Catorce

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Abrí los ojos cuando escuché varios golpes en la puerta, rodé los ojos y vi lo mismo de siempre, el cuarto de siempre, solo que esta vez estaba desordenado; todas las botellas y algunas cosas tiradas por aquí y por ahí.

-Mierda-, susurré. Realmente estaba cansado, pero no por la resaca porque los vampiros no tenemos resaca, no, aunque en estos momentos estuviese deseando tenerla para gritarle a April que se largara de una vez y me dejara de dormir.

-¡Damian! ¡Ya han pasado cinco días desde que estás ahí metido! ¡De seguro ese cuarto apesta a mierda! ¡Juro que si no abres de una vez, voy a tirar la puerta!-, reí por su acto infantil y me paré, sabía que ella era capaz de hacer eso.

-¿Qué quieres?-, un grito ahogado salió de su boca y negó molesta viendo el cuarto. Al ver el asco en su cara, yo debía estar el desastre, y seguramente también lo que estaba detrás mío.

-¡¿Qué pasó aquí?!-, gritó. La miré incrédulo, ella sabía lo que había pasado-. Esta no es la forma-, niega y antes de que ella entrara le impedí que diera algún paso.

-No-, ella asintió y antes de que pudiese moverme, me jaló y me dirigió al baño.

-Arréglate ahora mismo-, negué-, ¡sí!-, volví a negar-, báñate y cámbiate, ahí dentro hay ropa tuya-, soltó, pero no me moví de mi sitio-, en serio, no te pongas como niño chiquito y ¡báñate ahora mismo!-, gritó y se fue. Le saqué la lengua y me metí al baño, no tenía ganas de hacer nada, simplemente no quería-, ¡y apúrate, que tienes que tomar desayuno!-

-Quiero dormir-, mi estado de todos los días. Dormir, dormir, dormir. Comer, comer, comer.

***

-¡Mírate! ¡Ahora ya estás mejor!-, le sonrío a medias y ella me jala del brazo para salir de la casa. Ruedo los ojos cuando me doy cuenta adónde estamos yendo.

-No me voy a cortar el cabello-, susurro ya estando dentro de la barbería. Ella no me obligaría a hacerme algo que no quería, punto final.

-Sí, lo harás... y también te quitarán esa horrorosa barba de dos meses-, ¡qué exagerada! No iba más de 2 semanas, creo.

-Sígueme, guapo-, abrí tanto los ojos que parecía que se me iban a salir. Mientras que caminaba y me alejaba de April, la escuchaba reírse por mi expresión-, y dime, ¿qué quieres que te haga?-, no sabía si me lo decía con doble sentido, pero por la expresión en su rostro, creo que sí lo estaba haciendo.

-Córtame el cabello y la barba-, hablé cortante, no quería darle pie a algo más, me daba escalofríos. Además, no tenía mucho ánimo que digamos, solo quería que esto fuera rápido para que luego, pudiera meterme a la cama y volver a dormir.

-Claro, sweetheart-, rió-, oh, por cierto, me llamo, Jennifer-, fruncí el ceño. Asentí lentamente y cerré los ojos, que la chica o el chico, como sea, hiciera lo que tuviera que hacer.

-No me digas así-, reaccioné después de un rato y gruñí, pero este o esta solo rió. Que quedara claro que no tenía nada contra él/ella, pero a mí me gustaban las chicas... de verdad, no ella/él. En realidad, a mí solo me gustaba una.

***

-¡Pero mira que guapo quedaste!-, escucho que literalmente gritan en mi oído. Me miro en el espejo y verdaderamente estoy guapo.

-Gracias... supongo-, me paro de la silla y me voy lo más rápido que puedo, me daba miedo que él/ella se pudiera aprovechar de mí, qué pasaba si me robaba y me secuestraba para siempre... yo sé que todo el mundo me quiere, pero este pechito ya tiene, o tenía, a su chica, además este chico/chica era un poco raro. No podía creer que yo le gustara, o sea en realidad, sí, porque, vamos, soy yo, el ser más perfecto de todo el mundo, pero me daba cosa que le gustara.

Adicto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora