Angel Seokjin [NAMJIN]

Jin

"Sin nada para darte,

solo recibía cosas de ti

Y aún así,

en ese entonces no sabía cómo apreciarlo

Sin saber nada, solo continué viviendo

Mamá

Con solo decir tu nombre

¿Por qué me duele tanto el pecho?

No puedes darme más de todo lo que me has dado

A ti, quién por esa razón se siente triste

¿Cómo podría pagártelo?

Mamá

Mi mamá"

-Jin, Mom (Ra.D cover)

Kim Seokjin, 25 años de edad. Un delincuente que destruye propiedad pública, un ladrón, envuelto en asuntos ilegales para ganar dinero fácil, poco sonriente y con una mirada fulminante que hacía que todo el que estuviera en medio de su camino, se apartara.

Así me veían todos desde afuera, pero claro que es más fácil juzgar antes de siquiera buscarle el por qué a mis acciones delictivas. Por supuesto que no soy perfecto, pero no elegí la vida que llevo, solo intento desesperadamente ganar una gran cantidad de dinero para ayudar a la única persona que me queda.

Mi madre sufre leucemia y realmente era caro intentar cuidarla y que tuviera una agradable estadía en el hospital. El seguro que teníamos no cubría todos los gastos, así que la quimioterapia y los tratamientos que necesitaba mi madre quedaban como mi responsabilidad. Como responsabilidad de su hijo mudo.

Ser mudo no te abre las puertas al campo laboral, no voy a mentirles, y menos aún cuando tuve que dejar de pagar mis estudios para pagar los tratamientos de mi madre, así que es un poco difícil que me contraten si no tengo estudios culminados y una "discapacidad". Un mal nombre, si me preguntan, ya que soy capaz de todo menos de hablar.

A mis 19 años cayó sobre mis hombros la responsabilidad de cuidarla y ayudarla ya que ella solo me tiene a mí para hacerlo y yo me negaba a fallarle a mi madre aunque sé que su cáncer no va a curarse. Me niego a quedarme solo en este mundo donde me siento un marginado.

Tuve trabajos de medio tiempo, muchos. Si no tenía que hablar, era todo más fácil, pero de alguna manera u otra terminaba siendo regañado, maltratado o explotado así que renunciaba cuando mi límite estaba por las nubes. Eso sucedía más que todo en los trabajos como chef que tenía ya que siempre terminaba siendo maltratado por mi incapacidad de hablar aún si mi trabajo era impecable o surgía algo que me obligaba a dejarlo. Podía trabajar en otras cosas y lo hacía, pero era lo mismo, así que me resigné a que carecía de suerte para los empleos con buena paga.

-Déjame morir, Jinnie. No tienes por qué soportar esto- me había dicho aquella vez con la voz quebrada y no pude hacer más que negar con la cabeza mientras la veía llorar por el dolor ¿Qué clase de hijo deja así a su madre sin siquiera intentarlo? Tal vez uno que no amara a su madre, pero yo tenía un amor tan grande por ella que no podía hacer lo que ella quería. No podía dejarla morir, le amo y es mi madre. Me dolió que lo dijera y lloré junto a ella.