indicaban las cajas intranquilas, hasta que se cumplió el tiempo y tuvieron que mirar.

–Joder, estoy embarazada– musitó–. ¿Qué debería hacer?

–Primero, decirle a Dani. No puedes tomar una decisión sin él– Alejandra asintió dándole la razón.

Llamaron a Dani y le pidieron que fuera al piso de Sarah. Cuando llegó, vio extrañado a las dos chicas sentadas en el sofá tan calladas.

–¿Qué pasó?

–¡Nada!– gritó Alejandra y Sarah la golpeó en el brazo–. Vale, yo... yo... ¡que te diga Sarah!

–Esto no es asunto mío.

–¿Podéis decirme de una vez qué joder os pasa?

–Estoy embarazada– murmuró entre dientes, Dani frunció el ceño.

–¿Qué? Creo que escuché mal.

Smile // Toni KroosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora